Los comisionados del Conacyt:
nuevas plazas, otras reglas
Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
canalesa@unam.mx Twitter: @canalesa99
Ahora empieza lo que podría ser
una oportunidad para los jóvenes recientemente doctorados y también lo que podría
ser un cambio profundo en el esquema de relación laboral en el terreno
académico.
La iniciativa de creación de
nuevas plazas para investigación estaba perfilada desde noviembre del año
pasado, precisamente cuando los diputados autorizaron 550 millones de pesos en
el Presupuesto de Egresos de la Federación para este año (CampusMilenio No. 536).
Hoy, el alcance, la proporción y
los plazos del programa están relativamente claros. El pasado 12 de febrero,
los principales funcionarios del sector, especificaron las bases y los
lineamientos de las nuevas plazas de investigación, denominadas “Cátedras
Conacyt para Jóvenes Investigadores”.
En principio no será el medio
millar de plazas que se había anunciado, serán exactamente 574 nuevas plazas y
a más tardar estarán en funcionameinto en agosto próximo. El número está en
función de los recursos autorizados, dado que para cada plaza se prevé un
sueldo mensual de 37 mil pesos y un apoyo para infraestructura, por unica vez,
de hasta 500 mil pesos. La suma es de 542 millones de pesos al año; cifra casi
equivalente a la autorizada.
Las plazas tienen una doble condición. Por un lado, instituciones
públicas de educación superior, centros públicos de investigación e institutos
nacionales de salud –las eventuales instituciones beneficiarias--, deben
presentar un proyecto a Conacyt para incorporar uno (cátedra individual) o
entre tres y cinco jóvenes investigadores (cátedra grupal).
Por otro lado, los candidatos a ocupar la plaza, deben
inscribirse al Padrón de Jóvenes Investigadores del Conacyt, con el propósito
de que sean elegibles para ocupar la cátedra. Tienen que cumplir tres
requisitos básicos de elegibilidad: ser mexicanos o extranjeros residentes
legales en el país; tener hasta 40 años los hombres y 43 las mujeres al 31 de
diciembre de este año; y, muy importante, poseer un doctorado, especialidad
equivalente o de preferencia un posdoctorado.
Tanto el proyecto de las instituciones como la
postulación de los jóvenes en el Padrón, debe realizarse conforme siete
temáticas enlistadas y la selección de retos identificados en cada una. Las
temáticas son: 1) Ambiente; 2) Conocimiento del universo; 3) Desarrollo
sustentable; 4) Desarrollo tecnológico; 5) Energía; 6) Salud y 7) Sociedad.
Cada una tiene entre tres y ocho retos. Por ejemplo, el de Sociedad incluye
como reto “el combate a la pobreza”, la “comunicación pública de la ciencia” o
“seguridad ciudadana”, entre otros.
Debe notarse que las siete temáticas coinciden solo
parcialmente con las anunciadas en diciembre pasado sobre los siete proyectos
macro estratégicos que debían ser clave en este sexenio. Entonces, las
prioridades que se atenderán en el periodo ya se modificaron, o bien, todavía
están en fase de definición.
La selección de temas es un asunto relevante porque será
un comité de Conacyt el que decida qué instituciones y qué candidatos ocuparán
las plazas. Los lineamientos establecen ciertos criterios de equidad. Por
ejemplo, en igualdad de condiciones favorecerán entidades federativas con
menores capacidades, pero ninguna debe concentrar más del 10 por ciento del
total de cátedras aprobadas. Tampoco habrá instituciones con más de tres
cátedras grupales y se dará preferencia a candidatos que se hayan formado en
instituciones diferentes a la solicitante.
Pero quizás el asunto más inquietante es que quienes
ocuparán las nuevas plazas recibirán el nombramiento de “personal académico del
Conacyt” y “serán comisionados a la institución de adscripción”, regidos por el
estatuto de personal académico del propio Conacyt, “mientras que las prestaciones laborales,
estarán reguladas por las prestaciones que registre la SHCP a tal fin”
(artículo 24 de los lineamientos).
El manejo de
la plazas no es un asunto de capacidad administrativa y seguramente tampoco
será provisional. Como ha ocurrido con otros programas, el de becas desde hace
40 años y el Sistema Nacional de Investigadores desde hace 30 años, podemos
estar en el inicio de un cambio profundo en el mercado académico.
La cuestión
es que ahora se abre una nueva modalidad de relación laboral en las plazas académicas.
El programa estará en fase piloto, con un volumen relativamente modesto, pero la
idea es que permanezca (la comisión de la cátedra será por 10 años y podrá
renovarse las veces que sea necesario) y se expanda a otras instituciones.
El tema clave
serán los recursos financieros, la experiencia internacional de otros
organismos similares y las líneas del programa especial. Ya lo veremos.
(Publicado en Campus Milenio No.
548. Febrero 20, 2014, p.4)
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