Alejandro
Canales
UNAM-IISUE/SESTwitter: @canalesa99
(Publicado
en Campus Milenio No. 721. Septiembre 7, 2017. Pág. 5)
El
programa de becas de posgrado es uno de los escasos logros sectoriales de la
actual administración. El presidente Peña Nieto lo enfatizó en su mensaje con
motivo de su más reciente Informe de gobierno. No es fortuito. Ciertamente, en
el actual periodo gubernamental, el volumen de becas se ha incrementado. Sin
embargo, las cifras no son exactas y, si las comparamos con el periodo anterior,
el crecimiento representa menos de una tercera parte.
Las
becas de posgrado a cargo de Conacyt, lo hemos dicho en múltiples ocasiones, ha
posibilitado la formación de académicos de alto nivel y la consolidación de una
todavía pequeña porción de científicos en México. En buena medida, ha ofrecido
verdaderas oportunidades educativas para miles de personas que de otra forma no
habrían tenido forma de ingresar a determinado tipo de estudios, tanto a nivel
nacional como en el extranjero.
Es
un programa de largo aliento, casi está por cumplir medio siglo de operación.
Nada fácil. También ha sido sumamente generoso, financiado con recursos
públicos en un país en el que el promedio de escolaridad de la población es de
9.1 grados (la secundaria completa) y solamente tres de cada diez jóvenes del
grupo de edad están en las aulas universitarias.
Por
supuesto, las becas no siempre se han dirigido a dónde debieran y la coordinación
del programa no ha estado exenta de yerros, desorden y equívocos. La mayoría de
las malas decisiones o la disminución en el número de becas están asociadas a
la escasez de los recursos financieros. Por ejemplo, ¿usted recuerda cuando
Conacyt propuso que la beca se otorgara solamente los meses del calendario
escolar y se suspendiera en vacaciones? Así que la rectificación viene cuando la
presión es demasiada y entonces el financiamiento se recupera o sale de otras
partidas.
El
conflicto más reciente, seguramente usted lo tiene presente, fue al comienzo de
este año, cuando Conacyt anunció que el número de becas sería conforme el
volumen otorgado el ciclo previo (Campus
Milenio No. 698). El problema es que, respecto del año anterior, algunos programas de posgrado habían aceptado un
mayor número de alumnos. Al final, Conacyt rectificó y otorgó las becas
necesarias.
Ahora, la promoción de las cifras de las cifras
del Quinto informe de gobierno, destacaron: “La
actual administración ha incrementado de manera importante el número de becas para posgrado apoyadas por Conacyt: De
2012 a 2017 las becas vigentes apoyadas aumentaron 30 por ciento; Las becas y
otros apoyos vigentes a junio de 2017 ascendieron a 62 mil 588” Además, dijo
que el Reino Unido, Estados Unidos, España, Alemania, Francia, eran los
principales destinos de los becarios (https://www.gob.mx/presidencia/articulos/5toinforme-mexico-con-educacion-de-calidad?idiom=es).
Sin embargo, en el mensaje que
ofreció al día siguiente, con motivo de la entrega del informe, la cifra ya no
fue la misma: “En apoyo a la ciencia, la tecnología y la innovación, las becas
para posgrado han aumentado casi 35 por ciento en lo que va de la
Administración, destacando el impulso de Conacyt al talento de nuestros
investigadores y al desarrollo de capacidades científicas a nivel regional” (02.09.2017).
Independientemente de si la
diferencia de cinco puntos porcentuales es o no significativa, lo que llama la
antención es que en la misma institución y la misma fuente, las cifras no son
las mismas. Nada más no coinciden. No es la primera vez.
Si uno revisa el anexo
estadístico del mismo informe, ahí dice que en el 2012 se otorgaron 44 mil 833
becas y las estimadas para este año son 58 mil 619 becas. Así que si calculamos
el porcentaje de incremento el resultado es: 30.7 por ciento. Además, si uno
compara ese incremento con el de la administración anterior, resulta que en el
sexenio pasado el volumen de becas pasó de 20 mil 111 a 44 mil 833. Esto es, las
becas más que se duplicaron. Un incremento de 122 por ciento para ser exactos.
Además, este verano, previo al
informe de gobierno, con motivo del reciente inicio del ciclo escolar, funcionarios
de Conacyt, la institución responsable de la política sectorial y de las
estadísticas correspondientes, convocaron a los medios para anunciar que
estaban comprometidos a otorgar el número de becas necesarias (Comunicado
54/17. 14.08.2017). Sin embargo, las cifras que dieron tampoco coinciden con
las anteriores.
Por ejemplo, señalaron que al
concluir este año habría 63 mil 696 jóvenes becados y de ellos serian 25 mil
824 becarios nuevos. Y pues sí, otra vez
las cifras son diferentes de las indicadas en el mensaje de Peña Nieto y también
de las anotadas en el anexo estadístico del informe de gobierno. Por lo menos
la primera, porque la segunda no hay forma de corroborarla.
Entonces, ¿con cuál
cifra nos quedaremos? Seguro nos convendría quedarnos con los números más altos
y sería mejor. Pero, luego, ¿cómo le haremos para que cuadren los números?
Bueno, total, ya veremos.
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