Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
(Publicado en Campus Milenio No.
758. Junio 14, 2018. Pág. 5)
Al momento de escribir este texto
todavía no se celebraba el tercer y último debate de los candidatos a la
presidencia; precisamente el de la agenda social, donde se incluye la educación,
la ciencia y la tecnología. Siempre, sin duda, resultan relevantes las posiciones
públicas de los políticos en un contexto de incertidumbre y de amplia
exposición mediática. Ahí están los registros de nombres de políticos que se
quedaron asociados indisolublemente a lo que dijeron o hicieron ante los
reflectores en unos cuantos segundos, fue su momento de franca obnubilación o
de plena lucidez.
Sin embargo, cuando faltan poco
más de dos semanas para las elecciones, con independencia del evanescente
episodio del debate, ya están relativamente claras las propuestas que los
candidatos podrían poner en marcha en el área educativa y en el terreno
científico y tecnológico. Aunque, en realidad, cuando menos en este último caso,
no se debe tanto a lo que han dicho en campaña, lo cual ha sido prácticamente nulo
en estos temas, sino más bien a lo que quedó anotado en sus plataformas
electorales. Veamos algunos factores que sobresalen en esta elección.
Notemos una vez más una obviedad: los tres principales
contendientes están propuestos por coaliciones de partidos y no por un partido
político único. Esto es relevante porque, al menos aparentemente, las
plataformas electorales concilian principios o posiciones ideológicas de
naturaleza distinta. La pregunta es si el vínculo se sostiene aunque se trate
de temas altamente controvertidos --como los dilemas éticos ante evidencias o
avances científicos-- o qué línea política predominará.
Después de todo, en esta elección, están coaligados partidos
que han sostenido posiciones ideológicas aparentemente antagónicas. La
coalición “Por México al Frente” (PAN-PRD y MC), dice en su plataforma: “Los partidos
políticos que integramos la Coalición no pretendemos mimetizarnos, ni renunciar
a nuestra historia y principios, es decir, a nuestra identidad como
organizaciones políticas autónomas. Pero sí estamos dispuestos, ante la
situación de urgencia que vive el país, a poner por delante aquello que nos
une” (pág. 4). Seguramente sea lo que fuere.
Por su parte, la coalición “Juntos haremos
historia” (Morena, PES y PT), en su “Proyecto de Nación 2018 – 2024”, abre su
apartado de educación, no con el grave problema de la desigualdad educativa, la
inocultable realidad del rezago o la imperativa ampliación de oportunidades educativas,
como cabría esperar. No, sin más ni más, inicia con un amplio documento de
justificación de los beneficios que habría si se otorga autonomía a las
instituciones de educación superior particulares. Si este contenido es el primero
en aparición, revela lo que podría ser la prioridad del proyecto en el sector y
acaso lo que coaliga a las fuerzas políticas que están agrupadas.
En esta contienda electoral, se ha dicho, la
dinámica y coalición de fuerzas políticas se rige por un pragmatismo pavoroso. Si
asumimos que así es ¿qué importancia tiene para los problemas de la ciencia y
la tecnología? Pongamos por caso
la baja inversión en el sector. Todas las plataformas electorales (incluida la
del folclórico e impresentable candidato independiente) sostienen que se debe
invertir más. No obstante, lo que estaría por resolverse es si el mayor
esfuerzo debiera ser del sector público, del sector privado, de ambos y si
fuera esto último en qué proporción participarían. ¿Qué posición prevalecerá o
sostendrán?
Otro asunto es que en las plataformas electorales de las
coaliciones predominan las posiciones de los principales partidos que las
proponen. Esto es, en la coalición “Por México al Frente” las propuestas de la
plataforma son casi idénticas a las que también registró el PAN ante el
Instituto Nacional Electoral, sólo que recortadas; en la de “Todos por México”,
predominan los planteamientos del PRI; y en la de “Juntos haremos historia” lo
que es notable son los contenidos de Morena, los que aparecen en el “Proyecto
de Nación 2018-2014”. ¿Esto quiere decir que, más bien, se impondrán los
principios del partido principal o cómo?
Por último, también conviene destacar que, al menos por los
contenidos que han pronunciado públicamente los candidatos, así como por la
extensión y planteamientos que aparecen en sus plataformas electorales, el tema
de la ciencia y la tecnología no es de ninguna forma sobresaliente; tampoco se
aprecian propuestas desagregadas y precisas, menos un proyecto claro. Solamente
atisbos de lo que podría ser.
Si el tema de la educación no es exactamente una prioridad y
lo ha acaparado principalmente la reforma educativa de esta administración, el
de la ciencia y la tecnología, en términos generales, es todavía menos sobresaliente.
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