viernes, 10 de mayo de 2024

La OCDE… en otras áreas

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

@canalesa99

 

(Publicado en la versión digital de Campus Milenio No. 1043. Mayo 9, 2024)

 

La semana pasada, en la reunión de ministros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México incluido, quedó aprobado un documento sobre crecimiento sostenible e inclusivo. La declaración conjunta sobre el tema fue el motivo central de la reunión, pero también se abordaron otra decena de asuntos, entre ellos la hoja de ruta para la adhesión de Argentina e Indonesia, así como la iniciativa de datos sobre género y otro documento con recomendaciones sobre “Inteligencia Artificial” (AI).

 

Ninguno de los asuntos de aquella reunión ha recibido mayor atención pública. ¿Tienen relevancia? La OCDE, como su nombre lo indica, es una organización para la cooperación económica de sus países asociados, pero no solamente en ese ámbito, también incluye la educación, la ciencia, la salud y otros varios.

 

En general, la organización se dedica a analizar y recopilar datos, asesora en políticas públicas basada en evidencias y establece estándares. Por eso sus recomendaciones, documentos y evaluaciones son relevantes e influyentes. Actualmente la OCDE agrupa a 38 naciones y otra docena de candidatas y asociadas; tiene más de 60 años de existencia. Por cierto, el 18 de mayo de este año se cumplen 30 años del ingreso de México a esa agrupación. Esa es otra historia.

 

A nivel nacional, la OCDE genera interés cuando publica alguno de sus estudios sobre sectores clave del desarrollo y la comparación internacional es inevitable. Sin embargo, salvo las apreciaciones apresuradas para elogiar o denostar, generalmente es una organización que pasa desapercibida para la mayoría de la población, aunque puede ser relevante para la toma de decisiones.

 

La reciente reunión de ministros es contrastante con lo ocurrido en el reciente episodio sobre la ambivalente participación de México en la prueba PISA. Por una parte, México sigue como miembro activo de la organización, ingresó hace tres décadas –antes de que Corea lo hiciera--, ha presidido la reunión de ministros en dos ocasiones, un mexicano la ha presidido y los estudios de corte económico y tributario son su punto de referencia.

 

Por otra parte, al menos el pasado mes de diciembre, cuando se dieron a conocer los resultados más recientes de la prueba PISA, el presidente López Obrador dijo al respecto: “Nosotros no los tomamos en cuenta porque pues todos esos parámetros se crearon en la época del neoliberalismo, del predominio del periodo neoliberal, en donde lo que querían era impulsar supuestamente la calidad de la enseñanza, la excelencia, y desaparecer la educación pública, degradándola… Y esas pruebas son parte de lo mismo, es como si yo tomara en cuenta una opinión del Fondo Monetario Internacional" (Versiónestenográfica 06.12.2023).

Los estudios o las evaluaciones de la OCDE no son el único punto de referencia ni necesariamente se debe o se tienen que seguir sus recomendaciones. Sin embargo, no están a la vista las razones de por qué seguir unos estándares en unas áreas y no en otras.

 

Todavía se entiende menos para qué continuar en una organización que sostiene principios con los que se está en desacuerdo, pero al mismo tiempo acepta la vicepresidencia de la reunión. El encuentro reciente fue presidido por Japón, la vicepresidencia fue ocupada por Karien van Gennip, primera ministra de los Países Bajos y Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda de México. Ahí quedó suscrita la “Declaración de la Reunión del Consejo Ministerial del 2024”.

 

La Declaración incluye una condena a la agresión de Rusia contra Ucrania por su “clara violación del derecho internacional y una grave amenaza al sistema basado en normas (punto 3), lo mismo que la adopción de las “Recomendaciones del Consejo sobre Inteligencia Artificial (IA)”.

 

Después de esa reunión, y de múltiples especulaciones sobre la continuidad de México en la prueba PISA, el presidente dijo: “Sí, participamos sin ningún problema. O sea, todo lo que tiene que ver con la educación se apoya. He estado viendo eso, de que hablan de que no vamos a participar, pero sí. No sé en qué consiste” (Versión estenográfica 07.0524).

 

A pesar de que el mismo presidente había dicho lo contrario el pasado mes de diciembre e incluso de que Mejoredu --la instancia nacional encargada de coordinar la prueba PISA-- reconoció públicamente que no tenía facultades para esa tarea, ahora, irónicamente, resulta que el organismo sí tendrá facultades y México sí participará. Habrá que regresar la pasta de dientes al tubo del dentífrico, aunque no quedará igual.

 

En fin, son variados los temas que incluyen los estudios y recomendaciones de la OCDE, valdría la pena explicar públicamente por qué unas áreas o sectores sí son relevantes para las decisiones gubernamentales y otros no. El momento de la política es una de las claves para su comprensión.

 

Pie de página: Al parecer, en definitiva, quedó cerrado el expediente en contra de científicos y exfuncionarios del Conacyt; viene el cambio de narrativa. Lo veremos. // Hubo marcha atrás, porque el director general del IPN la desautorizó, pero fue real la circular de la institución para controlar las posibles entrevistas de su personal a los medios.

jueves, 2 de mayo de 2024

¿Fuerza centrípeta en la descentralización?

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

Twitter: @canalesa99

 

(Publicado en Campus Milenio. No. 1042. Mayo 2, 2024. Pág. 4)

 

Al inicio del actual periodo gubernamental parecía que la fuerza descentralizadora en la administración pública sería arrolladora. Sin embargo, paradójicamente, a unos meses de concluir la gestión, se advierte que fue el movimiento contrario: se reforzó la centralización y la jerarquía en las decisiones.

 

El 1 de diciembre del 2018, cuando tomó posesión el presidente López Obrador, anunció como compromiso número 54: “Se descentralizará el Gobierno Federal y las secretarías van a estar ubicadas en distintos estados de la república, porque todo el país es México” (El Economista. 01.12.2018).

 

La idea de descentralizar la administración pública ya la había anticipado el entonces candidato López Obrador desde noviembre de 2017, quedó en ese voluminoso documento que contenía el “Proyecto de Nación 2018-2024”. Ahí proponía poner en marcha un programa de descentralización de las dependencias federales (pág. 275 y ss).

 

En su diagnóstico reiteraba la densidad demográfica de la megalópolis y la alta concentración de la burocracia en la Ciudad de México. Según sus números, en el gobierno federal se desempeñaban casi tres millones de personas, 80 por ciento de ellos ubicados en la ciudad capital. Las posibilidades que ofrecen las “nuevas tecnologías de la comunicación”, decía el Proyecto, permiten que los trámites se puedan realizar a distancia.

 

El plan era realizar una desconcentración gradual del gobierno para que al finalizar el sexenio cada estado contara con una dependecia federal. Planteó, entre otros traslados, que Salud se fuera Chilpancingo; Energía a Villahernosa; Educación a Puebla; Sedesol a Oaxaca; y el Conacyt a La Paz, Baja California Sur. El cálculo era que todo el proceso costaría alrededor de 22 mil 805 millones de pesos, incluyendo estudios, mudanza e infraestructura.

 

Así que, con ese plan, unos meses después, en uno de sus cierres de campaña como candidato presidencial en el norte del país, López Obrador dijo que ya había decidido que el Conacyt estaría en La Paz (El Financiero 19.08.2018). Una vez iniciado el periodo de gobierno, parecía inminente la desconcentración administrativa.

 

La instrucción para las secretarías fue que hicieran sus previsiones e iniciaran los contactos pertinentes. Sin embargo, durante el primer año todo fueron declaraciones y visitas a las entidades federativas. Después, algunas secretarías dijeron que ya tenían instalaciones, otras incluso hablaron de personal administrativo en el nuevo territorio, como fue el caso de Cultura, Educación o Salud. Lo cierto es que no hubo ningún movimiento de proporciones respetables; el tema ni siquiera apareció en el primer informe de gobierno.

 

Después vino la contingencia sanitaria y todo se quedó en veremos. Luego, para el año 2021, se reactivaron las actividades presenciales y los esfuerzos descentralizadores. El mismo López Obrador dijo que la recomendación para sus subordinados fue que no pusieran “un departamento o que sea una especie de delegación en el estado y que se mantenga aquí toda la estructura, que sea pura faramalla, no. Queremos que funcione la secretaría, la institución desde el estado” (14.10.2021)

 

Todavía el año pasado el gobierno federal aceptaba que estaba en proceso la descentralización prometida. Sin embargo, este año ya se dieron por cumplidos los compromisos y el presidente López Obrador dijo que el 99 por ciento ya estaba resuelto, lo restante es el pendiente de Ayotzinapa. Ni una palabra sobre descentralización (Milenio Diario 19.03.2024).

 

El problema es que no solamente se esfumó la fuerza descentralizadora y dejó intacta la concentración de oficinas administrativas, también operó una fuerza centrípeta que reforzó las atribuciones y la jerarquía federal. Eso ocurrió con el ejecutivo federal y luego se desdobló en cada organismo gubernamental. Las conferencias de prensa cotidianas del presidente se transformaron en programas sectoriales paralelos y también en una tribuna de informes de gobierno.

 

El caso del terreno científico y tecnológico es ilustrativo. El nuevo marco normativo ha depositado en la junta de gobierno del Conahcyt prácticamente todas las atribuciones y responsabilidades. La junta es presidida por la persona titular del organismo y en esa instancia se decide la política nacional, la agenda y el curso de todos los programas del sector.

 

Ahora la cadena de mando inicia y termina en la junta de gobierno. No existen más los fondos mixtos para la distribución de recursos para investigación en las entidades federativas y tampoco está la Conferencia Nacional de Ciencia y Tecnología. Esta última era una instancia de representación de todos los estados para la definición de la política nacional del sector.

 

Así que no solamente la descentralización quedó pendiente, ahora tenemos una mayor concentración de las decisiones y ninguna instancia intermedia tiene cabida. Veremos los resultados.

 

Pie de página: Los vientos universitarios siguen soplando fuerte. Atentos. // Los legisladores aprobaron que el nombre de la UNAM se inscriba en letras de oro en el Muro de Honor del Senado, pero ya no será en este periodo… se quedará para el siguiente. // Falta el tercer y último debate. Pendientes.