jueves, 15 de noviembre de 2012

LA e-PARTICIPACIÓN EN LOS RETOS CIENTÍFICOS



El ejercicio de consulta en ciernes parece prometedor, aunque por la composición misma de las propuestas, los antecedentes de participación social en otros ámbitos y  por el medio que se utilizará, por ahora sus resultados serán poco alentadores.

Desde la semana pasada y hasta el próximo 30 de enero estará disponible una página web (agendaciudadana.mx) para que cualquier persona pueda seleccionar “hasta tres retos que deben afrontarse desde la ciencia, la tecnología y la innovación para lograr una mejor calidad de vida en el horizonte del año 2030”.

Es una iniciativa de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y casi una veintena de organizaciones académicas, científicas y políticas, para elaborar lo que han denominado Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación.

El procedimiento de consulta es relativamente sencillo. En una página electrónica aparecen una decena de temas que han sido seleccionados por especialistas  de diversas disciplinas, los cuales “analizaron los principales problemas nacionales y propusieron las rutas en las que la ciencia puede contribuir para su solución”. Los temas son: agua; cambio climático; educación; energía; investigación espacial; medio ambiente; migración; salud mental y adicciones; salud pública; y seguridad alimentaria.

Sin duda los tópicos seleccionados son importantes, pero ¿el número es ilustrativo de los principales problemas nacionales? ¿Son irrelevantes los temas de la biotecnología, el transporte, las telecomunicaciones, los materiales, la seguridad y defensa o la producción industrial, por ejemplo? No lo parecen. Hubiera sido conveniente una primera consulta para recibir temas sensibles y luego hacer una selección.

En cada uno de los diez temas seleccionados, con sus respectivos hiperenlaces en la página electrónica, aparecen tres componentes: un video con la propuesta, una descripción breve y un mensaje del coordinador o coordinadora alentando a seleccionar ese reto. Así, se supone que el internauta consultado navegará en los temas y, al final, seleccionará tres.

Una vez concluido el plazo de consulta, el resultado con los tres retos que obtuvieron el mayor número de adhesiones se entregará a los “tomadores de decisión”. Además, también entregarán los diez libros temáticos, cada uno con el correspondiente diagnóstico y las propuestas de políticas públicas.

Los retos se presentan al consultado con propósitos sintéticos. Por ejemplo, en lo que concierne al tema del agua, se plantea: “asegurar el abasto de agua potable para toda la población”. En el de investigación espacial se propone “desarrollar una industria aeroespacial mexicana competitiva y con resultados de interés para la sociedad”. O en materia ambiental se destaca “recuperar y conservar el medio ambiente para mejorar nuestra calidad de vida”

En educación se anota como reto “modernizar el sistema educativo con enfoque humanístico, científico y tecnológico”. Sin embargo, se plantea un asunto en el video y otro en la descripción que ofrece.

Por un lado, el video anota como pilar principal, la construcción de una nueva universidad pública federal de investigación en cada uno de los estados. Por otro, en el apartado de descripción del reto, en un hiperenlace siguiente, se precisa que debe cambiar la idea de enseñanza del sistema educativo (pasar de la repetición y memorización a otra de relación de conceptos y aprendizaje de lo “imprescindible”) para lo cual es necesario aumentar el número de escuelas y la inversión en educación de 8 por ciento del PIB y uno por ciento para ciencia y tecnología. Como se puede advertir las propuestas no son lo mismo y pueden confundir al eventual consultado.

Otro elemento a considerar es que, en general, las consultas ciudadanas atraen principalmente a los directamente involucrados y más bien a muy pocos (suficiente con ver los resultados de la reciente consulta de presupuesto participativo del DF). Además, la consulta y operaciones a través de Internet, aunque cada vez más utilizadas por sus evidentes ventajas, todavía enfrentan el escepticismo, la desconfianza y el bajo perfil tecnológico y de ingresos, de un estrato importante de ciudadanos.

Una consulta abierta es un paso en la dirección correcta, pero por ahora sus resultados seguramente serán muy modestos y limitados a un segmento más bien académico. De todas formas, la participación electrónica se sumará a la lista de puntos de agenda que ya se configura.

(Publicado en Campus Milenio No.  486. Noviembre 15, 2012)

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