jueves, 6 de noviembre de 2025

El futuro del empleo: ¿volteamos para otro lado?

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

@canalesa99.bsk.social

 

(Publicado en Campus Milenio No. 1114. Noviembre 6, 2025, pág. 4)

 

Las cifras sobre el empleo formal en México parecen sobresalientes y suenan halagadoras. El director del Seguro Social, Zoé Robledo (ZR), las pronunció en el escaparate con resonancia nacional: la conferencia de prensa de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo (CSP).

 

Sin embargo, el empleo formal que destacó el funcionario es una parte --y ciertamente no la mayor-- de las cifras totales. Todavía menos sobre lo que será el empleo de la población económicamente activa (PEA), ya no digamos en el futuro, sino en el corto plazo. Veamos.

 

El pasado 3 de noviembre CSP invitó a Robledo para que mostrara los datos más recientes sobre el empleo en México. El director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) anotó media docena de cifras que trazan un camino prometedor.

 

Por ejemplo, entre otros aspectos, resaltó el crecimiento del empleo formal: 22 millones 639 mil 50 puestos de trabajo y el 87 por ciento son puestos permanentes, al cierre del pasado mes de octubre. Y en lo que va de este año --agregó el funcionario--, se han generado 400 mil empleos. Una tasa de crecimiento de 1.8 por ciento.

 

La cifra alcanzada, precisó ZR, es la “más alta de toda la historia desde que se tiene registro, la anterior había sido la de noviembre del 2024” (Conferencia 03.11.2025). No obstante, en realidad, en comparación con el año pasado, para el mismo periodo que reporta el funcionario, se habían creado casi medio millón de plazas y la tasa de crecimiento fue de 2.3 por ciento. Así que…

 

Los números se ven bien y son prometedores. Sin embargo, como se sabe, las cifras del IMSS solamente representan un segmento del mercado laboral mexicano, y no es el de mayores proporciones. Ahí no están los servidores públicos que cotizan en otros sistemas, los trabajadores por cuenta propia, los pequeños comerciantes, parcialmente el sector agrícola, las diferencias regionales o, muy importante, los trabajadores informales.

 

La semana pasada el Inegi presentó, como cada mes, los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la fuente más importante para valorar el comportamiento del mercado laboral mexicano. Los indicadores son al cierre del mes de septiembre.

 

Uno de los datos más sobresalientes de la ENOE fue el tamaño del sector informal. Según la información reportada: “En septiembre de 2025, la población ocupada en la informalidad laboral fue de 33.1 millones de personas y la tasa de informalidad laboral 1 (TIL1) se estableció en 54.9 por ciento de la población ocupada, porcentaje superior al 54.2 por ciento del noveno mes de 2024” (Boletín 569/25). Es decir, el sector informal es una porción mayoritaria y va en aumento.

 

Otro dato que vale la pena tener presente es el sector económico en el que se desempeña la población ocupada; la tendencia hacia la terciarización es pronunciada. De acuerdo con la misma encuesta, los servicios concentran el mayor volumen con 26.6 millones de personas (44.2 por ciento); le sigue el comercio con 12.1 millones (20 por ciento) y la industria manufacturera con 9.5 millones (15.8 por ciento), entre otros sectores.

 

Lo notable es que, en comparación con el mismo mes de septiembre del año pasado, mientras que sectores como el comercio, restaurantes y servicios siguen creciendo, la industria manufacturera tuvo números negativos: un descenso de casi 250 mil personas.

 

¿Por qué son importantes estas tendencias? Al inicio de este año, el Foro Económico Mundial publicó su reporte sobre el “Futuro del empleo” (WTF Future of Jobs Report, 2025), una encuesta a líderes empleadores a nivel global para examinar macrotendencias que tendrán un impacto en los empleos y las habilidades de la fuerza laboral para los próximos cinco años.

 

Por supuesto, entre las transformaciones que tendrán un impacto se cuentan las variables demográficas, como la disminución de las personas en edad de trabajar o el envejecimiento de la población. Pero también el cambio climático, las inocultables tensiones geopolíticas o, lo más relevante, el avance tecnológico.

 

La mayor transformación será la inteligencia artificial, el procesamiento de información, el almacenamiento de energía y la automatización, entre otras. Tales tendencias, se indica en el reporte, tendrán un efecto doble en los empleos: acelerarán unos y declinarán rápidamente otros. Las habilidades de mayor crecimiento serán las relacionadas con tecnología.

 

Una de sus estimaciones es que la creación y destrucción de empleos debidas a la transformación estructural del mercado laboral serán equivalentes al 22 por ciento de los empleos actuales. Desde luego, los cálculos serán variables por regiones y niveles de desarrollo económico.

 

Conviene no perder de vista las grandes tendencias, el comportamiento del mercado laboral nacional y, muy importante, cómo orientamos a nuestro sistema educativo. Sin embargo, tal parece que, por ahora, preferimos los números festivos.

 

Pie de página: Las disputas en los tribunales persisten y crecen en el sector científico y tecnológico. Así seguirán hasta que no se reforme la ley general. Esta última fue el peor legado del anterior Conahcyt a la nueva secretaría.

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