En una ceremonia protocolaria que tuvo lugar la semana pasada, el presidente Felipe Calderón entregó diplomas a la primera generación de ingenieros de las Universidades Tecnológicas (UTs). Sin duda, un logro para los jóvenes egresados y sus familias, aunque las cifras aportadas por las autoridades no cuadran del todo y siguen siendo modestas.
Hace dos décadas, bajo el modelo francés de los institutos universitarios de tecnología, con la idea de impulsar estudios cortos a nivel superior y de alentar los estudios técnicos más que los propiamente universitarios, se instauraron las primeras UTs en el país (Neza, Aguascalientes y Tula-Tepeji)
Al inicio, las UTs solamente impartían programas de dos años de duración, los cuales corresponden al nivel 5B2 de la Clasificación Internacional Normalizada de la Educación (CINE) de UNESCO; la formación conducía a la obtención del título de técnico superior universitario.
Las instituciones de tipo tecnológico buscaron acercarse a regiones que carecían de oferta educativa de nivel superior, a través de una veintena de carreras técnicas y con una orientación curricular de tipo práctico (un tercio del currículo era teórico). El diseño de las instituciones estaba pensado para albergar entre 2 mil y 4 mil estudiantes. Sin embargo, a la fecha, no logran utilizar su capacidad instalada.
El volumen de estudiantes ha crecido poco a poco: de medio millar a alrededor de 100 mil, pero todavía sin alcanzar los grandes números. Al concluir el sexenio anterior, existían 60 instituciones de este tipo, diseminadas en 26 entidades federativas; la matrícula era de casi 63 mil alumnos. En ese entonces, representaba el 2.5 por ciento de la matrícula total.
La actual administración decidió ampliar la formación a nivel licenciatura en las UTs, sobre todo por la presión contenida de los egresados de las UTs que deseaban continuar su formación una vez concluidos sus estudios de técnico superior y en cuyas opciones no figuraban las universidades politécnicas o institutos tecnológicos.
En el ciclo escolar 2009-2010, por primera vez una buena parte del total de las UTs ofrecieron alrededor de 30 nuevas carreras a nivel licenciatura, principalmente en el campo de las ingenierías. A partir de esa fecha, los técnicos egresados que cursan 5 cuatrimestres más, obtienen su título de licenciatura.
De acuerdo a la información proporcionada en la ceremonia de graduación por el secretario de Educación, Alonso Lujambio, el 45 por ciento de los técnicos superiores que egresaron en el 2009 –más algunos de generaciones anteriores-- decidieron optar por la nueva modalidad de continuar sus estudios de licenciatura.
Esto es, casi la mitad de los egresados de las UTs optaron por seguir estudiando, es una proporción muy significativa que ilustra cierta necesidad y demanda de los estudiantes de estas instituciones. Desde luego, debe celebrarse el ánimo y la capacidad de superación de los jóvenes, pero también se puede advertir que quizás el título de técnico superior todavía resulta insuficiente para un elusivo mercado laboral; o bien, la necesidad de una prolongación de la escolaridad ante las dificultades de encontrar empleo, lo mismo que un alto aprecio por el título de licenciado, en comparación con el de técnico, sea por razones culturales o por las que sean.
En la ceremonia, el titular de la SEP señaló que: “considerando a esta Primera Generación de Ingenieros de las Universidades Tecnológicas, en el ciclo 2010-2011, egresaron alrededor de 116 mil nuevos ingenieros y técnicos superiores universitarios, 101 mil 500 ingenieros (sic) y 14 mil 500 técnicos superiores en áreas de tecnología” (versión estenográfica).
Seguramente, por la emotividad del acto y para resaltar el alto volumen de estudiantes en el área tecnológica, así como la importancia de los estudios de ingeniería en las UTs, el secretario de Educación, cometió el equívoco de invertir denominaciones y las proporciones entre técnicos e ingenieros. Tal vez las cifras de la autoridad educativa se refieran a que, en total, en el reciente ciclo escolar estaban matriculados 116 mil jóvenes en las UTs y de ellos 101 mil estaban inscritos a nivel de técnico superior y el resto como ingenieros (no al revés). Además, obviamente no se trata de 116 mil egresados de las universidades tecnológicas --ojalá lo fueran--, si no de inscritos. La matrícula incluye los de primer ingreso y reingreso; los egresados representan alrededor de una cuarta parte del total.
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