Mostrando entradas con la etiqueta Evaluación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Evaluación. Mostrar todas las entradas

sábado, 2 de noviembre de 2024

Educación y ciencia en el periodo 2018-2024

 

Alejandro Canales

UNAM-IISEU/PUEES

@canalesa99

 

(Publicado en la versión digital de Campus Milenio No. 1066. Octubre 31, 2024)

 

Las dimensiones precisas de lo que realizó el gobierno anterior en materia educativa se van conociendo poco a poco. Desde luego, están los documentos oficiales, como el sexto y último informe de gobierno o los informes sectoriales de fin de periodo, que ofrecen una visión desde la propia administración sobre lo que logró y los pendientes que dejó.

 

Sin embargo, el panorama gubernamental no es suficiente para conocer en qué condiciones estaba el sistema educativo al inicio de un periodo de gobierno y cómo queda al final del mismo. Las valoraciones externas son fundamentales para una mejor apreciación y afortunadamente no son pocas las que ya se van conociendo.

 

Ahora, se suma una más. El Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM -institución en la que me desempeño- acaba de publicar el libro: La educación en el sexenio 2018-2024. Miradas desde la investigación educativa. Un volumen coordinado por las doctoras Gabriela de la Cruz y Ana Laura Gallardo, directora y secretaria académica, respectivamente, del Instituto.

 

El IISUE, como lo expresa su nombre, es una de las instituciones nacionales especializadas en la generación de conocimiento sobre la universidad --tiene el resguardo del Archivo Histórico de la Universidad— y en investigación educativa en todas sus modalidades y niveles.

 

La publicación se puede consultar y descargar de forma gratuita en la página electrónica del instituto (http://www.iisue.unam.mx). Una de las peculiaridades del libro es que se trata de un esfuerzo institucional. En total participaron 27 integrantes del personal académico del Instituto, incluyendo a las coordinadoras que también son autoras; todas las secciones y contribuciones identifican el crédito de autoría correspondiente.

 

El libro de 363 páginas inicia con una presentación y la infaltable introducción, en la cual se precisa que se trata de una obra verdaderamente colectiva, una publicación interdisciplinaria que expresa el compromiso institucional tanto con la producción de conocimiento como con la diversidad de posiciones y de formas de aproximación.

 

La publicación abre con un proemio, como punto de referencia, en el que se detallan las coordenadas que delinearon el proyecto educativo del gobierno federal de 2018 a 2024 y destaca sus principales propuestas al comienzo del periodo. Luego, la primera sección, “Políticas, gestión y financiamiento”, recoge diferentes aportaciones sobre esos tres componentes del sistema, en donde se combinan aproximaciones analíticas a nivel macro y otras a nivel del aula.

 

La segunda sección está acotada a la “Formación de docentes de educación básica” y presenta los principales factores asociados al tema, como la fragmentación de este proceso formativo, la necesidad de una reconceptualización y el complejo asunto curricular de las instituciones normalistas.

 

Después, en la tercera sección, “Las reformas curriculares en el sexenio: educación básica

y educación media superior”, como lo indica su título, se centra en las reformas en estos dos grandes niveles. En particular, la de educación básica, sobre aspectos pedagógicos y didácticos del plan y programas de estudio de 2022. La segunda, en relación con los ejes que definen la más reciente transformación curricular.

 

Por último, la cuarta sección trata sobre “Educación superior, ciencia y tecnología”, el énfasis está puesto en las modificaciones de sus respectivos marcos normativos, con la expedición de la Ley General de Educación Superior y la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación. La sección plantea un balance a partir de lo que se propuso inicialmente, lo que realmente se logró y lo que resta por hacer.

 

El libro cierra con un apartado de conclusiones y puntos de agenda, donde se reitera la diversidad de posiciones que se reúnen en su interior, así como la intención de contribuir al debate y a las decisiones sobre el sistema educativo nacional.

 

En fin, no se trata de un balance exhaustivo del terreno educativo en el sexenio 2018-2024, pero sí incluye los componentes indispensables, con énfasis distintos, para el análisis del periodo. El lector juzgará la pertinencia y sacará sus propias conclusiones.

 

Pie de página: La presidenta Claudia Sheinbaum dijo que este 30 de octubre envió las modificaciones a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para crear la Secretaría de las Mujeres, la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación y la Agencia de Transformación Digital. Al parecer, está previsto que entrarán en funciones el primer día de enero del 2025. Y así las cosas.

jueves, 18 de julio de 2024

Programas transexenales: “informarle en territorio”

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

@canalesa99

 

(Publicado en Campus Milenio No. 1053. Julio 18, 2024. Pág. 4)

 

No constituyen, en sentido estricto, una evaluación de los programas del gobierno federal, aunque así los autodenominan. Son parte de las giras e intervenciones conjuntas, en las entidades federativas, del presidente López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum.

 

El ejercicio tampoco es una estimación precisa de los resultados de programas, pero sí expresa las líneas prioritarias del actual periodo de gobierno y lo que cabría esperar en el próximo sexenio. No obstante, para decidir cómo continuar, será necesario una mayor y mejor evaluación de programas.

 

A partir de este mes de julio, el presidente en funciones, la presidenta que lo sustituirá y funcionarios del gobierno federal, presentan algunos resultados de programas. El sábado 13 de julio en Tlaxcoapan, Hidalgo, fue la “Evaluación de proyectos prioritarios y de infraestructura, región Tula”.

 

También, el mismo sábado 13, fue la “Evaluación de Sembrando vida”, en San Salvador El Verde, en el estado de Puebla. A través de este programa de siembra de árboles, según se informó, se han plantado en estos seis años “más de mil 200 millones de árboles en un millón de hectáreas”.

 

Las cifras son grandes, su presupuesto también y los participantes en el encuentro de Puebla no escatimaron elogios. Sin embargo, también es cierto que distintas voces han señalado las grandes dificultades del programa. Por ejemplo, que no es visible su impacto en la reforestación del territorio nacional, la opacidad de sus datos, mínima supervivencia de plantas y, más grave, la deforestación de más de 70 mil hectáreas para cumplir con los requisitos del programa. Una evaluación tendría que ponderar los resultados del programa.

 

Al día siguiente, el domingo 13, tocó la “Evaluación de programas y proyectos de educación y deportes”. El encuentro fue en Yauhquemehcan, Tlaxcala. Al igual que en las dos entidades federativas anteriores, también participó la gobernadora del estado, Lorena Cuellar, así como López Obrador, Claudia Sheinbaum y Leticia Ramírez, esta última secretaria de Educación Pública.

 

Además, intervinieron: el profesor Fernando Magro Sotero, director general del Bachillerato Tecnológico de Educación y Promoción Deportiva (BTED); la arquitecta Pamela López, titular del programa “La escuela es nuestra”; Abraham Vázquez, el coordinador del programa Becas para el bienestar Benito Juárez; Marx Arriaga, el director de Materiales Educativos de la Sep; y Oscar Flores, el titular de la Unidad de administración y finanzas de la Sep.

 

A pesar de que fueron varios los funcionarios que intevinieron y el encuentro fue extenso, tampoco se puede decir que fue una evaluación de los sectores educativo y deportivo. La mención al deporte solamente se refirió al proyecto de bachillerato instaurado en 2021 que ahora cuenta con siete planteles y ofrece la opción de cuatro carreras técnicas (béisbol, box y atletismo de fondo y medio fondo). No es el sector deportivo.

 

Tampoco fue el caso con el conjunto de programas del sector educativo. Las referencias específicas solamente fueron para el programa “La escuela es nuestra”, las becas, los libros de texto gratuitos y las mejoras en el salario de los trabajadores de la educación. Lo notable fue que, a lo largo del sexenio, según lo dicho por los distintos funcionarios, los recursos financieros para estas iniciativas suman cerca de 800 mil millones de pesos.

 

No hubo representación para la educación superior. Pero la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez, en su intervención sí mencionó la creación de más de 200 planteles de las Universidades Benito Juárez, las opciones profesionales en los institutos tecnológicos y el aumento de mujeres en la matrícula de educación superior.

 

Entonces, se entiende que la función de estos foros no es realizar una evaluación de programas. Buscan difundir logros en la plaza pública y marcar líneas transexenales. Tal vez, por la misma razón, la presidenta electa, en su turno a la palabra señaló que era histórico que el presidente en funciones acompañara a quien está por asumir el cargo, “a informarle en territorio de los avances que ha logrado”.

 

También es histórico, dijo la presidenta electa, porque “no es que se va un proyecto y entra otro, un nuevo proyecto; hay continuidad… y continuidad significa seguir con los programas que inició el presidente”.

 

Y sí, reiteró los programas reportados y otros más. De hecho, los primeros ya están marcados como prioritarios en los “Precriterios Generales de Política Económica 2025”. El documento entregado al Congreso el pasado 27 de marzo y con el que inicia la estimación del presupuesto para el año próximo.

 

En la próxima entrega veremos el volumen de recursos financieros que implican, la presión sobre las finanzas públicas y las preocupantes estimaciones de crecimiento que ya tocan a la puerta.

 

Por ahora, es suficiente con indicar que vale la pena pensar dos veces en una verdadera evaluación del conjunto de programas y estimar las modificaciones correspondientes.

 

Pie de página: ¿Habrá foro para el sector científico y tecnológico? Ya veremos. // El gobierno federal anuncia la nueva contratación de casi tres mil médicos cubanos.

viernes, 17 de noviembre de 2023

Las fisuras de la evaluación de la investigación en… España

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

Twitter: @canalesa99

(Publicado en la versión digital de Campus Milenio No. 1021. Noviembre 16, 2023)

A nivel internacional, desde hace más de dos décadas, se emitieron las señales más visibles de que el sistema de evaluación de la actividad científica no podía seguir de la misma forma. Sin embargo, ese mismo sistema, con su estructura de incentivos, un gran volumen de recursos financieros y la participación de grandes consorcios editoriales, ha mostrado una notable capacidad de adaptación. No obstante, el sistema enseña sus costuras y hoy lo muestra la principal agencia de evaluación en España.

 

Desde hace dos o tres años han ocurrido de forma sucesiva diferentes escándalos en la prensa española sobre irregularidades en la publicación de trabajos científicos, sea porque los datos de la investigación son inventados, las afiliaciones institucionales difieren de la adscripción principal, por autorías que no corresponden o por francos plagios académicos. Todos ellos tienen en común el afán de publicar la mayor cantidad posible en revistas especializadas. Y sí, la frase hamletiana de “publicar o perecer” se convirtió en la bandera para navegar en las aparentes aguas mansas del mar científico.

 

El mes pasado, el diario El País tituló una de sus reportajes como “Una megafabrica de estudios científicos falsos salpica a un vicerrector español y a tres colaboradores”. El reportero Manuel Ansede daba cuenta de redes que operan para publicar estudios artificiales en números especiales de revistas reconocidas. Un servicio por el que los autores pagan entre dos mil y seis mil euros por publicar en acceso abierto. El medio son los números especiales de revistas reconocidas y ya no son excepcionales, se volvieron frecuentes e incluso esos ejemplares pueden publicarse varios al día (04.10.2023).

 

Las fisuras en ese sistema que impele a una alta y descontrolada acumulación de papers son cada vez más notables y no son recientes. El Congreso de Budapest en el año 2001, con su iniciativa de Acceso Abierto (Budapest Open Acces Initiative), marcó con mayor fuerza la posibilidad de un acceso abierto a las publicaciones académicas y científicas, dadas las tecnologías hoy disponibles que han superado las limitaciones del formato de papel impreso. También porque una buena parte de los productos de investigación son financiados con recursos públicos.

 

Desde el 2012, la Declaración de San Francisco sobre la Evaluación de la Investigación (DORA, por sus siglas en inglés) advirtió las limitaciones en la forma de evaluación de la investigación científica. Recomendó enfáticamente no utilizar las métricas basadas en revistas, como el factor de impacto, e hizo una serie de recomendaciones dirigidas a las agencias financiadoras, las instituciones académicas, las revistas y los investigadores. A la fecha, se han adherido a esa declaración, más de 21 mil personas y más tres mil organizaciones en todo el mundo, muchas de ellas revistas especializadas. En México acumula más de medio millar de firmas, de ellas son 236 organizaciones, donde se incluyen revistas de casi todos los campos del conocimiento (DORA, 2023).

 

La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) de España también se adhirió a DORA en este año y a la Coalition for Advancing Research Assessment (CoARA). Esta última es una organización integrada el año pasado en Europa que también intenta una reforma de la evaluación de la investigación.

 

Por la misma razón no debe sorprender que la Aneca haya publicado el pasado 6 de noviembre el documento “Borrador de criterios de evaluación de la Convocatoria 2023 de Sexenios de investigación”. Un texto preliminar para el presente periodo de evaluación, sujeto a una consulta pública que finaliza este 19 de noviembre. La misma Agencia ha dicho que por primera vez sigue este procedimiento de consulta.

 

La Aneca es un organismo autónomo, instaurado en 2001, encargado de valorar, certificar y acreditar el sistema universitario español para adaptarlo al Espacio Europeo de Educación Superior y ahora se dispone a modificar sus normas de evaluación.

 

Algunos de los principales cambios que propone son: ampliar el tipo de aportaciones y los medios de difusión que se pueden someter a evaluación y que justifican la actividad de investigación; combinar métodos cualitativos y criterios de evaluación cuantitativos; favorecer el acceso abierto de los resultados de investigación, sea a través de publicaciones, datos o metodologias; y permitir la evaluación de investigación multidisciplinaria e interdisciplinaria a través de la instauración de un nuevo campo, que lo denomina “Campo 0 Interdisciplinar”.

 

En realidad, son cambios graduales, rellenos en las fisuras más evidentes del modelo vigente de evaluación de España y del mundo. No son grandes modificaciones ni tampoco significan un giro dramático. Pero es indudable que cada vez resulta más difícil ocultar las grietas y todo indica que llegó la hora de discutir y poner en marcha un nuevo modelo de evaluación.

 

Pie de página: Los diputados aprobaron el Presupuesto de Egresos de la Federación y no hay novedad en el ramo 38, el ramo destinado a ciencia y tecnología. Aquí lo veremos.// El tema de la Inteligencia Artificial sigue ausente en las políticas públicas, pero los diputados se aprestan a sancionar su utilización con una reforma al código penal. También lo veremos aquí.

jueves, 13 de abril de 2023

Las costuras del sistema académico

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

Twitter: @canalesa99

 

(Publicado en Campus Milenio No. 991. Abril 13, 2023, pág. 4)

 

El caso llamó la atención no solo de la prensa española, tuvo repercusión en el medio académico global. Un científico español altamente citado y productivo en su área fue suspendido por su institución. La suspensión pareciera no tener nada de particular, ocurren todos los días en las universidades de todo el mundo. Sin embargo, ésta condensa los componentes del sistema que rige en el medio académico y exhibe unas grietas cada vez más profundas.

 

Según la nota del periódico El País, Rafael Luque, un químico español que trabajaba en la Universidad de Córdoba, fue suspendido13 años por “firmar sus estudios como investigador de otros centros exóticos, como la Universidad Rey Saúd, en Riad (Arabia Saudí), y la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos, en Moscú” (31.03.2023).

 

La regla general es que si el personal de una universidad tiene un contrato laboral de jornada completa, no puede aparecer con una institución diferente. ¿Por qué un investigador habría de firmar su trabajo con una institución distinta a la que pertenece? Aunque no está permitida, podría tratarse de una doble adscripción, una práctica extendida en el mundo académico y los que tienen esa condición necesitan justificar su sueldo en ambos lados. El salario de los académicos es una zona gris que ni nacional ni internacionalmente es fácil de comparar, pero el personal de tiempo completo se mueve en los rangos intermedios y altos de los sueldos.

 

El científico Rafael Luque sostiene que nunca ha recibido dinero directamente de otras instituciones. Pero no es poco lo que reveló el diario El País, son esos pequeños detalles por los que asoma toda la diferencia en la división de la academia, tales como tener presupuesto para sus análisis, hoteles lujosos o viajes en primera clase. Aunque, el científico español se cuidó de precisar que: “en mi cuenta no habrían encontrado ni un céntimo de Rusia ni de Arabia Saudí ni de ningún otro sitio”.

 

No es ninguna sorpresa que distintas universidades en el mundo con alto presupuesto y escaso reconocimiento, como las Saudí, busquen integrar en su nómina a investigadores de alto prestigio bajo condiciones especiales, tanto mejor si son Premio Nobel. Desde hace más de una década, la revista Science ha señalado los casos de dos universidades Saudí que tasaron una oferta de 72 mil dólares al año a más de medio centenar de científicos de alto nivel por supervisar un grupo de investigación, pasar una o dos semanas en sus campus y añadir el nombre de la universidad como afiliación institucional (Vol. 334. 09.XII.2011).

 

La motivación principal de las universidades cazadoras de firmas es elevar su prestigio, figurar en los rankings internacionales y atraer más ingresos. La Universidad Rey Saúd, en Riad, subió cientos de posiciones en un lapso de cuatro años; actualmente está en la posición 251 en la tabla del Times Higher Education que incluye 1,800 universidades de más de un centenar de países.

 

El mismo Rafael Luque afirma: “Sin mí la Universidad de Córdoba va a bajar 300 puestos. Se han pegado un tiro en el pie”. El problema es que las fisuras en los rankings son cada vez más inocultables, como en estas mismas páginas de Campus ha sido comentado por Marion Lloyd y Carlos Pallán, porque la confianza en una clasificación de calidad institucional naufraga en los sesgos de los indicadores, las mediciones y la sospechosa forma de recopilar la información.

 

Una rotura más del sistema es la cantidad desbordada de material a la búsqueda de ser publicado, pero cuya calidad y relevancia no han ido a la par. Desde la instauración del sistema de evaluación, el principio de “publicar o perecer” se volvió insignia al interior de los muros universitarios, así que las cifras de productividad se han elevado y los números son una fantasía. El caso de Luque lo vuelve a ilustrar, no tiene una década como investigador y acumula más de 700 estudios y en tres meses del 2023 ha publicado 58 estudios, o sea, como lo reportó El País, “uno cada 37 horas”. Inquietante.

 

La trayectoria de Luque también muestra una grieta más en el sistema académico: mismas reglas institucionales en entornos cambiantes. El científico español tiene 44 años de edad, es decir, es relativamente joven y con gran rapidez alcanzó una alta productividad en una institución que seguramente conserva las mismas normas.

 

Todavía en el 2014 era un investigador posdoctoral en la misma universidad que ahora lo suspendió. Tal vez su caso no es la excepción y su posición representa a la generación que utiliza las herramientas apropiadas y descifró con mayor rapidez las claves del sistema académico de puntos e incentivos. El mismo Luque dijo que utiliza ChatGPT para afinar sus artículos y en especial para la redacción en inglés; lo que antes le tomaba tres días ahora lo hace en uno. 

 

En fin, las costuras del sistema son inocultables y cada vez serán más grandes y notorias, aunque seguirá en pie… hasta nuevo aviso de un cambio profundo.

 

Pie de página: Esta semana fue el segundo foro de parlamento abierto para el diseño de la ley general de ciencia y faltan otros cinco más. Tal vez la aprobación de la norma será hasta el próximo periodo ordinario de sesiones. Pendientes.