CyT: 2014, la hora de la implementación y los
resultados
Alejandro
Canales
UNAM-IISUE/SES
canalesa@unam.mx
Twitter: @canalesa99
El primer año
de la administración actual transcurrió entre la celebración de Pacto por
México y la aprobación de las grandes reformas. Un primer paso, importante,
grande, pero solamente fue el comienzo. Fue el momento de la política, los
acuerdos, la disuasión, el diseño, la norma y la proyección. Ahora toca el
turno de la puesta en marcha, de llevar las iniciativas a la realidad; es la
hora de los ajustes con la rugosos marcos institucionales y la recepción de las
medidas.
En el campo de
la ciencia y la tecnología, a diferencia del educativo y otros, no hubo una
reforma constitucional ni un cambio normativo mayor. Y seguramente, con
excepción de una eventual reforma al Sistema Nacional de Investigadores, no
habrá grandes cambios a la norma en este periodo. Sin embargo, el tema sí formó
parte de los acuerdos y del Pacto.
El gasto para IDE
Al inicio del actual gobierno, uno
de los compromisos del Pacto por México fue precisamente el financiamiento para
la ciencia y la tecnología. En el documento suscrito por el gobierno y las
principales fuerzas políticas quedó asentado como el compromiso número 46: “Se
dará cumplimiento a la Ley de Ciencia y Tecnología con el objeto de incrementar
el financiamiento para la investigación científica y el desarrollo tecnológico,
a fin de alcanzar, de manera gradual, una inversión del uno por ciento del PIB.
El incremento presupuestal iniciará en el presupuesto 2013.
Complementariamente, se incentivará la participación intensa de los sectores
productivos en la investigación científica”.
En efecto, el
presupuesto del 2013 inició con un incremento para la actividad científica y
tecnológica, con una redistribución del presupuesto en el ramo 38, no del
volumen que se había presumido, pero incremento al fin (alrededor de 7 mil
millones de pesos). El presupuesto para este año también incluyó un incremento
relativamente similar al del año anterior, así que probablemente para los
próximos años, si la economía y el tema de la seguridad nacional no dicen otra
cosa, veremos incrementos similares para la actividad científica y tecnológica.
Las cifras
oficiales del 2011, las más recientes disponibles, indican que, en términos
corrientes, el gasto nacional para ciencia y tecnología es del orden de 112 mil
millones de pesos (mmdp). Recuérdese que el gasto nacional se integra por el
sector público (federal y estatal) y sector privado (sector productivo, sector
externo y familias). Del total del gasto nacional, alrededor de 58 mmdp, (52
por ciento) es aportación del sector público y la parte restante del sector
privado.
A su vez, del
total del gasto nacional de ciencia y tecnología, casi 66 mil millones de pesos
(59 por ciento) son de Gasto para Investigación y Desarrollo Experimental
(GIDE), otros 25 mmdp son para educación de posgrado (23 por ciento) y otros 20
mmdp para servicios científicos y tecnológicos (18 por ciento).
La distribución
y los montos del presupuesto es importante porque el compromiso establecido en
el Pacto por México, lo que está planteado como objetivo en el Plan Nacional de
Desarrollo 2013-2018 y también en el actual programa sectorial de educación se
refieren al GIDE, no al Gasto Nacional.
Actualmente, los
casi 66 mmdp de GIDE se integran por un 60 por ciento de participación de gasto
público (alrededor de 39 mil mmdp) y un 40 por ciento de gasto privado
(alrededor de 26 mmdp). A su vez, el monto total del GIDE representa alrededor
del 0.43 por ciento del PIB. Es decir, para llevar a efecto lo que se planteó
como compromiso el actual gobierno en materia de inversión, se deberá más que
duplicar el volumen actual.
Si el PIB se
mantiene en su volumen actual, el gasto del sector público se debería
incrementar más o menos en unos 10 mmdp en cada uno de los próximos cuatro
años. Al mismo tiempo, la participación del sector privado tendría que
sostenerse e incrementarse anualmente en alrededor 6 o 7 mmdp.
Las cifras no
parecen imposibles de alcanzar, pero en el diseño del presupuesto de este año
veremos si el esfuerzo se sostiene o no. También, con la difusión de los
resultados completos de la Encuesta sobre Investigación y
Desarrollo de Tecnología (ESIDET) del 2012, la de este año y las subsecuentes,
podremos valorar la participación del
sector privado.
Nuevas plazas de investigador
El presupuesto autorizado para este año, incluye
un monto para la creación de plazas de investigador. A pesar de las disposiciones
de austeridad y control de gasto, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF)
de este año hizo una salvedad en su fracción primera de su artículo 16: “Para
el caso de las plazas de investigadores y personal técnico de investigación que
se creen a partir de los recursos que tenga aprobados el Ramo 38 para este fin,
éstas se concursarán bajo los lineamientos que para tal efecto apruebe la Junta
de Gobierno del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. El personal
contratado en términos del párrafo anterior podrá prestar servicios de
investigación y docencia en las instituciones educativas y de investigación,
según se determine en los lineamientos referidos y en las disposiciones
jurídicas aplicables, manteniendo la relación laboral con el Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología”.
Uno de los aspectos que hacen la diferencia de las
nuevas plazas, respecto de las que ahora están en operación las instituciones
académicas, es que las primeras serán controladas directamente por Conacyt,
quien fungirá como responsable laboral y las plazas tendrán su propio sistema
de ahorro y retiro dentro de los centros de investigación y universidades. No
obstante, también se prevé que una vez firmados los respectivos convenios con
las instituciones académicas para que ofrezcan los espacios necesarios y
transcurridos entre cinco y siete años, las instituciones académicas podrán
contratar a los investigadores ya consolidados.
Por otra parte, en
julio de este año se cumplen 30 años del decreto de creación del Sistema
Nacional de Investigadores (SNI). Aunque el Sistema ha tenido modificaciones
importantes a lo largo de sus tres décadas, principalmente en la organización
de sus comisiones de evaluación, la inclusión de mecanismos de revisión y
algunos de los componentes de evaluación, la estructura y funcionamiento del
Sistema ha permanecido relativamente intacta.
Después del primer
y único congreso de miembros del SNI realizado en 2010 que anunciaba una
reforma profunda, no ocurrió ningún cambio. El asunto es controvertido y son
muchos los detractores del Sistema, pero también o superiores sus apologistas. Ahora,
por las declaraciones del director de Conacyt y del presidente de la Academia
Mexicana de Ciencias, tal parece que vuelve la idea de un cambio profundo. Es
un tema que amerita un tratamiento especial, el cual retomaremos en las
próximas semanas, por ahora solamente indiquemos que este año, y tal vez a
partir de julio, será clave para una modificación importante del SNI.
Los problemas nacionales
Un último asunto que también entrará en su
fase de implementación en este año es la atención a los grandes problemas
nacionales. Por una parte, el director de Conacyt anunció que se emitirá la
convocatoria de investigación correspondiente, similar a la que se emitió el
año pasado, dirigida a tal tipo de problemas. Lo cual incluye temas como
biotecnología, cambio climático, energía, salud, asentamientos humanos,
educación, entre otros. Por otra parte, también está el programa dirigido a
vincular la empresa y las instituciones de investigación, el cual pasó de 3 mil
millones de pesos el año pasado a 4 mil millones para este año.
Además, también está previsto para este
año la puesta en marcha de siete proyectos macro estratégicos: 1) alimentación;
2) salud; 3) manufactura avanzada; 4) energías renovables; 5) sustentabilidad y
adaptación al cambio climático; 6) diseño, desarrollo y aplicación de
Tecnologías de Información y Comunicación y 7) políticas públicas para el
desarrollo de México.
Se supone que tales proyectos serán
definidos principalmente por los titulares de los Centros Públicos de
Investigación y se desarrollarán a lo largo del actual sexenio, sobre todo con
la idea de aportar soluciones a los grandes problemas nacionales. Al mismo
tiempo, según anunció el titular de Conacyt, los macro proyectos estarán
alienados con el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018. Seguramente, tales
proyectos también ingresarán en el plan de cooperación con países de la Unión
Europea a través del Programa Horizonte 2020.
En fin, aunque el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2014-2018 todavía no se conoce (está previsto para el próximo mes de abril), este 2014 marcará la hora del encuentro con la realidad y los primeros resultados. El programa sectorial seguramente no irá en sentido inverso. ¿O sí? Ya lo veremos.
(Publicado en
Campus Milenio No. 543. Enero 16, 2014,
p.8)
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