viernes, 13 de junio de 2025

La política científica y tecnológica en el periodo 2018-2024*

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

@canalesa99.bsky.social

 

(Publicado en la versión digital de Campus Milenio No. 1094. Junio 12, 2025)

 

Los párrafos siguientes forman parte de la introducción del libro: Canales Sánchez, A. (coord.) (2025) “La política científica y tecnológica en el periodo 2018-2024. Los saldos de la transformación”. PUEES-UNAM. 283 pp.

En la obra participan: Andrés Agoitia, Claudia Díaz, Alejandro Márquez, Tomás Maya, Rosalba Ramírez, David Ríos, Brenda Valderrama y Judith Zubieta. El libro fue presentado el pasado 6 de junio y participaron en la presentación Gabriela Dutrénit, Julia Tagüeña y Roberto Rodríguez.

 

Las expectativas que se generan en cada nuevo periodo de gobierno son heterogéneas. Qué se propone, cómo piensa ponerlo en marcha y, al final, cuánto se logró, son las interrogantes que aparecen cíclicamente en cada sexenio. Este libro, auspiciado por el Programa Universitario de Estudios sobre Educación Superior, se ocupa de examinar las políticas científicas y tecnológicas, como una de las áreas de actuación gubernamental en el periodo 2018-2024. Es un esfuerzo colectivo realizado por personas con preocupaciones académicas en común sobre el sector. Las diferentes lí­neas o programas más sobresalientes se documentan en los distintos ca­pítulos; la finalidad es mostrar los elementos analíticos necesarios, el desa­rrollo de cada política y ofrecer al eventual lector las evidencias de cada caso para integrar un balance ponderado. Sin embargo, es difícil enten­der algunos de los elementos clave del sector sin remitirse al marco polí­tico más amplio en el que se desenvolvieron los acontecimientos

 

Tal parece que el interés por conocer qué prometen los gobernantes y los resultados que obtienen se ha incrementado a partir de la alternancia política del año 2000. A partir de esa fecha, después de dos sexenios sucesivos de gobierno del Partido Acción Nacional (pan) y uno más de retorno del Partido Revolucionario Institucional (pri), una coalición de partidos encabezada por una nueva fuerza política ganó las elecciones federales en el 2018. La nueva agrupación política apenas había sido fundada como asociación civil en el 2011 como Movimiento de Regeneración Nacional (morena) por el político Andrés Manuel López Obrador (amlo). Tres años después obtuvo su registro como partido político, confirmando la postulación de amlo como su candidato presidencial obteniendo, a su vez, el mayor volumen de votos en comparación con el total de partidos participantes en los comicios. La fuerza política era novedosa, pero su candidato triunfador era la tercera ocasión que competía en unas elecciones presidenciales. Los factores asociados al proceso electoral y la trayectoria política de amlo no hicieron más que elevar las expectativas sobre su desempeño como presidente, después de todo ya había ocupado la jefatura de gobierno en la Ciudad de México y había expresado sus posiciones en las contiendas electorales previas, pero estaba por comprobarse su ejercicio en la presidencia y cuáles propuestas de campaña se harían efectivas durante el periodo de gobierno.

 

Lo paradójico es que amlo, todavía como candidato, también anticipó los nombres de las personas que lo acompañarían en las tareas de gobierno si triunfaba en las elecciones […]López Obrador dio a conocer, medio año antes de las elecciones, los nombres de las 16 personas y las respectivas secretarías que ocuparían en su eventual gabinete legal. La persona que estaría al frente del entonces Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (conacyt) no estuvo dentro de esos primeros nombramientos, seguramente porque el organismo no forma parte de la primera línea de gestión, es una entidad paraestatal y pertenece a lo que se conoce como gabinete ampliado en la administración pública. Sin embargo, antes de la jornada electoral, en ocasión de la temática del tercer y último debate por la presidencia, amlo anunció que María Elena Álvarez-Buylla sería la persona titular del organismo, si él ganaba las elecciones. Una científica del área de la biotecnología que había recibido el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el año 2017. Así que la situación era peculiar: había elementos para prever cómo sería el periodo de gobierno y, al mismo tiempo, una relativa incertidumbre sobre el desenvolvimiento que mostrarían en el ejercicio de gobierno.

 

Una vez declarado presidente electo, López Obrador desplegó múltiples iniciativas antes de arrancar propiamente con su sexenio el 1 de diciembre del 2018.  […] De modo que la transición de gobierno del 2018 fue de julio al último día de noviembre y, ese periodo, que gobiernos anteriores habían utilizado para integrar su gabinete, AMLO lo destinó a reunirse con algunos de los actores sociales clave de la vida pública, trazar sus planes de gobierno y anticipar medidas. Por ejemplo, entre muchos otros, se reunió con integrantes del Consejo Coordinador Empresarial para comunicarles que había confianza en el país, que se proponía realizar una transformación del país y la haría a través de la concordia. Incluso les expresó que si bien su gobierno había logrado mayoría en el Congreso, no habría prepotencia y añadió la frase que se reiteraría en el periodo: “nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”. También sostuvo un encuentro con miembros de la comunidad académica y científica encabezados por el entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), Enrique Graue, en cuyo foro recibió un documento de propuestas y prometió que nunca tendrían un “presupuesto por abajo de la inflación, ese sí es un compromiso para adelante y vamos a procurar que aumente en términos reales, ese es mi planteamiento muy concreto” (AMLO. 22.08.218).

 

Quizás el primer anuncio de López Obrador en el periodo de transición que generó mayor expectativa fue su intención de poner en marcha una política de combate a la corrupción y de austeridad en la administración pública. En su momento, su recepción se dio con cierto escepticismo y preocupación, porque parecía difícil que todos sus componentes se pudieran implementar en la intrincada y voluminosa estructura administrativa de las dependencias. Posteriormente se constataría que habría nuevas reglamentaciones y tendría un fuerte impacto en el servicio público. El presidente electo, 15 días después de los resultados electorales, presentó medio centenar de medidas dirigidas a frenar la corrupción y racionalizar el gasto público (AMLO. 14.08.2018). Algunas de las más destacadas incluían la suspensión de fueros y privilegios para los funcionarios públicos, como la reclasificación del tipo de delitos para ser juzgados, la disminución del sueldo del presidente a la mitad de lo que recibía el antecesor y de altos funcionarios, limitación de viáticos al mínimo, extinción de la partida presupuestal para gastos médicos privados, así como la destinada a la compra de vehículos nuevos o de equipos de cómputo en el primer año de gobierno, entre otras tantas medidas. También incluyó restricciones de viajes al extranjero, la cancelación de los fideicomisos, la reducción de 70 % del personal de confianza, la cancelación de pensiones a los expresidentes de la república, la reducción de 50 % en el gasto publicitario del gobierno o la exclusiva disposición de choferes para secretarios y subsecretarios. Tal vez, en previsión de la inquietud generada por el alcance de las medidas, el entonces presidente virtual solicitó comprensión y previno: “no engañé a nadie, en la campaña planteé todo esto, en las plazas públicas, no me estoy sacando nada debajo de la manga”. […]

 

Entonces, el titular del poder ejecutivo federal había anticipado cuál sería su equipo de gobierno, qué se proponía lograr y cuáles serían los principales ejes de su gestión, únicamente faltaba conocer cómo se desempeñaría en el ejercicio de gobierno y qué políticas adoptaría en el terreno de la actividad científica y tecnológica. […]

 

En el libro se da cuenta del desenvolvimiento puntual de las iniciativas más emblemáticas del sector y, a la par, se busca un balance equilibrado de lo que ocurrió en el periodo.

jueves, 5 de junio de 2025

Expansión de la Universidad Rosario Castellanos

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE

@canalesa99.bsky.social

 

(Publicado en Campus Milenio No. 1093. Junio 5, 2025, pág. 4)

 

Tal vez ya se impuso el principio de realidad sobre la intención de escalar a nivel nacional la Universidad de la Salud (Unisa). O bien, simplemente, los recursos financieros no alcanzan para cumplir la expectativa de fundar nuevas sedes. El caso es que, al parecer, el proyecto de expansión de la Unisa quedará subsumido en la Universidad Nacional Rosario Castellanos (UNRC).

 

Seguramente usted recordará que, antes del comienzo del actual periodo gubernamental, la presidenta Claudia Sheinbaum, decidió elevar de rango administrativo al entonces Conahcyt y convertirlo en secretaría de Estado. El anuncio fue a la par del nombramiento de Rosaura Ruiz como titular de la entonces nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti).

 

Por su parte, la secretaria designada, desde antes de asumir el cargo, anunció que llevaría a escala nacional los proyectos universitarios que impulsó cuando fue responsable del sector educativo en la Ciudad de México. Los proyectos se referían a la Unisa y a la entonces URC.

 

Los planes se materializaron cuando el gobierno federal publicó la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública y le atribuyó a la Secihti la responsabilidad de administrar tanto la Unisa como la URC (Artículo 38 Bis DOF. 28.11.2024). Todavía más: en enero de este año la Secihti indicó que su Unidad de Políticas Transversales coordinaría ambas universidades (fracción VI del artículo 12 del Reglamento Interior).

 

Sin embargo, algo ocurrió en los últimos cuatro meses que llevó a reconsiderar el plan de expansión, y es probable que sea la escasez de recursos financieros. El pasado 30 de mayo, en la conferencia de prensa matutina de la presidenta, la titular de la Secihti, en una explicación un tanto improvisada, anunció los nuevos planes.

 

La secretaria Rosaura Ruiz anotó que la Unisa pasaría a ser parte de la URC e indicó: “la Doctora Sheinbaum ha decidido que estas universidades se unan, que hagamos una y un área de salud en la Rosario Castellanos. Y entonces en esta universidad —les digo que ya todos recordarán—, tenemos también maestrías y doctorados, pero… Perdón, doctorados todavía no tenemos; maestría, y tenemos la licenciatura en Medicina y en Enfermería, las dos licenciaturas” (PalacioNacional. 30.05.2025).

 

No explicó la razón ni el detalle de las cifras de especialidades. Tampoco señaló de forma explícita la cancelación de la expansión de la Unisa a nivel nacional. Sin embargo, por lo mencionado, se entiende que solamente habrá nuevas sedes para la UNRC y que algunas de ellas incluirán la salud como área de especialidad.

 

La rectora de la UNRC, Alma Xóchitl Herrera, en su turno a la palabra, en la misma conferencia de prensa, informó sobre la convocatoria en curso de la UNRC. Nada mencionó sobre la inclusión de la especialidad en salud en la misma institución.

 

Según los datos que proporcionó la rectora Herrera, hasta las 6 de la mañana del 30 de mayo, un día antes del cierre de la convocatoria, habían solicitado ingreso más de 50 mil aspirantes en las licenciaturas a distancia. Aparte, precisó que en seis entidades federativas se abrirían nuevas sedes, cuyos procesos de admisión estaban en marcha, aunque no proporcionó cifras.

 

La demanda educativa será superior a la cantidad de lugares disponibles. Según la convocatoria de la modalidad a distancia híbrida, la UNRC tenía capacidad para admitir 800 aspirantes en nueve licenciaturas distintas. En total, aceptaría a 7 mil 200 estudiantes, mientras que los solicitantes son más de 50 mil.

 

El caso de la UNRC tiene distintas aristas. No es la única institución que incrementará su oferta de lugares para alcanzar los 330 mil que busca crear la actual administración gubernamental, pero sí es una de las universidades públicas que, en la Ciudad de México, los jóvenes ven como una opción educativa auténtica. Algo similar podría ocurrir a nivel nacional. Es decir, respecto a otras opciones, la presión de los jóvenes por alcanzar un lugar en la UNRC será mayor. La autoridad deberá ofrecerles alguna alternativa a los jóvenes aspirantes.

 

También está el diseño y capacidad de la UNRC. Tal parece que una de las vertientes fuertes para el proceso de expansión será la educación a distancia híbrida. Una tendencia que también se aprecia en la educación superior nacional: hace apenas dos décadas, la educación no escolarizada tenía proporciones insignificantes; actualmente representa una cuarta parte de la matrícula total.

 

La educación a distancia no es una mala opción, pero depende del modelo educativo y de la proyección de costos y ahorros. Un crecimiento desmedido a costa de menores servicios, sacrificando infraestructura o recargado en la autogestión, seguramente trastocará el estándar de formación profesional y la percepción sobre la UNRC.

 

El riesgo podría ser mayor si la intención es que el área de la salud forme parte de la oferta de la misma universidad. Es una especialidad con mayores controles normativos, más costosa y con necesidades de infraestructura específicas. Aunque el área podría quedar reservada para la modalidad presencial y de forma muy acotada.

 

El cálculo inicial era que la UNRC ofreciera alrededor de la mitad de los 330 mil lugares adicionales que busca crear la actual administración, según lo anticipó el secretario de Educación en noviembre del año pasado. Esto significa que instaurara 30 mil nuevos lugares anualmente durante los próximos cinco años. No parece probable.

 

Pie de página: Este viernes 6 de junio a las 12 horas en el IISUE-UNAM, se presentará el libro “La política científica y tecnológica en el periodo 2018-2024. Los saldos de la transformación”. Invitadísimos. // El actual rector de la Universidad Veracruzana, Martín Gerardo Aguilar Sánchez, busca prorrogar su permanencia en el cargo un periodo más, a pesar de que no cumpliría el requisito legal de la edad. El proceso de elección se agita. Atentos.

domingo, 1 de junio de 2025

Harvard y la internacionalización académica

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

@canalesa99

 

(Publicado en Campus Milenio No. 1092. Mayo 29, 2025, pág. 5)

 

Estados Unidos ha sido el mayor polo de atracción para estudiantes e investigadores que participan en la movilidad académica internacional, al menos desde hace poco más de tres décadas. El año pasado, en cifras redondas, ese país concentró el mayor volumen de estudiantes universitarios internacionales: un millón 127 mil estudiantes. Y más de la mitad provenían de la India y de China (Open Doors 2024).

 

Sin embargo, tal parece que estamos ante un punto de quiebre que se ha hecho cada vez más notorio, como lo hemos anotado aquí mismo. El cambio ha sido espoleado por las decisiones del gobierno estadounidense y también por las iniciativas que han puesto en marcha distintos países. La convergencia de estos impulsos podría modificar las tendencias de la internacionalización en los próximos meses o años.

 

Por una parte, la administración estadounidense espera plegar a su sector académico y científico conforme a los lineamientos que ha establecido y podría tener un efecto notable en el flujo de personal altamente calificado. Por lo pronto, el gobierno sostiene una relación hostil: a los amagos de deportación de estudiantes e investigadores y declaraciones mediáticas, se ha sumado la restricción de fondos federales y las disputas legales.

 

El caso emblemático es lo que ocurre con la Universidad de Harvard. A pesar de que no es la institución que concentra el mayor número de estudiantes internacionales –representan poco más de una cuarta parte de su matrícula total y la Universidad de Nueva York tiene más del 40 por ciento–, sí es la más antigua y una de las más prestigiadas.

 

Por otra parte, el desenlace del conflicto entre Harvard y la administración estadounidense será definitorio no solamente para esa institución, también podría serlo para el sistema de educación superior estadounidense y para el reordenamiento de la internacionalización académica entrante y saliente.

 

La colisión con la Universidad de Harvard ha sido ampliamente reportada en los medios, y el gobierno federal anunció la revocación de la certificación de la institución para su Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio. Esto implicaba que la universidad no podría admitir estudiantes ni académicos internacionales para el ciclo 2025-2026 (DHS, 22.05.2025).

 

Al día siguiente, el presidente de Harvard, Alan M. Garber, informó que solicitaría una “orden de restricción temporal” en contra de la revocación (Cartapública 23.05.2025). La orden ya la fue concedida. No obstante, lo más probable es que el conflicto se alargue en los tribunales y el gobierno federal tiene múltiples instrumentos de coacción a su disposición, así que llevará tiempo dirimir las diferencias.

 

Lo notable es que el clima de incertidumbre académica en los Estados Unidos ha impulsado a otros países a ampliar sus ofertas académicas y atraer a estudiantes y académicos internacionales. En realidad, desde el pasado mes de marzo, en Francia, ante los primeros amagos hacia las universidades estadounidenses, la Universidad de Aix-Marsella impulsó  el programa “Safe Place for Science” para atraer a investigadores y, al parecer, el gobierno francés alentó un mayor número de iniciativas (Science 17.03.2025).

 

Programas similares emprendieron otros países, como Canadá, Nueva Zelanda y Australia. Las estadísticas muestran que los países con mayor nivel de ingreso son los que se plantean objetivos de movilidad internacional entrante y presentan tasas altas de internacionalización. Por el contrario, algunos de los países en desarrollo, se plantean más bien objetivos de movilidad saliente y tienen tasas bajas.

 

Quizás el programa que podría generar tener un efecto mayor en el reordenamiento de los flujos académicos es el que planteó recientemente el parlamento europeo: “Elige Europa para la ciencia”. Una iniciativa dirigida a científicos e investigadores internacionales, con una modesta inversión de 500 millones de euros para los próximos dos años, que ofrece distintas opciones de involucramiento académico, garantías para la libertad de investigación, así como la libre circulación del conocimiento y de datos (PE22.05.2025).

 

Tal vez no se modificarán rápidamente las tendencias de la internacionalización. Pero, sin duda, tanto los actos de hostilidad como los de atracción académica tendrán un efecto en el ánimo de la movilidad de estudiantes e investigadores. Tanto unos como otros están dispuestos a cambiar de institución o de zona de residencia en busca del mejor lugar para su desempeño. Pero muy difícilmente habrá quienes prefieran realizar una actividad distinta o cambiar su área de especialidad profesional.

 

Pie de página: Retorna la convocatoria gubernamental para otorgar apoyos a las academias y organizaciones científicas (Aquí se puede ver: https://qrcd.org/8lV2). Ya veremos montos y número. // Las diferencias entre la Universidad de Guadalajara y el gobierno estatal no están resueltas e ingresaron a un nuevo capítulo. Atentos. // Ya están las ganadoras del Premio Internacional L’ORÉAL-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencias” (FWIS) y lo recibirán el próximo mes en Francia