C y T: el segundo informe
Alejandro
Canales
UNAM-IISUE/SES
canalesa@unam.mx Twitter: @canalesa99
En esta semana
se cumplió el plazo para la presentación del segundo informe de gobierno de
esta administración. El balance, en el primer tercio de su periodo, muestra
logros en materia normativa, aunque en materia de ciencia y tecnología, hasta
ahora, las principales iniciativas han estado más bien fuera del Programa
Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2014-2018 (Peciti).
Indiscutiblemente,
los principales avances de esta gestión se han registrado en materia
legislativa. La reforma energética, uno de los cambios estructurales más
relevantes en el sector, es la que podría tener un vínculo más directo con el campo de la ciencia y la tecnología.
En este caso, como lo comentamos aquí hace un par de semanas (Campus Milenio No. 572), el propio
presidente Enrique Peña Nieto, destacó que tal reforma llevaría a una mayor
demanda de profesionales de las ingenierías y disciplinas afines.
Además,
anunció la creación de un “Programa estratégico para la formación de recursos
humanos en materia de hidrocarburos”, incluyendo las becas correspondientes
para nivel posgrado y técnico. Posteriormente se anunció El
Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico para la Industria Petrolera que
se hará cargo de tal formación. Todavía no se atisban
los alcances del programa y, al igual que la misma reforma energética, por
ahora es un proyecto en ciernes.
Sin embargo,
el programa estratégico de formación de recursos humanos para el sector
energético no forma parte de las acciones claras y explícitas del Peciti. Este
último, presentado tardíamente, establece la idea de continuar la formación de
recursos humanos de alto nivel en temas prioritarios, pero no en hidrocarburos.
La omisión
podría deberse a la propia incertidumbre que había sobre la aprobación de la entonces
proyectada reforma energética. Sin embargo, el Peciti, como parte de sus
objetivos generales y acciones estratégicas, incluyó el tema de la
biotecnología. De hecho, tiene una meta específica sobre el número de
investigadores involucrados en el desarrollo de la biotecnología (pasar de 3.8
a 4.5 por ciento en el periodo).
En lo que va
del periodo, otra iniciativa que se puede destacar como un logro es la creación
de oportunidades laborales para los jóvenes doctores. Como también lo hemos
documentado en su oportunidad, se trata del programa “Cátedras Conacyt para
jóvenes investigadores”.
Es un número
relativamente modesto de plazas laborales para jóvenes (son 574 espacios) en
instituciones y centros públicos. Solamente consideremos que cada año se
gradúan poco más de 2 mil 500 nuevos doctores. No obstante, la medida puede
tener un efecto importante en el mercado y la profesión académica, dadas las
características contractuales y condiciones laborales.
El mes
anterior se integraron los jóvenes que fueron seleccionados en el programa de
cátedras. Sin embargo, es incierto si el programa continuará para el año
próximo y en tal caso si conservará o modificará algunas de sus principales
características. Lo que es un hecho es que no se ha informado públicamente de
la implementación del programa: cuántos jóvenes se presentaron, qué
instituciones se beneficiaron, qué temas y retos recibieron más solicitudes,
etcétera.
El programa de
cátedras tampoco apareció en el Peciti. En la parte diagnóstica se reconoce que
“Actualmente las estrategias para la absorción de capital humano de
investigación son poco claras” (p.24). Y se planteó como objetivo “Apoyar a las investigadoras e
investigadores recién doctorados para que logren su inserción
laboral en las instituciones generadoras de conocimiento del país”
(p.66).
El
programa de inserción laboral de jóvenes, como tal vez será el de formación de
recursos humanos en materia de hidrocarburos, es de un volumen relativamente
discreto. Pero ambos podrían tener un efecto amplio y profundo en el sector.
Un
tema más que se puede añadir en el balance del periodo es el de los
indicadores. Tema sobre el que volveremos la semana próxima. Por ahora,
constatemos que las principales iniciativas, incluido el incremento
presupuestal, se han definido en la arena de la política, no en el Peciti.
(Publicado en Campus
Milenio No. 574. Septiembre 4, 2014, p.5)
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