Alejandro Canales
UNAM-IISUE/PUEES
@canalesa99.bsky.social
(Publicado en Campus Milenio No. 1100. Julio 17, 2025, pág. 4)
Un documento reciente de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) muestra que la región, respecto de la mayoría de las economías desarrolladas en el mundo, es de las más rezagadas en su inversión sobre inteligencia artificial (IA). No se corresponde, según se precisa, con su tamaño y peso en el PIB mundial.
En términos generales, el reporte, coordinado por Juan Jung y Raúl Katz, se basa en datos de 26 naciones para el periodo 2019-2023, en los que incluye economías desarrolladas y seis países latinoamericanos. Según los datos de la publicación, la región gastó alrededor de 2.6 mil millones de dólares (mmd) en IA en el año 2023 (Impacto económico de la inteligencia artificial en América Latina, 2025).
El monto de América Latina es inferior a lo destinado por otras regiones. Por ejemplo, Medio Oriente y África gastaron 3.6 mmd; Europa, 21.8 mmd; Asia y Pacífico, 61.3 mmd; y los Estados Unidos, 76 mmd. Es decir, este último país gasta 29 veces más que seis países latinoamericanos.
A su vez, en correspondencia con el tamaño de sus economías, Brasil y México son los países que destinan la mayor proporción de gasto en IA en la región: 62 por ciento del total. No obstante, la inversión de Brasil casi duplica a la de México: 1.1 mmd y 656 millones de dólares, respectivamente.
El caso de Chile con 163 millones de dólares de gasto en IA es más sorprendente, porque con menor tamaño y densidad demográfica, su inversión supera a los 146 millones de Argentina o los 136 millones de Colombia. Lo que ocurre con Chile se debe, según el mencionado reporte, a su alto desarrollo en materia de digitalización.
La IA es una de las tecnologías que anticipa una revolución en el terreno laboral a escala mundial y en toda nuestra vida cotidiana. El uso de la IA no es opcional ni puede postergarse. Ya es una vorágine del presente, con resultados sorprendentes, pero también muy perturbadores para diferenciar lo real de lo ficticio, entre otros peligros.
El impacto de la IA será cada vez más notorio en la sociedad y en la economía. La cuestión es si, literalmente, estamos preparados para enfrentar su utilización, cómo la aprovecharemos de la mejor forma y qué haremos frente a sus desafíos. Porque, como se ha prevenido, la IA puede sustituir con mayor eficacia y eficiencia distintos empleos.
Las posiciones laborales más amenazadas por la IA son las que involucran tareas rutinarias y repetitivas, como las líneas de producción en serie, el reemplazo del transporte por vehículos autónomos, los call centers, los servicios financieros, el análisis de datos, entre muchos otros.
Sin embargo, el alcance puede ser más profundo, cerca de la mitad de empleos en algunas ramas podrían perderse. Por ejemplo, algunas de las estimaciones que se citan en el reporte de la Cepal, señalan que la IA reemplazará a los humanos en 46 por ciento de las tareas administrativas, en el 44 por ciento en el rubro legal, y en 37 por ciento a profesionales de la arquitectura y la ingeniería.
Al parecer, en principio, la IA sustituirá el trabajo no calificado y será complementaria para los empleos altamente calificados. Así que los efectos podrían ser muy diferenciados para la economía y el mercado laboral de las sociedades, según el rezago educativo que acumulen, el nivel promedio de escolaridad y el porcentaje de población con estudios superiores.
Por eso cobran especial relevancia los lineamientos para regular a la IA, tanto como las políticas para la educación y especialmente para el nivel superior. El gobierno mexicano, en su Plan Nacional de Desarrollo (PND 2025-2030), no incluye objetivos explícitos sobre el fomento a la IA; tampoco ha diseñado normas.
No obstante, sí instauró una nueva entidad administrativa que se encargará de todo lo relacionado con la digitalización e informática y sí estableció en el PND como objetivo transversal la “innovación pública para el desarrollo tecnológico nacional”, cuyo propósito será elevar la productividad y la competitividad a través de la transformación digital y la modernización del sector público. Incluso, también tiene como objetivo, convertir a México en potencia científica y tecnológica.
En fin, el reporte de la Cepal concluye que destinar un crecimiento de uno por ciento en el gasto de IA puede asociarse con un crecimiento de 0.036 por ciento del PIB. Sin embargo, en buena medida depende del volumen del empleo calificado. Entonces, vale la pena examinar el sistema educativo, las calificaciones de la población y qué metas se proponen para el periodo actual.
Lo veremos en una próxima entrega, por lo pronto anotemos que el PND se propone llevar la tasa bruta de educación superior de 43.8 por ciento que tenía en 2024 a 55 por ciento para el 2030. Pero, la diferencia porcentual no es equivalente a los 300 mil nuevos espacios que en el mismo Plan se propone crear. Lo analizamos en agosto.
Pie de página: Al parecer, el nuevo rector general de la UAM, Gustavo Pacheco López, tiene el propósito de regularizar a los profesores interinos de la institución. Un problema espinoso y que comparten muchas universidades. Pendientes de la iniciativa, y que quede para el registro.
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