jueves, 20 de febrero de 2014

Los comisionados del Conacyt: nuevas plazas, otras reglas

Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES

Ahora empieza lo que podría ser una oportunidad para los jóvenes recientemente doctorados y también lo que podría ser un cambio profundo en el esquema de relación laboral en el terreno académico.

La iniciativa de creación de nuevas plazas para investigación estaba perfilada desde noviembre del año pasado, precisamente cuando los diputados autorizaron 550 millones de pesos en el Presupuesto de Egresos de la Federación para este año (CampusMilenio No. 536).

Hoy, el alcance, la proporción y los plazos del programa están relativamente claros. El pasado 12 de febrero, los principales funcionarios del sector, especificaron las bases y los lineamientos de las nuevas plazas de investigación, denominadas “Cátedras Conacyt para Jóvenes Investigadores”.

En principio no será el medio millar de plazas que se había anunciado, serán exactamente 574 nuevas plazas y a más tardar estarán en funcionameinto en agosto próximo. El número está en función de los recursos autorizados, dado que para cada plaza se prevé un sueldo mensual de 37 mil pesos y un apoyo para infraestructura, por unica vez, de hasta 500 mil pesos. La suma es de 542 millones de pesos al año; cifra casi equivalente a la autorizada.

Las plazas tienen una doble condición. Por un lado, instituciones públicas de educación superior, centros públicos de investigación e institutos nacionales de salud –las eventuales instituciones beneficiarias--, deben presentar un proyecto a Conacyt para incorporar uno (cátedra individual) o entre tres y cinco jóvenes investigadores (cátedra grupal).

Por otro lado, los candidatos a ocupar la plaza, deben inscribirse al Padrón de Jóvenes Investigadores del Conacyt, con el propósito de que sean elegibles para ocupar la cátedra. Tienen que cumplir tres requisitos básicos de elegibilidad: ser mexicanos o extranjeros residentes legales en el país; tener hasta 40 años los hombres y 43 las mujeres al 31 de diciembre de este año; y, muy importante, poseer un doctorado, especialidad equivalente o de preferencia un posdoctorado.

Tanto el proyecto de las instituciones como la postulación de los jóvenes en el Padrón, debe realizarse conforme siete temáticas enlistadas y la selección de retos identificados en cada una. Las temáticas son: 1) Ambiente; 2) Conocimiento del universo; 3) Desarrollo sustentable; 4) Desarrollo tecnológico; 5) Energía; 6) Salud y 7) Sociedad. Cada una tiene entre tres y ocho retos. Por ejemplo, el de Sociedad incluye como reto “el combate a la pobreza”, la “comunicación pública de la ciencia” o “seguridad ciudadana”, entre otros.

Debe notarse que las siete temáticas coinciden solo parcialmente con las anunciadas en diciembre pasado sobre los siete proyectos macro estratégicos que debían ser clave en este sexenio. Entonces, las prioridades que se atenderán en el periodo ya se modificaron, o bien, todavía están en fase de definición.

La selección de temas es un asunto relevante porque será un comité de Conacyt el que decida qué instituciones y qué candidatos ocuparán las plazas. Los lineamientos establecen ciertos criterios de equidad. Por ejemplo, en igualdad de condiciones favorecerán entidades federativas con menores capacidades, pero ninguna debe concentrar más del 10 por ciento del total de cátedras aprobadas. Tampoco habrá instituciones con más de tres cátedras grupales y se dará preferencia a candidatos que se hayan formado en instituciones diferentes a la solicitante.

Pero quizás el asunto más inquietante es que quienes ocuparán las nuevas plazas recibirán el nombramiento de “personal académico del Conacyt” y “serán comisionados a la institución de adscripción”, regidos por el estatuto de personal académico del propio Conacyt, “mientras que las prestaciones laborales, estarán reguladas por las prestaciones que registre la SHCP a tal fin” (artículo 24 de los lineamientos).

El manejo de la plazas no es un asunto de capacidad administrativa y seguramente tampoco será provisional. Como ha ocurrido con otros programas, el de becas desde hace 40 años y el Sistema Nacional de Investigadores desde hace 30 años, podemos estar en el inicio de un cambio profundo en el mercado académico.

La cuestión es que ahora se abre una nueva modalidad de relación laboral en las plazas académicas. El programa estará en fase piloto, con un volumen relativamente modesto, pero la idea es que permanezca (la comisión de la cátedra será por 10 años y podrá renovarse las veces que sea necesario) y se expanda a otras instituciones.

El tema clave serán los recursos financieros, la experiencia internacional de otros organismos similares y las líneas del programa especial. Ya lo veremos.


(Publicado en Campus Milenio No. 548. Febrero 20,  2014, p.4)

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