Alejandro Canales
UNM-IISUE/PUEES
@canalesa99.bsky.social
(Publicado en Campus Milenio No. 1079. Febrero 2, 2025, pág. 4)
El motivo fue la presentación de lo que será el Centro de Diseño de Semiconductores. Un proyecto encomendado a la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) que busca incursionar en toda la cadena de valor de los semiconductores. Es decir, diseñarlos, fabricarlos y llevarlos hasta el usuario final.
Ahí estaban, en Palacio Nacional, en la conferencia de prensa del pasado 6 de febrero, funcionarios y miembros de la comunidad científica nacional. La presidenta Claudia Sheinbaum los anunció como un “grupo muy nutrido” que la acompañaba esa mañana.
Y sí, estaba el coordinador del proyecto de semiconductores y director de Innova Bienestar, Edmundo Gutiérrez Domínguez, pero también directivos y personal de instituciones académicas, como el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (Inaoe), el Centro de investigación en Materiales Avanzados (Cimav), la UNAM, el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), el IPN, entre otros. En conjunto, sumaban poco más de una docena.
No tendría nada de particular la presencia de personas relacionadas con el ámbito científico y tecnológico en un proyecto gubernamental. Después de todo, se trataba de presentar una iniciativa tecnológica, y lo que cabría esperar era que los participantes fueran especialistas en la materia.
Sin embargo, su participación ya no era tan esperable si se recuerda que, en el gobierno anterior, el conflicto y las disputas entre la autoridad y miembros del sector fueron el común denominador. El camino de la interlocución y la cooperación estaba empedrado de agravios; los puentes de entendimiento con la comunidad quedaron dinamitados.
Difícil, muy difícil que el entonces Conacyt, vuelto de espaldas a la comunidad que debía coordinar, pudiera poner en marcha diferentes iniciativas y mostrar buenos resultados. Tal vez ahí esté parte de la explicación de que, a estas alturas, la vacuna Patria contra el Covid-19 siga siendo una intención. Y más o menos ocurrió lo mismo con los diferentes proyectos planteados.
¿Ahora viene un punto de inflexión y estamos ante un eventual retorno de la comunidad académica y científica? El proyecto de semiconductores, tanto por su naturaleza como por las instituciones involucradas, es muy acotado para demostrarlo. Faltan las líneas estratégicas del programa sectorial y, muy especialmente, una reforma del marco normativo.
Sin embargo, los primeros pasos apuntan en la dirección de retrotraer al sector, como las reuniones con los jóvenes del programa Cátedras, las líneas de atención de la Secretaría, las iniciativas que se buscan impulsar a través de cooperación en red o los nuevos proyectos. Aunque, la fuerza centrípeta persistirá, mientras no se modifiquen las normas.
Los semiconductores, cuyo nombre le viene por su conductividad eléctrica intermedia y el tipo de materiales que utiliza para su fabricación, son mejor conocidos como chips. La industria de los semiconductores es fundamental para cualquier tecnología moderna, sea para el desarrollo de los dispositivos electrónicos o para los sistemas de comunicación.
La titular de la Secihti precisó que el proyecto se llama Programa Kutsari. La razón: “Porque quisimos utilizar una lengua originaria, por supuesto, y kutsari quiere
decir ‘arena’ en purépecha. Y, bueno, la arena es fundamental en este tema,
porque, por ejemplo, el silicio es uno de los materiales importantes en este
trabajo para crear los dispositivos” (06.02.2025).
México tiene una larga experiencia en el terreno de los semiconductores. Las primeras empresas internacionales de semiconductores se instalan desde finales de los años sesenta en Jalisco, como Siemens, Motorola, General Instruments, IBM. No es fortuito que el Centro Tecnológico de Semiconductores del Cinvestav se haya instalado ahí desde los años ochenta.
No obstante, una etapa es el diseño, en donde instituciones académicas nacionales tienen experiencia, pero otra es la fabricación y el ensamblaje. La industria de los semiconductores está en expansión y es altamente competitiva, con Taiwán, China, Corea del Sur y Estados Unidos a la cabeza; las exportaciones mundiales suman más de 600 mil millones de dólares y se espera que en este año sean de más de 700 mil. México no figura actualmente en la decena de países líderes en exportaciones de estos dispositivos.
El coordinador del Programa Kutsari planteó que se piensan enfocar en el sector de la tecnología tradicional –no en la de alto rendimiento--, en el mercado local y planean cubrirlo para el año 2030. El mismo coordinador tiene presente que para la etapa de fabricación, la más costosa de la cadena, tienen considerado la participación del sector privado para montar una fábrica.
En fin, el proyecto Kutsari puede ser un castillo de arena más en el paisaje nacional o un castillo con bases firmes de cooperación entre diferentes sectores. Lo insoslayable será el nivel de inversión para ponerlo en marcha. Ya lo constataremos en el periodo.
Pie de página: La iniciativa de reforma a los artículos 4º y 27 de la Constitución Política, sobre conservación y protección de los maíces nativos, seguriá en suspenso en el Congreso.
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