Alejandro Canales
UNAM-IISUE/PUEES
@canalesa99
(Publicado en la versión digital de Campus Milenio No. 1055. Agosto 15, 2024)
Las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJG) han sido controvertidas desde que inició su instauración en 2019. Desde un lado, se les aprecia como el gran y generoso programa del sexenio para los jóvenes excluidos de la educación superior. Desde el otro, se hace notar la improvisación del proyecto que va por fuera de la propia subsecretaría del ramo, la precariedad de su infraestructura, la inestabilidad de su personal y las ilusiones sin base que genera en los jóvenes.
¿Qué ocurrirá con las UBBJG en el próximo sexenio? ¿El programa se abandonará, se reformará o continuará como hasta ahora? La virtual presidenta, Claudia Sheinbaum, ha dicho que seguirá fortaleciéndolas. Eso fue lo que expresó en la reunión de evaluación del programa al final del mes pasado en uno de los plateles, en Tlaltizapán, Morelos (27.07.2024). Sin embargo, convendría pensar dos veces qué y cómo continuar.
Las cifras oficiales, las más recientes disponibles, muestran que la cobertura en educación superior para el grupo de edad es de 34.7 por ciento. Sin duda es un porcentaje que se debe incrementar.
La cobertura educativa para jóvenes que están en los peldaños más bajos de la escalera socioeconómica, los primeros cuatro deciles de ingreso, ha mejorado en la última década, pasó de 19 por ciento a 33 por ciento. Sumamente bajo y sí, el esfuerzo debe ser mayor para los del primer decil de ingreso. Los jóvenes del decil de ingreso más alto han tenido todas las posibilidades educativas.
Seguramente por la posibilidad de darles una oportunidad a los excluidos de la educación superior, la evaluación de las autoridades sobre las UBBJG es muy positiva. Esa fue la conclusión de la gira de fin de semana del pasado 27 de julio para valorar el programa.
El gobernador Cuauhtémoc Blanco, le dijo al presidente: “son uno de los mayores logros de su administración”. La profesora Raquel Sosa, directora general de las UBBJG, puntualizó que el programa: “surge, desde luego, de la iniciativa del presidente de la República”. Luego destacó los principales rasgos de la iniciativa, como la donación de los terrenos en donde se han edificado los dos centenares de planteles, los casi 85 mil alumnos que ya tienen y las carreras que imparte.
La próxima presidenta, Claudia Sheinbaum, también se sumó a los reconocimientos. No solamente por protagonizar una transición histórica, también por acompañarla: “a mostrarle los programas, las obras, a platicar el fondo, las causas, los principios que guían la Cuarta Transformación”. Y añadió: “Yo me siento, con esta generosidad del presidente, sumamente agradecida” y se comprometió con los presentes a que no habrá marcha atrás.
El decreto de creación establece que las UBBJG impartirán una educación superior de calidad y se enfocarán en estudiantes ubicados principalmente en zonas de alta y muy alta marginación del país. Pero las primeras evidencias periodísticas del programa exhibieron la improvisación de los procedimientos, la localización azaroza de los planteles, los problemas de infraestructura y la falta de personal.
Luego, en el 2020, se sumó una primera evaluación del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval). A pesar de que las autoridades del programa no permitieron el desarrollo de una evaluación cualitativa, quedaron documentadas las fallas en el diseño del programa, como la falta de precisión en la población objetivo, la ambigüedad del problema público a resolver y las dificultades de la gestión.
Al final del periodo, tal parece que los problemas no fueron resueltos. Por ejemplo, el gobierno federal ha sostenido a lo largo del sexenio 16 programas prioritarios, tres de ellos siguen sin identificar con claridad su población objetivo. Uno es el programa de las UBBJG, otro es el Programa Nacional de Reconstrucción y el tercero es el de Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral (Coneval, 2023).
Las UBBJG no saben a quién dirigirse. Tampoco está claro el número de jóvenes matriculados y el universo que quiere abarcar. Según el informe de Gobierno del presidente López Obrador del año pasado, estaban matriculados 62 mil 775 estudiantes (01.09.2023). Por su parte, la profesora Sosa, en la evaluación del programa del mes pasado, dijo que ya suman 85 mil jóvenes. Sin embargo, la coordinación del programa, se había planteado como meta llegar a los 200 mil estudiantes en este año (DOF 15.08.2023).
El diganóstico del programa sostenía que existen alrededor de 900 mil aspirantes a la educación superior que no son atendidos. Pero las UBBJG están lejos de aproximarse a esa cantidad. Ni siquiera se acercarán a la mitad de los 200 mil que se proponían. Y falta por demostrar la calidad de la educación que imparte y la gestión del proyecto mismo.
Ya está claro que se necesitan más oportunidades educativas y el énfasis debe estar en los jóvenes más desfavorecidos. El próximo gobierno ha dicho que piensa extender el modelo de universidades ensayado en la Cdmx. ¿También seguirá un camino paralelo a la subsecretaría del ramo? Esperemos que no. Convendría una evaluación del diseño institucional del sector y realizar los ajustes correspondientes.
Pie de página: En la recta final del periodo, el Conahcyt multiplica la firma de convenios de colaboración y las reuniones para exponer avances. Atentos.
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