El sector
científico y tecnológico no tiene el sentido de urgencia que caracteriza al
campo educativo en este inicio de gobierno. Tampoco se advierte el activismo de
otras esferas. Incluso la reciente iniciativa del ejecutivo federal de crear
una nueva coordinación para el área, escrita a través de su cuenta de tuiter
personal, tiene cierta virtualidad que bien a bien no se sabe si terminará por
convertirse en realidad.
La propuesta
de crear una nueva secretaría de ciencia y tecnología o de educación superior,
ciencia y tecnología, lo hemos reiterado en diversas oportunidades en este espacio,
no era una idea que compartiera ni convenciera al entonces candidato
presidencial, Enrique Peña Nieto (EPN). Lo expresó claramente en su encuentro
con rectores en Anuies en mayo de este año.
Posteriormente,
una vez obtenido el triunfo en las elecciones y durante el periodo de
transición, la negativa de EPN ya no fue rotunda. Parecía haber sido persuadido
de que no era una mala opción crear una nueva estructura para la ciencia y la
tecnología. Pero no fue el caso.
En los días
previos a la toma de posesión, cuando envió al Congreso, a través de su
partido, la reforma a la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal, era la ocasión para proponer la nueva
estructura del sector. Sin embargo, tenía otras finalidades y la nueva
secretaría no figuró.
Después, en el
primer día del actual periodo gubernamental, en el mensaje a la nación del
ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto (EPN), mencionó los ejes de lo que será
su gobierno y lo que llamó decisiones presidenciales. Sin embargo, no apareció
el tema de la actividad científica y el desarrollo tecnológico.
Lo sobresaliente
fue que en el denominado “Pacto por México” el tema sí ocupó un lugar. En el
documento, firmado por el ejecutivo federal y los representantes de las tres
principales fuerzas políticas, al igual que ocurrió con casi todos los temas de
interés público, quedó incorporado el compromiso de promover el desarrollo a
través de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Como parte de
los “acuerdos para el crecimiento económico, el empleo y la competitividad”, se
planteó que se sentarían las bases para convertir a México en una “economía del
conocimiento” y se anotaron tres grandes objetivos: inversión del 1 por ciento
del PIB en ciencia y tecnología; establecer prioridades para el desarrollo de
la ciencia y la tecnología; e incrementar el número de investigadores, centros
de investigación y patentes.
Además, se
comprometieron en cada caso. Por ejemplo, en materia de inversión, se destaca
que se alcanzará de manera gradual la inversión prevista en la ley y el
incremento iniciará en el presupuesto 2013 (compromiso 46). Las prioridades
estructurarán un programa de largo plazo en todo el país (compromiso 47). Y de
forma más bien ambigua e imprecisa se dice que se incrementarán los
investigadores, centros y patentes (compromiso 48).
Hasta ahí,
parecía confirmarse, nuevamente, que se continuaría con la tendencia inercial
de apoyos para el sector y que no habría la estructura administrativa como se
había supuesto. Incluso los cambios de SEP en una de sus subsecretarías --el
cual se resolverá con una modificación de reglamento interno--, corroboró la
negativa a cambios mayores.
No obstante,
durante la primera gira del ejecutivo federal a Nuevo León, el pasado 6 de
diciembre, para la inauguración de centros de investigación en el Parque de Investigación
e Innovación Tecnológica (PIIT), anunció el
Proyecto de Monterrey VI para garantizar abasta de agua a esa zona
metropolitana y el de la línea 3 del metro.
Lo notable
es que ese mismo día, en su cuenta personal de tuiter (@EPN) escribió: “También
inauguré centros de investigación y anuncié la creación de la Coordinación de
Ciencia y Tecnología de la Presidencia”. ¿O
sea, un organismo similar al Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia
que creó el expresidente Salinas de Gortari? Esperemos que no.
Más sorprendente
es que en la versión estenográfica del largo discurso que pronunció EPN en
Nuevo León, no hay ninguna referencia a tal anunció o mención alguna a tal posibilidad.
La instrucción tampoco fue recogida por las dependencias gubernamentales. Pero
de que apareció, apareció en tuiter.
(Publicado en Campus Milenio No. 491. Diciembre 13, p. 6)
No hay comentarios:
Publicar un comentario