jueves, 12 de diciembre de 2024

CONACYT: fin de un ciclo

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

@canalesa99

 

(Publicado en la versión digital de Campus Milenio No. 1072. Diciembre 12, 2024)

 

Al final de este mes, después de poco más de medio siglo de funcionamiento, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) dejará de existir y dará paso a la operación de la próxima Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti).

 

No se trata de la eliminación de las actividades que desempeña el Consejo, como fue el caso de algunos organismos autónomos, y de otros próximos a desaparecer, ya que, más o menos, las mismas funciones serán trasladadas ahora a una secretaría de Estado. De hecho, el supuesto es que la nueva estructura tendrá una mayor jerarquía administrativa.

 

El cambio tiene relevancia e implicaciones, porque el Consejo era una especie de organismo intermedio entre el Ejecutivo Federal y la comunidad del sector. Una instancia que, como en otras naciones, surgió para mediar el patronazgo del Estado y la comunidad de científicos. Ahora podrían cambiar los términos de la relación.

 

La próxima Secihti y el actual Conacyt forman parte de la Administración Pública Federal, pero la primera es parte de la administración centralizada, mientras que el segundo, como organismo público descentralizado, es parte de la administración paraestatal. No tienen la misma personalidad jurídica.

 

El Conacyt, al instaurarse, el 30 de diciembre de 1970, sustituyó al entonces Instituto Nacional de la Investigación Científica. Este último fue creado por el presidente Miguel Alemán en 1950, la principal finalidad era apoyar la investigación científica y respaldar a estudiantes e investigadores.

 

El Instituto tenía la encomienda de mantener un registro del personal científico especializado, así como de las investigaciones con apoyo del gobierno federal y de las respectivas patentes. Por cierto, el Instituto estaba integrado por vocales y estos eran nombrados por el ejecutivo federal.

 

Al reorganizarse el Instituto –cuando el presidente era Adolfo López Mateos y el secretario de Educación, Jaime Torres Bodet-- conservó sus finalidades y explícitamente estableció que concedería becas a estudiantes, otorgaría apoyo económico a las instituciones formadoras de investigadores y también a investigadores distinguidos para la realización de investigación dentro y fuera del país (Artículo 3.º, DOF. 30.12.1961)

 

A partir de la reorganización del entonces Instituto también se añadió como función la de ser un “órgano de consulta del Poder Ejecutivo Federal en materia de investigación científica y para la concesión de los subsidios y otras ayudas de carácter económico” (Artículo 3º Fracción VIII).

 

La iniciativa de ley de creación del Conacyt consideró que el Instituto tendría dificultades para asumir la responsabilidad de coordinar los esfuerzos en materia científica y, por tanto, propuso reemplazarlo por un nuevo organismo.

 

El Conacyt recuperó los lineamientos de respaldo a la comunidad científica, pero sobre todo destacó el papel de organismo asesor y auxiliar del ejecutivo federal sobre la política nacional de ciencia y tecnología, así como de consulta obligatoria para todas las dependencias de la administración pública (DOF. 29.12.1970).

 

A lo largo de las últimas cinco décadas, el organismo experimentó múltiples modificaciones. Las más profundas fueron las derivadas de las reformas normativas de 1984, 1999, 2002 y 2023. Los cambios en las normas le permitieron desectorizarse de otras secretarías y asumir mayores atribuciones, tanto en el diseño de programas como en el manejo de los instrumentos para la orientación del sistema.

 

La última reforma, como lo hemos anotado en este Acelerador de Partículas, generó fuertes disputas en la comunidad y significó un punto de inflexión en aspectos clave del sector, como la dimensión nacional de las políticas, el financiamiento o la forma de gobierno del organismo.

 

El Conacyt será reemplazado por la nueva Secihti a partir del primer día del mes próximo. A la próxima secretaría le corresponderá la conducción de la política nacional en la materia y, a diferencia del resto de las secretarías de Estado que guardan distancia sobre el federalismo, explícitamente anota que tendrá la atribución de “articular, coordinar y ejercer la rectoría que corresponde al Estado mexicano en las Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación”.

 

La figura jurídica de la nueva instancia es distinta, se cerrará el ciclo del Conacyt y su papel como organismo intermedio entre el ejecutivo federal y la comunidad.

 

Pie de página: El 9 de febrero del 2004 la UNAM publicó su “Programa de racionalidad y austeridad presupuestaria”, incluía 15 medidas para optimizar su presupuesto. El pasado 9 de diciembre publica el nuevo “Programa de racionalidad presupuestaria 2025” y suma una veintena de medidas.

jueves, 5 de diciembre de 2024

Rosario Castellanos a escala nacional

 

Alejandro Canales

UNAM-IISEU/PUEES

@canalesa99

 

(Publicado en la versión digital de Campus Milenio No. 1071. Diciembre 5, 2024)

 

La presidenta Claudia Sheinbaum firmó, en el marco de su conferencia de prensa del 2 de diciembre, el acta de instauración de la Universidad Nacional Rosario Castellanos. El mismo día, la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación traía entre sus páginas el decreto de creación de la nueva universidad.

 

¿Los acontecimientos se han desenvuelto con rapidez y son buenas noticias? Relativamente. Tal vez usted recordará que el primer anuncio público sobre la promesa de llevar a escala nacional a las universidades Rosario Castellanos y de la Salud, se produjo el pasado mes de junio, una vez designada Rosaura Ruiz Gutiérrez como próxima titular de la ahora Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti). Por cierto, en el paso de Consejo a Secretaría, salvo las humanidades, ahora la denominación para la nueva dependencia es en singular.

 

El anuncio inicial generó más bien interrogantes, tanto sobre la figura jurídica que tendrían las nuevas instituciones, como la secretaría que sería responsable del proyecto y la reorganización interna del subsistema de educación superior. Estos y otros aspectos los planteamos en su oportunidad en este Acelerador de Partículas.

 

Ahora, una vez publicada la reciente reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, quedó claro que la Secihti tendrá entre sus funciones la administración de los dos nuevos modelos de universidad –sí, “administrar” es la palabra que utiliza-- y la Subsecretaría de Educación Superior continuará en la Secretaría de Educación Pública. ¿Cómo se coordinarán ambas secretarías? ¿Qué responsabilidades y atribuciones tendrán una y otra sobre las nuevas instituciones? 

 

Seguramente lo sabremos sobre la marcha o una vez que la SEP presente la actualización de su reglamento interior y la Secihti emita el propio. Por lo pronto, jurídicamente ya existe la nueva secretaría de Ciencia, pero sus normas no están disponibles porque entrará en funciones hasta el primero de enero del año próximo, según lo dispuso el artículo transitorio de la reforma de la administración pública (DOF 28.11.2024).

 

Lo que sí se conoce es la meta de cobertura que tendrá la nueva Universidad Rosario Castellanos y su estatus jurídico. Sobre la primera, el secretario de Educación, Mario Delgado, desde el pasado mes de octubre señaló que se tenía prevista la creación de 30 nuevas sedes y que cada una “albergará entre tres mil y siete mil alumnos, un promedio de cinco mil; por lo tanto, ahí se llegará a 150 mil lugares nuevos que, sumados a los que actualmente tiene ya esta universidad aquí en la Ciudad de México, pues va a llevar a un total de 206 mil” (23.10.2024).

 

El decreto de creación establece que la nueva institución es un organismo descentralizado, con personalidad jurídica, autonomía técnica. Su denominación será Universidad Nacional Rosario Castellanos (UNRC) y “estará agrupado en el sector coordinado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías” (DOF 02.12.2024).  Nótese la forma indirecta de referirse a su vínculo con el Consejo, tal vez porque pronto dará paso a la Secihti y dejará de existir, o bien, para no utilizar el término “administrar” que está especificado en las funciones de la nueva secretaría.

 

La institución tiene atribuciones para la formación en todos los niveles de educación superior: licenciatura, especialidad, técnico superior universitario, maestría y doctorado. También tendrá capacidad para expedir certificados, títulos y grados con validez oficial. Estará dirigida por una junta de gobierno presidida por la actual directora del Conahcyt e integrada por las personas titulares de seis secretarías de Estado: Educación Pública; Hacienda y Crédito Público; Cultura; Relaciones Exteriores; Economía; y Anticorrupción y Buen Gobierno. Algo más reducido, pero similar a lo que en su momento fue el Consejo General del Conacyt

 

Todavía no está claro si la persona responsable de dirigir a la UNRC tendrá el cargo de dirección general o rectoría. El decreto se refiere de forma indistinta a ambas, lo que sí precisa es que será designada y removida por la persona titular del poder ejecutivo federal. Aunque, a diferencia de otras instituciones similares, no indica que ese nombramiento sea a propuesta de la secretaría a la que pertenece, en este caso a la Secihti.

 

El mismo día de la firma del decreto, la titular de la Secihti, Rosaura Ruiz, anunció que tienen planeado iniciar actividades en el primer semestre del año próximo. También señaló, como aquí mismo lo habíamos anticipado (Campus No. 1056) que la primera universidad estará en Comitán, Chiapas. Después seguirá Tijuana, luego Sonora, San Luis Potosí, Puebla y otros más.

 

En fin, tal parece que el modelo en breve estará en marcha. La instauración de mayores oportunidades educativas para los jóvenes es necesaria y siempre bienvenida. Sin embargo, no basta con las buenas intenciones; a nivel nacional hay experiencias de cómo proceder y también de cómo no hacerlo. Ojalá que el patrón que conduzca el nuevo modelo tenga los recursos suficientes y siga las mejores prácticas.

 

La propuesta de presupuesto para el conjunto de instituciones de educación superior para el año próximo no es satisfactoria, incluso si se corrige el supuesto error que cometió Hacienda. La presidenta Sheinbaum aclaró que los recursos para la UNRC serán federales y “los profesores, toda la nómina educativa sea parte ya de la nómina federal, y además, las nuevas universidades”.

 

El proyecto de presupuesto para el año próximo no incluye a la UNRC, seguramente porque la institución no tenía un estatus jurídico para asignarle recursos. Pero lo más probable es que ya tenga un monto asegurado. Queda por resolver si lo que sumará el nuevo modelo universitario se le restará al resto del subsistema. Pronto lo constataremos.

 

Pie de página: La UNAM colaborará con la Secretaría de Obras y Servicios del gobierno de la Ciudad de México para la gestión y supervisión del Proyecto Utopías.