Posgraduados a... la
industria
Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
En el más reciente informe de gobierno, las estimaciones para el
ciclo escolar 2015-2016 dicen que están matriculados, en cifras redondas, en el
sistema educativo mexicano: 33 mil doctores y 165 mil maestros. A la vez, cada
año, la cifra de egreso de los primeros es de alrededor de 5 mil y de los
segundos de aproximadamente 53 mil.
El número de egresados es una cifra potencial de buscadores de un
sitio en el mercado laboral, pero no necesariamente son todos. Muchos de los egresados
de licenciatura buscan cursar una maestría para afianzar su formación o, posteriormente,
estar en mejores condiciones y tener mayores oportunidades de encontrar un
empleo.
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Fuente: es.estudie.org |
También, los nuevos maestros buscan continuar en el sistema
educativo y varios de ellos se inscriben a un doctorado. Igualmente, cada vez
más, una porción importante de egresados del doctorado tienen la idea de cursar
un posdoctorado. La mayoría de los que continúan en el sistema educativo intentan
hacerlo con el respaldo de una beca. Aunque muy irregulares, el ritmo de las
nuevas becas de Conacyt para posgrado ha sido creciente en la última década. En
el 2005 se otorgaron poco más de 10 mil nuevas becas y en el 2013 alrededor de
28 mil (maestría y doctorado). Pero, no son todas ni son las únicas.
Los jóvenes han visto en la permanencia en el sistema educativo una
estrategia defensiva, sobre todo ante la percepción generalizada de un mercado
laboral refractario a los recién egresados. Tampoco es una novedad, desde los
años setenta del siglo pasado, al aumentar la demanda educativa, incluso en
épocas de crisis económicas, se advirtió que la permanencia en la escuela era
un cálculo de los jóvenes y sus familias.
La situación es un tanto paradójica porque, por un lado, ante el
bajo nivel de cobertura de los estudios superiores y el escaso número de
investigadores per cápita, se insiste e impulsa la idea de incrementar el nivel
escolar de la población, alentada por la ideología de sociedades basadas en el
conocimiento que se recupera en los planes y programas gubernamentales.
Por otro lado, la dinámica de desarrollo de la economía nacional no
es capaz de generar los lugares necesarios para el número de egresados con alto
nivel de calificación, incluso en el nivel relativamente modesto en el que
ahora se encuentran los estudios de maestría y doctorado.
Entonces, tenemos una presión creciente en el sistema educativo,
un incremento cada vez mayor del nivel de escolaridad de los jóvenes, un
aumento en el número de apoyos para retener a los jóvenes en la escuela y
escasas oportunidades en el mercado laboral.
El programa Cátedras Conacyt para jóvenes investigadores, del cual
nos hemos ocupado en estas páginas, es una de las iniciativas más recientes que
intenta resolver las dificultades de falta de opciones para los nuevos
doctores. Sin embargo, como ya lo hemos hecho notar, su alcance es sumamente
limitado y las oportunidades se concentran en el sector de la educación
superior.
Al parecer, ahora se ensayará una modalidad más para ampliar las
oportunidades de jóvenes posgraduados en la industria. La semana pasada Conacyt
y la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) firmaron
un convenio para poner en marcha diferentes medidas.
Los detalles del convenio no se conocen, pero el presidente la
Canacintra, Rodrigo Alpízar, dijo que: “habrá posgrados en el sector industrial
y becas para trabajadores de empresas afiliadas a la Canacintra”. Al mismo
tiempo, la directora de posgrados y becas de Conacyt, Dolores Sánchez, destacó
“la incorporación de recursos humanos de alto nivel al sector industrial y el
diseño de proyectos de desarrollo tecnológico y de innovación” (Comunicado
87/15).
No es la primera vez que se firman estos convenios. La más
reciente fue en el 2012, cuando se puso en marcha un proyecto piloto mediante
el cual se incorporaron medio centenar de maestros y doctores en el sector
eléctrico nacional, con un esquema relativamente similar al que opera en el de formación
dual.
En el proyecto del 2012, Conacyt aportó durante un año el 50 por
ciento del salario a las personas con maestría (10 mil pesos) o doctorado (15
mil pesos) que se incorporaron a una de las empresas del sector. Los posgraduados
eran de ingeniería, ciencias exactas y gestión de la innovación. La empresa
aportó el otro 50 por ciento y se supone que después de un año asumiría el pago
del salario completo.
No se sabe si el reciente convenio operará bajo el mismo esquema y
cuál será su alcance. Lo que parece claro es que depende del dinamismo de la
economía y será muy limitado. En próxima entrega revisaremos las cifras de
distribución de recursos humanos conforme el sector en el que se desempeñan.
(Publicado en Campus Milenio No. 626 Octubre 1, 2015, p.5)
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