El eclipse de la reforma educativa
Alejandro
Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter:
@canalesa99
En el sector
educativo parece que solamente existe un sólo tema: la reforma. Bueno, casi a
la par, coexiste con los discursos mediáticos del titular de la dependencia. Ni
siquiera. Si se juzgara por lo que tiene mayor visibilidad pública, únicamente
aparece el complicado asunto de la evaluación docente y las imágenes del
secretario de Educación, Aurelio Nuño, en sus visitas a diferentes escuelas
primarias. ¿Ahí termina la agenda educativa? No debiera.
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Fuente:www.gob.mx |
La reforma
educativa, no hay duda, es un asunto central de la actual administración. Desde
el comienzo de su periodo, la declaración de intenciones fijó como primer punto
de agenda el impulso a una reforma legal y administrativa para elevar la
calidad de la educación básica y recuperar la rectoría en el sector. Una que
estaría centrada en la puesta en marcha de un Servicio Profesional Docente, la
creación de un Sistema Nacional de Evaluación, la autonomía del Instituto
Nacional para la Evaluación de la Educación, la creación de un Sistema de
Información y Gestión, entre otras acciones.
Al comienzo,
aunque no parecía sencillo, convertir las declaraciones en leyes y reglamentos,
fue lo más fácil. Después vino y viene lo más complicado: ingresar los cambios
en las aulas; modificar el sistema de ingreso, promoción y permanencia del servicio docente; realizar
evaluaciones justas; mejorar efectivamente las prácticas docentes y los
aprendizajes de los alumnos; o alcanzar la prometida calidad de la educación.
Nada menos.
Hasta ahora lo
evidente han sido algunas complicaciones derivadas de la aplicación de la evaluación
docente a gran escala: ausencia de consenso; ferreas resistencias; delimitación
de responsabilidades entre autoridades educativas; la validez técnica de las
pruebas; una costosa logística (literalmente) para su práctica; errores en la
valoración; entre otros aspectos.
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Fuente: cbtelevision.com.mx |
Y todavía falta
lo más importante que, anuncio tras anuncio, se ha venido posponiendo desde el
año pasado: el modelo educativo. Entonces, la actuación de las autoridades
educativas y la discusión pública ha estado centrada en un aspecto de la
reforma, ni siquiera en todos sus componentes.
Tal vez la
insostenible relación con la anterior dirigencia sindical y la morfología del
sistema educativo nacional resultaron atractivos para colocar la reforma
educativa como único punto de agenda. Los grandes números del sistema educativo
nacional se localizan en el nivel básico. Por ejemplo, de los más de 36
millones de alumnos que existen actualmente, siete de cada diez se concentran
en educación básica; de las más de dos millones de plazas docentes, seis de
cada diez son para ese mismo nivel; y más o menos se conserva esa misma
relación en la participación del gasto nacional en el sector.
Pero los
problemas del sistema educativo van más allá del nivel elemental y la reforma
en marcha. En el mismo programa sectorial de la actual administración se
recuperó un diagnóstico y se plantearon seis grandes objetivos, en donde la cobertura,
pertinencia, inclusión y equidad en la media superior y superior eran parte de
las metas a alcanzar al final del periodo.
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Fuente: impacto.mx |
La reducción de
la agenda no es especulación. Hace dos semanas, anotamos cómo se desinfló la campaña de atención al
rezago educativo y las dificultades que se advierten para cumplir las metas comprometidas
(Campus Milenio No. 638). En estas mismas páginas, las plumas de los colegas han
llamado la atención sobre el recorte a las universidades, la posibilidad de que
no se alcancen las metas de cobertura o la aparente omisión sobre la reforma de
las escuelas normales.
Desde el final
del año anterior, aunque con mayor precisión en éste, el secretario de
Educación, ha delineado la agenda que tiene prevista para el sector. Es una
descripción de siete prioridades para llevar a “buen puerto la reforma” en el
primer semestre de este año (está en la página web de la Secretaría).
Iniciará la
semana próxima con la presentación del “plan de la nueva escuela mexicana”. Seguirá
en febrero con la estrategia de mejora de infraestructura escolar y en el mismo
mes se publicaran los resultados de la evaluación docente. Luego, dice el
secretario, en marzo-abril se presentará el modelo educativo para básica y
media superior; después, las acciones en favor de la equidad; en mayo, las acciones para estrechar la
vinculación entre el sistema educativo y el mercado laboral. Finalmente, culminará
en junio con una propuesta de reforma administrativa de la SEP.
Nuevamente, las
prioridades se concentran en la reforma, aunque parcialmente se incluye la
media superior y la vinculación entre sistema educativo y mercado laboral. La
reforma no es todo el sistema educativo. Sí, mediática y momentáneamente lo
puede eclipsar, pero los problemas no desaparecerán y los riesgos son
mayúsculos.
(Publicado en
Campus Milenio No. 641 Enero 21, 2016, p.5)
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