¿Más cuadros para el sector energético?
Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter:
@canalesa99
Tal vez, estimado
lector, recordará que a raíz de la aprobación de la reforma energética y la
promulgación de las leyes secundarias, a mediados del año pasado y cuando el
precio del petróleo todavía no se desplomaba, se planteó lo que parecía un
ambicioso programa de formación de recursos humanos para ese sector.
Fuente: www.siete24.mx |
El punto de partida
era que la reforma energética permitiría no solamente un mejor y más alto crecimiento
económico, también daría oportunidad a una adaptación y aprovechamiento de
tecnologías y conocimientos desarrollados en esa industria. Esto es, una serie
de cambios estructurales que propiciarían un trabajo de alta innovación entre
el sector energético, el sistema educativo y la economía nacional.
Fuente: mundoejecutivoexpress.mx |
En términos
prácticos, en lo correspondiente al sistema educativo, implicaría formar
recursos humanos en cantidad y especialidad suficientes para hacerle frente al
reto de la reforma. Ahí fue donde apareció el “Programa Estratégico de
Formación de Recursos Humanos en Materia Energética” (PEFRHME), en septiembre
del año pasado.
Según las cifras
que se plantearon en el programa, en el sector energético se demandarían
alrededor de 135 mil especialistas en empleos directos entre el 2015 y el 2018.
De ese total, el mayor volumen debían ser de nivel técnico: la Secretaría de
Energía (Sener) calculó que se necesitarán más o menos 108 mil (80 por ciento) jóvenes
técnicos de nivel medio superior y 27 mil (20 por ciento) de nivel profesional
y de posgrado.
A pesar de que no
está muy clara la especialidad de los cuadros técnicos de media superior que se
estaban calculando, las cifras no se disparan mayormente de las actuales
tendencias del nivel medio superior y superior. Los datos del ciclo escolar
2014-2015 indican que están matriculados 4 millones 800 mil jóvenes en la media
superior, de los cuales alrededor de una tercera parte son de bachillerato
tecnológico.
Fuente: notirivas.com |
Si solamente se
consideran los profesionales técnicos de nivel medio superior, representan
alrededor del 10 por ciento de la matrícula total de ese nivel. Esto es, alrededor
de 480 mil alumnos. Los indicadores del nivel muestran que más o menos la mitad
logran egresar. Entonces, prácticamente sin hacer nada, la cifra se localizaría
holgadamente en el escenario esperado.
En el caso de la
educación superior, las estimaciones del
ciclo escolar 2014-2015 señalan que están matriculados en licenciatura
universitaria y tecnológica (sin considerar educación normal) 3 millones 181
mil jóvenes. De ese total, 931 mil (casi un 30 por ciento) cursa alguna
especialidad en el área de ingenierías y tecnología.
No todas las
especialidades de la ingeniería se relacionan con el sector energético. El año
pasado, el PEFRHME calculaba una matrícula en licenciatura en áreas de
especialidad relacionadas con ese sector de más de medio millón de jóvenes y un
egreso anual de alrededor de 70 mil.
En el posgrado, se
supone que de los 242 mil estudiantes, al menos alrededor de 20 mil (ocho por
ciento) está matriculado en áreas como geofísica, geología, química petrolera,
ingeniería petrolera o energías renovables. Adicionalmente, Conacyt indica que cerca
de siete mil becarios están matriculados en programas directamente relacionados
con el área de energía. Es decir, tanto los egresados de licenciatura como los
de posgrado alcanzarían con facilidad la cifra de 27 mil especialistas que se
proyectaban como necesarios en el periodo de esta administración.
No obstante, al final del mes
pasado, en la XLVII asamblea de Anuies, el titular de Conacyt, Enrique Cabrero,
señaló que a partir de este año y hasta el 2018 se otorgarán 60 mil becas a
estudiantes “a nivel técnico, así
como para ingenierías, licenciaturas, diplomados, especialidades, maestrías,
doctorados y posdoctorados que fortalezcan al sector energético” (Comunicado
58/15).
Las
becas son parte del programa estratégico de formación de recursos y se supone
que en la iniciativa participan tanto Conacyt como la CFE, PEMEX y las
secretarías de Energía, Educación Pública y Relaciones Exteriores. Incluso se
planteó que se instaurará un “Observatorio de Talento” para definir áreas
prioritarias e identificar talento para el sector.
En resumidas
cuentas y en números gruesos, el volumen proyectado de recursos humanos
calificados para el sector energético está en la dinámica inercial del sistema
educativo. Falta la distribución específica del número de becas que se
otorgarán, tanto por tipo educativo como por área de especialidad, para saber
si ahí estará o no la diferencia y de qué dimensión estamos hablando.
(Publicado en
Campus Milenio No. 615. Julio 9, 2015, p.5)
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