viernes, 7 de marzo de 2025

PND: el formato y la relación contingente

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

@canalesa99.bsky.social

 

(Publicado en la versión digital de Campus Milenio No. 1082. Marzo 6, 2025)

 

A diferencia del período de gobierno anterior, tal parece que ahora el Plan Nacional de Desarrollo (PND) sí tendrá el formato usual de planeación estratégica. Sin embargo, también es posible que, por la turbulenta y contingente relación con nuestro principal socio comercial del norte, el Plan no sea el plan

 

Pero, con independencia de si el PND será o no el documento rector del desarrollo nacional, en los ámbitos científico y educativo tiene prevista la continuidad con las iniciativas que estaban en marcha y no incluye indicadores para anticipar que México se podría convertir en una potencia científica.

 

La titular del Poder Ejecutivo Federal, Claudia Sheinbaum remitió su propuesta de PND a la Cámara de Diputados la semana pasada (Gaceta Parlamentaria 28.02.2025). Por primera vez, después de la reforma a la Ley de Planeación del 2018, tenía hasta el último día hábil de febrero para remitir el Plan (artículo 21), y ese día lo envió.

 

A su vez, los diputados tendrán dos meses, contados a partir de la recepción del Plan, para aprobarlo. Esto nos llevará a los primeros días del próximo mes de mayo y, si no se pronunciaran al respecto, vencido el plazo, se dará por aprobado en sus propios términos.

 

En realidad, para efectos prácticos, la versión que recientemente entregó la presidenta será la que prevalezca, porque los diputados solamente deben verificar que el documento incluya los fines establecidos en la Constitución y hasta donde muestran los registros, ninguna legislatura ha rechazado el Plan.

 

Tal vez el caso más extremo fue en el período de gobierno anterior. ¿Usted lo recuerda? Hubo dos versiones de PND, una elaborada por el ejecutivo federal y otra por el secretario de Hacienda. Este último dijo que la versión del ejecutivo era un manifiesto político, no era un plan y que las políticas públicas no contaban con el debido sustento (29.07.2029). Unos días después, el secretario renunció y los diputados, sin más, aprobaron el documento del presidente.

 

El PND actual tiene un formato ortodoxo. Es decir, plantea los principios rectores que lo conducirán, unos ejes de coordinación, un breve diagnóstico en cada eje, los objetivos de desarrollo nacional que persigue, así como las respectivas estrategias para cada objetivo y las metas para el final del período. Lo más importante es que también incluye una serie de indicadores para valorar la marcha del Plan, como lo han hecho los diferentes planes desde el año 2000.

 

En el apartado de la presentación, firmado por la presidenta Claudia Sheinbaum, perteneciente al mismo partido político del gobierno anterior, no solamente se establecen las líneas de continuidad, también algunos de los principios que lo animaron y un atisbo del delicado equilibrio en el que estará en las próximas semanas o en todo el período.

 

Por ejemplo, escribe la presidenta: “En el mundo global promovemos una relación abierta con todas las naciones, partiendo de nuestra vinculación con la región de América del Norte, Estados Unidos de América y Canadá, siempre defendiendo nuestra soberanía y poniendo por delante el interés y la dignidad del pueblo mexicano” (pág. 5). Una vinculación que hoy parece muy contingente y una defensa que estará a prueba.

 

También de forma explícita anuncia que la misión de su período será la consolidación de los avances que logró el gobierno de López Obrador, como la “transformación democrática y pacífica de México”, o bien, la “separación del poder político del poder económico”, el principio de que “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, la honradez de los funcionarios públicos, entre otros.

 

El PND plantea cuatro ejes generales: Gobernanza con justicia y participación ciudadana; Desarrollo con bienestar y humanismo; Economía moral y trabajo; y Desarrollo sustentable. Y tres ejes transversales: Igualdad sustantiva y derechos de las mujeres; Innovación pública para el desarrollo tecnológico nacional; y Derechos de las comunidades indígenas.

 

Lo concerniente a educación y al ámbito científico y tecnológico forman parte del eje general “Desarrollo con bienestar y humanismo”. Sobre la primera, el objetivo se dirige a “garantizar el ejercicio pleno del derecho a una educación inclusiva y equitativa para niñas, niños, adolescentes, jóvenes y personas adultas, promoviendo una formación humanista, científica, intercultural, plurilingüe e integral” (pág. 101). E incluye siete estrategias, entre ellas la expansión de la oferta educativa, el fortalecimiento de planes y programas conforme a los principios de la Nueva Escuela Mexicana o reforzar el papel de las maestras y maestros.

 

En cambio, sobre el ámbito científico y tecnológico, solamente destaca que se impulsará “a través de la educación, formación y capacitación para el trabajo, garantizando servicios innovadores, pertinentes y actualizados” (pág. 102). Propone cuatro estrategias, como el reforzamiento de las alianzas entre sectores público, social y productivo para la capacitación de jóvenes y la formación dual.

 

Después, en el eje transversal sobre Innovación pública para el desarrollo tecnológico, recupera el compromiso de convertir a México en una potencia y plantea como objetivo:  “Impulsar la investigación colaborativa, el desarrollo tecnológico y la innovación en sectores estratégicos, con el objetivo de convertir a México en una potenia científica y tecnológica soberana”.  

 

Las cinco estrategias que propone se refieren a procesos de formación, el escalamiento de tecnologías conforme problemas prioritarios, la generación de conocimiento alineado a prioridades nacionales, mecanismos de vinculación e integración de redes de colaboración interinstitucionales.

 

En una próxima entrega analizaremos las metas que busca alcanzar el PND, por lo pronto solamente mencionemos que se propone llevar la educación superior de un 43.8 por ciento de tasa de cobertura bruta que tenía en el año 2024 a un 55.0 por ciento para el año 2030. Ya lo constataremos.

 

Vale la pena hacer notar que en el período de gobierno anterior, se propuso pasar de 42.5 por ciento a 50 por ciento, pero aunque instauró más de dos centenares de unidades del programa Universidades Benito Juárez, solamente avanzó poco más de un punto porcentual.

 

Resulta difícil anticipar qué condiciones prevalecerán para el próximo mes de mayo, cuando se apruebe el PND, tal vez, como ha ocurrido en administraciones anteriores, el Plan y sus metas seguirán como si nada y las relaciones contingentes llevarán el desarrollo nacional por otro.

La CDMX y el encanto del conocimiento

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

@canalesa99.bsky.social

 

(Publicado en Campus Milenio No. 1081. Febrero 27, 2025, pág. 4)

 

El titular de la alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México (Cdmx), Javier López Casarín, anunció la creación de un Clúster Universitario de Alto Nivel en la demarcación. Una iniciativa que, adelantó, busca potenciar el conocimiento y la innovación con la participación de diversas instituciones universitarias. No es la primera vez que se intenta algo similar y vale la pena tomar nota de las experiencias.

 

Al inicio de los años 2000, con la instauración del Instituto de Ciencia y Tecnología del entonces Distrito Federal (Icytdf) se intentó aprovechar las capacidades de las instituciones de investigación y desarrollo tecnológico para resolver distintos problemas en la capital. Algunos proyectos se emprendieron con duración y alcance limitado.

 

Después, cuando el Instituto obtuvo rango de secretaría local, la ruta fue más o menos la misma y tampoco tuvo resultados sobresalientes. Luego, hace más de 15 años, cuando el hoy secretario de Economía, Marcelo Ebrard, fue jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, planteó lanzar cuatro proyectos en igual número de zonas geográficas de la urbe y precisó que serían conocidas  como “Ciudades del Conocimiento”.

 

La lógica era aprovechar la distribución territorial de las instituciones académicas, productivas y de servicios para potenciar las capacidades con el apoyo empresarial a nivel internacional. Así, propuso Ebrard, en el sur de la capital se localizaría la Ciudad de la Salud, debido al número de hospitales que concentra, además de las empresas, los laboratorios y las universidades.

 

En el norte se edificaría la Ciudad de las Nuevas Tecnologías, porque ahí se localizaban industrias y una red de comunicaciones. Al oeste de la ciudad, sugirió Ebrard, se ubicaría la Ciudad Financiera, probablemente porque en la zona de Santa Fe se ubican algunos de los grandes corporativos. La última zona incluiría a toda la ciudad capital e impulsaría las oportunidades educativas y la educación de excelencia.

 

Terminó la gestión de Ebrard en el año 2012, todo se quedó en proyectos y se desató el conflicto con su sucesor en el gobierno capitalino. Pero ese mismo año, como si fuera un relevo, la profesora Elba Esther Gordillo dio a conocer su proyecto de Ciudad de la Innovación en la zona de Cuajimalpa.

 

Un ambicioso proyecto arquitectónico que incluía la instauración de una “Universidad de la Educación”, un centro de innovación, un hotel, una galería, un Museo de la Educación, una Biblioteca de la Mujer, un auditorio y otros componentes (Campus Milenio No. 743). Sin embargo, unos meses después del anuncio, la profesora Gordillo fue encarcelada y no se volvió a mencionar el proyecto.

 

La Cdmx concentra la oferta más amplia de instituciones universitarias y exhibe algunos de los mejores indicadores educativos y de investigación. El encanto del conocimiento también alcanzó a las normas. Desde 2017, la Constitución Política local, la denominó “Ciudad educadora y del conocimiento” (artículo 8) y, antes que la Constitución nacional, estableció el derecho a la educación en todos los niveles para los habitantes de la capital, además de la garantía de derecho universal a la educación obligatoria.

 

Sin embargo, paradójicamente, en el apartado sobre el sistema educativo local, en la decena de fracciones que incluye, no se menciona el ámbito de responsabilidad que le corresponde en la prestación del servicio educativo. Cabe recordar que la capital es la única entidad en el país en la que el gobierno capitalino no asumió la responsabilidad de la educación básica y normal.

 

Ahora, López Casarín del Verde Ecologista, candidato ganador en las elecciones del año pasado de la Alcaldía Álvaro Obregón en alianza con el Partido del Trabajo y Morena, anuncia la instauración de un Clúster Universitario, integrado por 19 universidades, tanto públicas como privadas.

 

López Casarín, exdiputado y presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología en la LXV Legislatura (2021-2024), declaró que los primeros proyectos serán el “lanzamiento de un nanosatélite, la construcción de un sincrotrón y el establecimiento de un laboratorio de alta tecnología” (Milenio Diario 19.02.2025).

 

Las instituciones que han firmado el convenio de clúster incluyen a la Universidad Anáhuac, el Poli, el Tec de Monterrey, la Ibero, el Itam, la Panamericana, entre otras. Parece razonable recurrir a la acumulaicón del talento y a las capacidades institucionales, pero no es suficiente con la intención. Pronto veremos si es un convenio más para la plaza pública o un proyecto que se asentará en la demarcación territorial.

 

Pie de página: A propósito de ámbitos de atribución y responsabilidad educativa del gobierno local y federal. La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, dio por inaugurado el programa de clases en náhuatl en 78 escuelas secundarias públicas. Según anunció, la materia será optativa y se impartirá en coordinación con el gobierno federal. La presidenta Claudia Sheinbaum respaldó la iniciativa y mencionó que era parte de la Nueva Escuela Mexicana (24.02.2024). Queda para el registro.