¿Continuidad del
programa para jóvenes investigadores?
Alejandro Canales
UNAM-IISUE
Twitter: @canalesa99
En 2013-2014, cuando se perfiló una nueva modalidad de ingreso a
la carrera académica para los recién graduados, el programa Cátedras Conacyt
para jóvenes investigadores parecía la vía sistémica al complicado asunto de la
inserción laboral de recursos humanos altamente calificados.
Sin embargo, las expectativas depositadas en el nuevo programa
comenzaron a disminuir rápidamente, no tanto por las temáticas y retos que
propone, ni siquiera por las nuevas condiciones laborales que establece (Campus Milenio No. 548). La razón más
bien se debió a la reducción en el número de lugares a otorgar del primero al
segundo año.
A pesar de que se habían manejado diferentes cantidades para la
primera convocatoria del programa Cátedras, todas alrededor del medio millar,
al final se reportó que se contrataron a 574 jóvenes investigadores. Un número
importante, aunque relativamente pequeño, sobre todo si se considera que la
cantidad de graduados de doctorado, cada año, representa seis veces más esa
cantidad. Ni hablar de números acumulados.
La distribución de los jóvenes contratados siguió las pautas
indicadas en las bases de la convocatoria. Es decir, se concentraron en una
treintena de retos divididos en siete temas. Las asignaciones se hicieron
conforme los principios de proporcionalidad en las tres regiones en las que se
dividió el total de entidades y el conjunto de instituciones de educación
superior.
Fuente: www.percepcion.com.mx
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No obstante, estados pequeños o con sistemas de educación superior
relativamente modestos, como Tabasco, Chihuahua,
Tlaxcala, Nayarit o Guerrero, recibieron el menor número de Cátedras (tres,
seis o siete). En el extremo opuesto, el DF con 89 cátedras obtuvo el mayor
número en el total de entidades; le siguieron con una treintena cada una,
Oaxaca, Michoacán, San Luis Potosí y Yucatán.
La mayor participación relativa por conjunto institucional fue
para los Centros Públicos de Investigación (182). Otro tanto, más o menos
similar, para las universidades públicas estatales (176). Un poco menos para
las universidades públicas federales (121) y la parte restante dividida casi en
partes iguales entre el Tecnológico Nacional de México (47) y los Institutos
Nacionales de Salud (42).
Sin embargo, la siguiente versión del programa Cátedras Conacyt,
la correspondiente a este año, cuando el panorama del presupuesto se tornó
sombrío, el número que se asignarían fue de 225, menos de la mitad del año
previo. La información oficial sobre su distribución en el conjunto de
entidades e instituciones todavía no se publica, solamente se ha informado que
el número e instituciones en la que están adscritos suman 102, considerando el
total de Cátedras (Comunicado 85/15).
El programa conservó las mismas bases de funcionamiento de la
primera edición, igual que los temas y casi los mismos retos. Aunque se
hicieron las adecuaciones normativas para que los jóvenes pudieran optar por
pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores.
El año pasado, casi por estas mismas fechas, cuando ya se sabía
que disminuía el número de Cátedras por asignar y estaba en discusión el
Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de este año, el presidente de la
comisión de ciencia y tecnología de la cámara de diputados, Rubén Benjamín
Félix, dijo que buscarían incrementar los recursos para el programa de
Cátedras. Pero no, no aumentaron; el número quedó como se había establecido en
el proyecto del PEF.
La incertidumbre era si en el paquete económico para el año
próximo, el que entregó Hacienda hace dos semanas, el programa de Cátedras
volvía a disminuir o de plano se cancelaba. Pues no, según la estrategia
programática del PEF, el programa seguirá vigente.
Fuente: www.lavozdemichoacan.com.mx
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De
acuerdo a lo que se indica en el paquete entregado al Congreso, está prevista “una asignación
presupuestaria de 250 millones de pesos para 2016” para las Cátedras, con lo se
tiene previsto crear 282 nuevas plazas.
Es decir, por lo pronto y
salvo las modificaciones que pudieran realizar los diputados, el programa de
las Cátedras continuará. Tal vez el volumen es reducido y seguramente, mientras
el tema de los recursos no mejore, los números no se modificarán de forma
sustantiva.
No obstante, si el programa conserva la misma tendencia de
crecimiento, el acumulado comenzará a notarse cada vez más en el sistema y en
las instituciones. Lo que todavía no se sabe es qué está ocurriendo con los
jóvenes contratados bajo el nuevo esquema y qué efectos está provocando al
interior de los establecimientos. El impacto será lento pero muy profundo. Ya
lo notaremos.
(Publicado en Campus Milenio No. 625 Septiembre 24, 2015, p.5)