En diciembre pasado,
una vez aclarado que no se crearía una secretaría del ramo, comentamos la intención
del presidente Enrique Peña Nieto (EPN) de crear una estructura administrativa,
dependiente de su oficina, para los asuntos científicos y tecnológicos (Campus Milenio No. 491).
El anunció quedó
expresado el 6 de diciembre en un tuit, en la cuenta personal de EPN, pero no
hubo mayores especificaciones. De hecho, ocupó menos de los 140 caracteres
permitidos en un tuit y no recibió menciones posteriores. No obstante, se sabía
que la nueva estructura estaría a cargo del científico Francisco Bolivar
Zapata, en su momento encargado del equipo de transición.
Ahora, cuatro
meses después, el gobierno federal publica el reglamento de la Oficina de la Presidencia de la
República, en donde se establece la organización y funciones de sus diferentes
unidades (Diario Oficial de la Federación
02/04/2013: 2-8). Una de ellas es la Coordinación de
Ciencia, Tecnología e Innovación.
Es decir, a
nivel presidencial queda establecida una instancia que influirá en la
decisiones de la política sectorial que encabeza el Conacyt . El asunto por
resover es el tipo de relación que sostendrá con este último y, más todavía, si
complementa, sustituye o ignora al Consejo Consultivo de Ciencias de la
Presidencia (CCCP).
El reciente
reglamento especifica que la Oficina de la Presidencia de la República tendrá
cinco unidades de apoyo: Jefatura de la Oficina de la Presidencia; Secretaría
Particular del Presidente; Coordinación de Asesores del Presidente;
Coordinación de Comunicación Social; y Secretaría Técnica del Consejo de
Seguridad Nacional.
A su vez, la
primera unidad, la Jefatura de la Oficina, contará con siete subunidades, como
la secretaría técnica del gabinete y seis coordinaciones. Una de ellas será la
Coordinación de Ciencia, Tecnología e Innovación. La Jefatura está encabezada
por Aurelio Nuño Mayer. ¿Lo recuerda? Fue el responsable del área educativa en
el equipo de la transición.
Según el
reglamento, la decena de funciones que se le reservan a la nueva Coordinación
de Ciencia, Tecnología e Innovación, más que las de coordinar, dirigir o
diseñar, son las de coadyuvar, participar
o apoyar, especialmente al Conacyt.
Por ejemplo, una
de ellas es coadyuvar en la elaboración de diagnósticos del sector o en el
ejercicio de funciones de las instancias competentes en la materia. O bien,
apoyar Conacyt en las modificaciones al marco normativo o en los análisis globales,
lo mismo que propiciar vinculación del ejecutivo federal con “instancias
públicas y privadas de desarrollo tecnológico, cietífico y de innovación”.
Además, las
funciones de la Coordinación serán realizadas en conjunto con Conacyt o en
respuesta al jefe de la Oficina de la Presidencia, pero no en relación directa
con el ejecutivo federal. Esto es,
es una instancia de consulta y asesoria, no formal y jerarquicamente colocada
por encima de Conacyt.
Lo sorprendente
es que desde 1989 ya existe una instancia con cacracterísticas similares: el
Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia. Un órgano creado casi al
iniciar la administración de Carlos Salinas de Gortari, precisamente como
“unidad de asesoría y apoyo técnico del Ejecutivo Federal” (Diario Oficial de
la Federación 24/01/1989: 2).
El CCCP está
integrado por quienes han recibido el Premio Nacional de Ciencias y Artes y aceptan participar. El fundador y
primer coordinador
general fue Guillermo Soberón Acevedo; ocupó el cargo durante todo el sexenio
de Salinas de Gortari, de 1989 a 1994, dado que los periodos son de tres años y
tienen opción de reelegirse una vez.
Los integrantes del CCCP y de su coordinador
general son honoríficos, no reciben remuneración, pero cuentan con una secretaría
ejecutiva que designa el propio ejecutivo federal y es el mecanismo a través
del cual se canalizan los recursos y apoyos al Consejo para su funcionamiento.
La mayor
visibilidad e interlocución del CCCP con el ejecutivo federal fue en el sexenio
de Salinas de Gortari, las administraciones posteriores más bien lo han
ignorado o en contadas ocasiones realmente lo han consultado.
(Publicado en Campus Milenio No. 505. Abril 11, 2013. p. 9)
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