jueves, 27 de agosto de 2015

Educación superior: ¿nueva planeación con fondos decrecientes?
 
Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99


Las actuales condiciones, ni de lejos, sean internas o externas, se asemejan a las de aquellos prometedores días de diciembre de 2012. La próxima semana el gobierno federal presentará su tercer informe de gobierno; terminó la primera mitad de su periodo, la del aprendizaje, los compromisos bajo firma y los anuncios de las grandes reformas. Inicia la menguante segunda mitad, con un entorno financiero altamente inestable, una credibilidad gravemente deteriorada, recursos escasos y la presión para entregar resultados que no están.
 

Fuente: definición.mx
Sin embargo, tal parece que en el campo de la educación superior la primera mitad del periodo de gobierno pasó de largo y las cosas apenas están por comenzar. La semana pasada se realizó en Guanajuato la segunda reunión nacional de “Planeación Integral de la Educación Superior”, organizada por la subsecretaría federal correspondiente y con la idea de realizar un ejercicio para orientar un nuevo desarrollo para ese nivel educativo.
 
 
 
Aunque la demora para perfilar un nuevo derrotero para la educación superior podría deberse al ajuste que hubo en la subsecretaría de educación superior a finales de diciembre del año pasado, tal vez no sea la única razón. Efectivamente, estimado lector, recordará que en esa fecha, Efrén Rojas Dávila, entonces asesor de proyectos especiales del secretario de Educación Pública, asumió la titularidad de la subsecretaría y se supondría que para este año el nuevo equipo apenas estaría en condiciones de poner en marcha sus planes para el subsistema.
 
 
Pero, además, al comienzo de este año fue cuando el secretario de Hacienda anunció que el presupuesto para el año próximo sería de “base cero”, con lo que dio lugar a variadas especulaciones sobre lo que ocurriría con los programas de las diferentes dependencias. Es posible que el ejercicio de planeación que ahora se está intentando para la educación superior busque adecuarse a los imperativos del nuevo esquema de programas presupuestarios que se pondrán en operación para el año próximo o tal vez para el 2017.
 
 
Hace dos meses, también en Guanajuato, se realizó la primera reunión de “Planeación Integral de la Educación Superior”. Ahí se dijo que se trataba de la primera etapa del proyecto e incluyó una decena de estados: Chiapas, Colima, México, Morelos, Jalisco, Oaxaca, Quintana Roo, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
 
 
 
Básicamente, los participantes en la reunión analizaron cinco temas: cobertura, aprendizaje; pertinencia; calidad; y el uso de las tecnologías de la información y la comunicación. Elaboraron documentos con estrategias y proyectos que les permitieran alcanzar tales objetivos en cada entidad y se plantearon acciones y metas a cinco años.  
 
En la segunda reunión, la efectuada la semana pasada, con los mismos principios y finalidades, participaron otra decena de entidades federativas, ahora tocó el turno a: Baja California, Chihuahua, Hidalgo, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco y Tamaulipas.
 
Al parecer el plan es realizar una tercera reunión con las entidades restantes y posteriormente integrar un documento con todas las aportaciones. Según lo anunciado por Salvador Malo Álvarez, director general de educación superior universitaria de la SEP, la siguiente reunión se realizará el 5 de septiembre y para el final del mismo mes se conocerá el documento con los resultados (La Jornada 24.08.2015).
 
Fuente:www.uv.mx
Todavía es pronto para saber si se trata de un ejercicio más de los muchos que se practican pero que son irrelevantes. O bien, si profundizará el modelo de planeación vigente o, por el contrario, servirá para sentar nuevas bases de uno distinto. ¿Será el inicio de otro esquema de programación y presupuestación para el nivel?
 
 
 
 
En el campo de la educación superior, desde el 2001, el trabajo de planeación ha tenido como pilar a los programas integrales de fortalecimiento institucional (Pifi). Esos programas enraizados, con sus recurrentes actualizaciones y su proyección de objetivos y metas que también dicen conjuntar las necesidades nacionales, regionales y estatales, pero que han generado reacciones más bien controvertidas en los rectores.


Lo inquietante del caso es que el anuncio de un posible cambio en el proceso de planeación se da precisamente en un contexto de incertidumbre presupuestal. El diario Reforma (22.08.2015), citando el documento “Techos del proyecto de presupuesto de egresos 2016” de la Secretaría de Hacienda, destacó que se preparan recortes para las principales universidades del país. Entonces: ¿nos olvidamos o nos preocupamos de las intenciones?
 
(Publicado en Campus Milenio No. 621. Agosto 27, 2015, p.5)



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