La certidumbre de las plazas: crear, repatriar y
retener
Alejandro
Canales
UNAM-IISUE/SES
canalesa@unam.mx Twitter: @canalesa99
Una cierta
seguridad sobre la promesa de alcanzar el uno por ciento del PIB en la inversión
en investigación científica y desarrollo tecnológico puede hacer maravillas o
casi. El dinero no lo es todo, pero sin duda facilita algunas cosas.
Por lo pronto,
en el sector, los recursos son el lubricante que permite poner en marcha
algunas de las principales iniciativas, como la creación de nuevas plazas o el
relanzamiento de repatriaciones y retenciones. Y sí, es muy diferente planear
con una certeza mínima de recursos, en lugar de hacerlo en franca
incertidumbre.
El incremento
presupuestal en el ramo 38 de este año y del anterior ha sido tomado como
prueba de que se cumplirá, gradual y paulatinamente, la meta de inversión en el
sector. A su vez, aunque todavía no se conoce el Programa Especial de Ciencia,
Tecnología e Innovación (Peciti), el incremento de recursos ha permitido proyectar
diversos programas.
Por ejemplo,
como lo comentamos aquí la semana pasada, una vez autorizados los recursos,
acordadas las condiciones y resuelto el marco normativo, se abrió la opción de
nuevas plazas para investigación. Es el programa denominado “Cátedras Conacyt
para Jóvenes Investigadores” .
Los recursos
fueron autorizados especialmente para la creación de plazas en este año y por
ahora solamente se incluirán 574 nuevos espacios laborales en instituciones
públicas. Sin embargo, los contratos que firmarán los jóvenes con el Conacyt
serán por diez años y con posibilidades de renovación, así que por lo menos ese
será su horizonte de incremento.
Además, dado
el volumen de egreso anual de doctores y su expectativa de crecimiento (la
matrícula de este nivel se multiplicó por un factor de siete en la última
década), está la posibilidad de escalar el programa y expandirlo a otros
sectores institucionales. Obviamente, tendría que haber una mayor disposición y
certeza sobre los recursos financieros.
Otro programa
más, cuyo motor esencial es el de los recursos financieros, es el relanzamiento
que hizo Conacyt esta misma semana de Consolidación de Grupos de Investigación.
No es una novedad, el programa tiene una década de estar en marcha, pero ha
sido sumamente irregular, principalmente porque ha dependido de la
disponibilidad y autorización de presupuesto.
El programa de Consolidación
incorporó varios subprogramas de distintas épocas que funcionaban de manera
independiente con diferentes fondos. Por ejemplo, estaba el fondo de “Cátedras
Patrimoniales de Excelencia”, un programa de incentivo complementario a
profesores e investigadores distinguidos que funcionó durante los años noventa.
También estaba el fondo para Retener en México y
Repatriar a Investigadores Mexicanos, el primero para apoyar a jóvenes recién
doctorados para que concluyeran su tesis doctoral y/o se incorporaran a una
institución diferente a la que cursaron sus estudios. El segundo, como su
nombre lo indica, para facilitar la integración a instituciones nacionales de
un investigador mexicano residente en el extranjero. En ambos casos, Conacyt se
hacia cargo del apoyo durante un año y luego los asumía la institución
receptora.
Según las cifras oficiales, a través de los
fondos mencionados en el periodo 1995-2000, se otorgaron alrededor de 1,500 Cátedras
y se repatriaron 1,300 investigadores. Sin embargo, las cifras no son muy
precisas, dado que en algunos años, la renovación de apoyos se consideraron
como nuevos casos.
Al comienzo de los años 2000 desaparecieron las
Cátedras, fusionaron otros programas y se creó lo que se denominó Consolidación
de Grupos de Investigación, el cual incluyó a) Repatriación de Investigadores
Mexicanos; b) Retención de Investigadores mexicanos; c) Profesores Visitantes
Mexicanos, c) Descentralización de Investigadores Mexicanos y d) Estancias
Posdoctorales de Investigadores Mexicanos. Un énfasis, como se podrá advertir,
en apoyar a investigadores nacionales. Sin embargo, a lo largo de la década los
números del programa fueron sumamente modestos.
Ahora, con un horizonte promisorio de recursos
financieros, vuelve el programa, particularmente la convocatoria para
retenciones y repatriaciones, así como para estancias posdoctorales en el
extranjero.
Los trámites
prometen ser expeditos y se establecen dos periodos de la convocatoria en este
año, así que los números deberán reflejarse muy pronto. Si todo depende de la
promesa de los recursos para las certezas, esperemos su pleno cumplimiento. ¿O
una pronta resignación?
Posdata: En verdad, imperdibles las citas sin nombre.
(Publicado en Campus Milenio No. 549.
Febrero 27, 2014, p.4)
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