Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
(Publicado en Campus Milenio No. 785.
Enero 10, 2019. Pág. 5)
El Presupuesto
de Egresos de la Federación (PEF) de 2019 quedó aprobado el pasado 24 de
diciembre. Sí, en lo que concierne al gasto para ciencia y tecnología algo
mejoró, respecto de la propuesta inicial, pero definitivamente la cifra no fue
lo que prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador López el 22 de
agosto. En números redondos y corrientes, para este año, el sector tendrá 562
millones de pesos menos de los que recibió en 2018.
¿La reducción
es importante? Tal vez, pensarán no pocos, ahorita el país está para las grandes
cosas, no para andar preocupándose por esas naderías de ciencia que le
interesan a unos cuantos y casi nadie sabe para qué sirve. Y así, como hace más
de 30 años, se volverá diferir lo que podría ser el cimiento de una proyección
nacional basada en el conocimiento y no solamente en la menguante fuerza de
trabajo.
El 15 de
diciembre, cuando el gobierno federal entregó el proyecto de PEF al Congreso,
aquí mismo dijimos que no correspondía al compromiso que el propio presidente
se autoimpuso ante algunos miembros de la comunidad científica cuatro meses
antes. En ese encuentro dijo: que nunca
tengan un presupuesto por abajo de la inflación, ese sí es un compromiso para
adelante y vamos a procurar que aumente en términos reales, ese es mi
planteamiento muy concreto. (Palacio de Minería. 22.08.2018).
Por la misma
razón fue muy desconcertante que la propuesta inicial del gobierno de López
Obrador restara 2 mil 600 millones de pesos al sector en términos corrientes,
sobre lo que había recibido en 2018. Claro, en ese momento todavía faltaba lo
que dijeran los diputados y, muy notoriamente, las muestras de inconformidad de
las universidades.
Después de las
reacciones vino la rectificación de AMLO. En Hidalgo, en la reapertura de la
Escuela Normal Rural El Mexe aclaró: “Aquí sostengo
que se va a reparar ese error y se le va a entregar a las universidades lo que
les corresponde. Lo que acordamos, lo que dije en una reunión de la Anuies,
dije que si no aumentaba el presupuesto iba a ser el mismo del 2018, más
inflación. Ese fue mi compromiso y lo voy a cumplir” (18.12.2018).
Y sí, en el
Congreso, en el dictamen de las comisiones de diputados, a las universidades
les resarcieron la disminución inicial (alrededor de 5 mil millones de pesos),
así que en la aprobación final casi todas recibieron lo mismo que en 2018, aunque
lo de la inflación quedó para después.
Sin embargo, a
pesar de que el presidente había hecho el mismo compromiso con el sector
científico y tecnológico, otro fue el criterio que prevaleció en la asignación.
Sí hubo un resarcimiento, pero no llegó a igualar lo que recibió en 2018. En
cifras redondas: en 2018 recibió 92 mil millones de pesos y para este año tiene
considerado un total de 91 mil 400 millones de pesos. Ahora tendrá casi 600
millones de pesos menos y la disminución será mayor si consideramos el efecto
de la inflación.
La forma de
resarcir es todavía más sorprendente. El gasto total del sector se integra por
lo que controla centralmente Conacyt (alrededor de una tercera parte del total)
y por lo que gastan en ciencia tecnología una docena de secretarías del
gobierno federal. La propuesta inicial que consideraba 2 mil 600 millones menos
al presupuesto del sector, le había disminuido recursos de forma diferenciada a
todas las dependencias (entre 27 y 2 por ciento menos de lo que recibieron en
2018), excepto para Relaciones Exteriores que conservaba el mismo monto y SEP
que aumentaba 8 por ciento.
Después, cuando
los diputados regresaron poco más de 2 mil millones de pesos al sector, no lo
hicieron diferenciadamente. De la cantidad mencionada, una dependencia se llevó
el 90 por ciento y dos más, cinco por ciento cada una. Esto es: a SEP le
añadieron 1,823 millones de pesos; a Conacyt 100 millones de pesos; y a la
Sagarpa 92 millones de pesos. Es decir, SEP que era la única secretaría que
desde el comienzo tuvo mayor incremento, después tuvo todavía más.
En resumidas
cuentas: el presupuesto para el sector en este año será menor que lo recibido
en 2018; el Conacyt, el organismo rector de las políticas científicas y
tecnológicas, que al comienzo de la década actual llegó a controlar casi la
mitad del total del gasto, ahora solamente controlará el 32 por ciento; y la
SEP, con el 38 por ciento, tendrá la parte mayoritaria del gasto en ciencia y
tecnología en 2019.
Algunas voces
han dicho que la disminución de recursos para ciencia y tecnología fue
precisamente para recortar programas dispendiosos (como el Programa de
Innovación Tecnológica) que solamente beneficiaban a las grandes compañías.
Independientemente de la veracidad o no de la afirmación, lo cierto es que bien
se podrían canalizar esos mismos recursos a otros renglones. Ahora, Conacyt, la
cabeza del sector, no solamente tiene menor control sobre el total del gasto,
también se ve más difícil cumplir lo que dice la ley en materia de inversión. La
línea base del presupuesto del sector retrocede en este nuevo periodo de
gobierno.
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