jueves, 7 de noviembre de 2024

La rectoría del Estado y la nueva Secretaría

 

Canales

UNAM-IISUE/PUEES

@canalesa99

 

(Publicado en la versión digital de Campus Milenio No. 1067. Octubre 31, 2024)

 

La propuesta de creación de la próxima secretaría de ciencia afianza la centralización de las decisiones en el sector y prevé administrar dos modelos de nuevas universidades. La iniciativa deberá ser aprobada por el Congreso, aunque seguramente el proceso legislativo correrá sin contratiempos y estará lista para el mes próximo. Lo que todavía no se sabe es cuál será su presupuesto.

 

El proyecto de reforma, en su exposición de motivos, anota que se trata de una reingeniería de la administración pública en función de la “eficiencia, eficacia, austeridad y gobernanza digital”. Sin embargo, queda por verificar cómo se conciliará un crecimiento de la administración con la austeridad. Las opciones son limitadas: una redistribución de servidores públicos, un crecimiento más o menos marginal de la estructura o una modificación meramente nominal.

 

La secretaría de ciencia no es la única novedad, el actual Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) se transformará en la Secretaría de las Mujeres, instaurará la Secretaría Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, renombra a la Secretaría de la Función Pública y modifica múltiples funciones en varias secretarías.

 

Lo notable es que justifica la instauración de la nueva secretaría de ciencia porque la opinión pública llegó a catalogar al Conahcyt como “agencia de becas” o responsable “de la pérdida de los fideicomisos, lo que implicó perder la operatividad que proporcionaban los fondos provenientes de las secretarías” (01.11.2024). Una apreciación que podría corresponder no solamente al organismo de periodos anteriores al 2018, también al de la gestión previa a la actual.

 

La exposición de motivos también añade que, a pesar de las modificaciones operadas en el  Consejo, “persiste la exigencia de diversos sectores sociales de […] centralizar y reordenar dicha institución, evitando duplicidad de funciones y permitiendo ahorros presupuestales sin afectar los principios de humanismo, equidad, bienestar social”.

 

No está claro si esa exigencia de centralizar se refiere a la relación entre secretarías de Estado, ya que múltiples dependencias gubernamentales realizan actividades científicas y tecnológicas y se dispersa el presupuesto, o bien, a un papel más proactivo del organismo en todo el sector.

 

Sin embargo, tal parece que la referencia corresponde a una centralización general. El proyecto de la nueva entidad administrativa prevé que una de sus funciones sea:  “articular, coordinar y ejercer la rectoría que corresponde al Estado mexicano en las Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación a través el Sistema Nacional de Planeación Democrática” (fracción III).

 

El asunto es que la ley de ciencia vigente establece que la rectoría del Estado sobre el sector es una facultad concurrente de la federación, las entidades federativas, los municipios y las demarcaciones (artículo 25 fracción I). Es decir, no es una atribución exclusiva del gobierno federal. Tal vez se dirá que por eso indica que la ejercerá a través del Sistema Nacional de Planeación. Pero… no cambia la centralización.

 

Otra función relevante de la próxima secretaria es la de “Administrar la ‘Universidad Rosario Castellanos’ y la ‘Universidad de la Salud’”. Son los dos modelos de institución de la Ciudad de México que se llevarán a escala nacional. De hecho, el secretario de Educación, Mario Delgado, anticipó que el primer modelo crecerá en 30 nuevas sedes y dará cabida a 150 mil nuevos estudiantes; el segundo modelo tendrá 10 sedes más y ofrecerá 25 mil nuevos lugares (23.10.2024).

 

Todavía no se conoce la estructura administrativa de la nueva secretaría, pero ya está claro que no se hará cargo de la actual Subsecretaría de Educación Superior que corresponde a la SEP, como se llegó a especular. Sin embargo, por decir lo menos, resulta controvertido que un nuevo subsistema de universidades sea administrado por fuera de la Subsecretaría, instancia que debe encargarse de coordinar al conjunto institucional de nivel superior. Ocurrió lo mismo con el programa de las Universidades Benito Juárez, y parece que de nueva cuenta se repetirá el procedimiento.

 

La semana próxima conoceremos qué presupuesto está previsto para la nueva secretaría y de ese total cuánto será destinado para administrar los modelos universitarios locales a escala nacional. Ahí se cerrará la pinza para delinear el alcance y el futuro de la próxima entidad administrativa.

 

Pie de página: El reciente informe de la Auditoria Superior de la Federación a la pasada administración del Conahcyt, en lo concerniente a la contratación relacionada con las tecnologías de la información y la comunicación, reportó que  “no se garantizó que ésta se realizara con base en criterios objetivos e imparciales de inclusión, equidad institucional, equilibrio regional e incidencia social” (p. 182). Tampoco se acreditó la participación de 94 de los 97 recursos contratados por el INFOTEC para el desarrollo de un proyecto del 2023 y éste último realizó pagos por 44,528.6 miles de pesos con recursos ministrados por el Consejo (p. 183).// La Universidad de Guadalajara abre una sede en las instalaciones de la Arizona State University, en Los Ángeles, California.

sábado, 2 de noviembre de 2024

Educación y ciencia en el periodo 2018-2024

 

Alejandro Canales

UNAM-IISEU/PUEES

@canalesa99

 

(Publicado en la versión digital de Campus Milenio No. 1066. Octubre 31, 2024)

 

Las dimensiones precisas de lo que realizó el gobierno anterior en materia educativa se van conociendo poco a poco. Desde luego, están los documentos oficiales, como el sexto y último informe de gobierno o los informes sectoriales de fin de periodo, que ofrecen una visión desde la propia administración sobre lo que logró y los pendientes que dejó.

 

Sin embargo, el panorama gubernamental no es suficiente para conocer en qué condiciones estaba el sistema educativo al inicio de un periodo de gobierno y cómo queda al final del mismo. Las valoraciones externas son fundamentales para una mejor apreciación y afortunadamente no son pocas las que ya se van conociendo.

 

Ahora, se suma una más. El Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM -institución en la que me desempeño- acaba de publicar el libro: La educación en el sexenio 2018-2024. Miradas desde la investigación educativa. Un volumen coordinado por las doctoras Gabriela de la Cruz y Ana Laura Gallardo, directora y secretaria académica, respectivamente, del Instituto.

 

El IISUE, como lo expresa su nombre, es una de las instituciones nacionales especializadas en la generación de conocimiento sobre la universidad --tiene el resguardo del Archivo Histórico de la Universidad— y en investigación educativa en todas sus modalidades y niveles.

 

La publicación se puede consultar y descargar de forma gratuita en la página electrónica del instituto (http://www.iisue.unam.mx). Una de las peculiaridades del libro es que se trata de un esfuerzo institucional. En total participaron 27 integrantes del personal académico del Instituto, incluyendo a las coordinadoras que también son autoras; todas las secciones y contribuciones identifican el crédito de autoría correspondiente.

 

El libro de 363 páginas inicia con una presentación y la infaltable introducción, en la cual se precisa que se trata de una obra verdaderamente colectiva, una publicación interdisciplinaria que expresa el compromiso institucional tanto con la producción de conocimiento como con la diversidad de posiciones y de formas de aproximación.

 

La publicación abre con un proemio, como punto de referencia, en el que se detallan las coordenadas que delinearon el proyecto educativo del gobierno federal de 2018 a 2024 y destaca sus principales propuestas al comienzo del periodo. Luego, la primera sección, “Políticas, gestión y financiamiento”, recoge diferentes aportaciones sobre esos tres componentes del sistema, en donde se combinan aproximaciones analíticas a nivel macro y otras a nivel del aula.

 

La segunda sección está acotada a la “Formación de docentes de educación básica” y presenta los principales factores asociados al tema, como la fragmentación de este proceso formativo, la necesidad de una reconceptualización y el complejo asunto curricular de las instituciones normalistas.

 

Después, en la tercera sección, “Las reformas curriculares en el sexenio: educación básica

y educación media superior”, como lo indica su título, se centra en las reformas en estos dos grandes niveles. En particular, la de educación básica, sobre aspectos pedagógicos y didácticos del plan y programas de estudio de 2022. La segunda, en relación con los ejes que definen la más reciente transformación curricular.

 

Por último, la cuarta sección trata sobre “Educación superior, ciencia y tecnología”, el énfasis está puesto en las modificaciones de sus respectivos marcos normativos, con la expedición de la Ley General de Educación Superior y la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación. La sección plantea un balance a partir de lo que se propuso inicialmente, lo que realmente se logró y lo que resta por hacer.

 

El libro cierra con un apartado de conclusiones y puntos de agenda, donde se reitera la diversidad de posiciones que se reúnen en su interior, así como la intención de contribuir al debate y a las decisiones sobre el sistema educativo nacional.

 

En fin, no se trata de un balance exhaustivo del terreno educativo en el sexenio 2018-2024, pero sí incluye los componentes indispensables, con énfasis distintos, para el análisis del periodo. El lector juzgará la pertinencia y sacará sus propias conclusiones.

 

Pie de página: La presidenta Claudia Sheinbaum dijo que este 30 de octubre envió las modificaciones a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para crear la Secretaría de las Mujeres, la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación y la Agencia de Transformación Digital. Al parecer, está previsto que entrarán en funciones el primer día de enero del 2025. Y así las cosas.