El último día
de febrero el ejecutivo federal anunció, diez días antes del cumplimiento de
los emblemáticos primeros 100 días de gobierno, el inicio del proceso de “Consultas
del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018” (PND).
Según la Ley
de Planeación, le corresponde a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la
coordinación y elaboración del Plan. El plazo que fija son seis meses contados
a partir de la toma de posesión del presidente de la República. Lo
relativamente sorprendente es que, independientemente de lo que pudiera
presentarse como Plan, las definiciones están avanzadas y en marcha, lo mismo
por los compromisos de campaña que por el Pacto por México y los primeros 100
días de gobierno.
La urgencia
de algunos problemas ameritan iniciativas de inmediato. No se puede ser muy
paciente con problemas como la pobreza, la inseguridad, el crecimiento económico
o los estragos de los monopolios. Sin embargo, tampoco se puede ni debe
soslayarse el meditado proceso de planeación en la tarea de gobierno. Algunas acciones
podrán ser espectaculares y producir grandes efectos mediáticos, pero si no se
cuenta con una hoja de ruta, el balance final mostrará los errores, como lo
muestra la experiencia.
No solamente
es un asunto de planeación centralizada, porque seguramente la actual
administración, como es obvio, tiene sus ideas. El caso es que, desde hace más
de tres décadas y como la misma norma lo tiene previsto, en la tarea deben participar
y ser consultados los diferentes grupos sociales en el llamado Sistema Nacional
de Planeación Democrática.
Según la ley, prácticamente
todos los grupos deben ser consultados: organizaciones obreras, campesinas,
populares, empresariales; instituciones académicas, profesionales y de
investigación; los legisladores, por ejemplo. (artículo
20 de la Ley de Planeación).
Aunque, como
también es claro, la experiencia ha mostrado que tanto los procesos de consulta
como los planes han sido de mucha parafernalia y poca utilidad. Se han quedado
en eso: actos protocolarios de participación ciudadana y gruesos volúmenes de
documentos que guardan poca relación con las acciones de gobierno y todavía
menos con los resultados al final de la administración.
Lo deseable
sería una combinación de capacidad en la toma de decisiones y de proceso
mesurado y efectivo de planeación. Es ese caso, es casi inevitable recordar que
en la administración de Vicente Fox, después de la época priista, la
elaboración del PND volvió a suscitar cierta expectativa porque convocó al
ciudadano para la elaboración del Plan.
De hecho,
Vicente Fox inició la consulta para la elaboración del Plan de su administración
un mes antes, respecto a la fecha en la que Enrique Peña Nieto (EPN) lo hace ahora.
También Fox inició con una integración temática diferente del Plan y con la
modalidad de consultar por diferentes medios la opinión ciudadana, además de
los convencionales, utilizó por primera vez
los medios electrónicos y las entonces nuevas tecnologías.
Sin embargo,
como es bien conocido, las expectativas rebasaron por mucho a la administración
de fox. El resultado no fue diferente a lo ocurrido con los gobiernos priistas
que lo antecedieron. Las cosas tampoco fueron diferentes con Felipe Calderón.
Ahora, una
vez más, las consultas están en marcha para la integración del PND. Por lo
pronto, las coordenadas sobre las que se movilizará están marcadas por las cinco
metas que ha reiterado Peña Nieto, en ese orden, desde el inicio de su
gobierno: lograr un México en paz, referido principalmente al
estado de derecho y los problemas de seguridad; un
México incluyente; un México con educación de calidad para todos; un México
próspero, basado en el crecimiento económico; y hacer de México un actor con
responsabilidad global, principalmente con asuntos de integración regional y
comercio exterior.
La página web habilitada para recibir las opiniones de un sector de los
ciudadanos también sigue el mismo formato de las metas anteriores, con el fin
de establecer prioridades o componentes en cada caso, pero conservando
propuestas y compromisos anunciados.
En la apertura
de la consultas EPN dijo que el Plan sería “un
documento breve, consistente y claro” y que incluiría tres estrategias
transversales, así como los correspondientes indicadores para “medir la
efectividad del Gobierno.”
(Publicado en Campus Milenio No. 502. Marzo 14, 2013 p. 9)
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