viernes, 3 de octubre de 2014

Las preguntas de Romero Hicks
Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
A partir de la reforma del artículo 69 constitucional, los informes de gobierno en el Congreso han perdido interés. No son más el día del presidente de la República; tampoco el de la exhibición histriónica de algunos legisladores. En cambio, la comparecencia de funcionarios ha ganado terreno en las expectativas de diputados y senadores: una jornada difícil o un día de campo.
 
El pasado 23 de septiembre, el director de Conacyt, Enrique Cabrero, compareció ante la comisión de ciencia y tecnología del Senado. La comisión la preside Alejandro Tello Cristerna y en la sesión también estuvo presente Rubén Félix, presidente de la comisión homologa de los diputados.
 
 
Una primera intervención del titular de Conacyt puntualizó algunos de los avances más sobresalientes en el periodo. Por ejemplo, destacó la sesión del Consejo General y la consecuente aprobación del Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (Peciti). Nada dijo sobre el retraso en la aprobación y publicación en el Diario Oficial de la Federación.
 
 
El director de Conacyt también mencionó los avances en los cinco objetivos que se plantearon en el Peciti. Uno de ellos el nivel de inversión y la meta del uno por ciento del PIB en el sector. Aunque, como lo examinamos aquí hace dos semanas, la tendencia no es promisoria.
 
Otro aspecto fue el incremento de los recursos humanos, tanto en lo que se refiere al número de becarios (58 mil 88 en este año), los más de veinte mil miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), las 574 cátedras Conacyt o su ubicación conforme necesidades de desarrollo regional.
 
 
Finalmente, Cabrero anotó las acciones a corto plazo que le fueron encomendadas al organismo que dirige: la formación de recursos humanos para el sector energético; la puesta en marcha del repositorio nacional de información científica; o la participación en el Fondo Bilateral sobre Educación Superior, Innovación e Investigación (Fobesii).
 
En el turno de los legisladores, el senador Juan Carlos Romero Hicks, secretario de la comisión de ciencia y tecnología y ex director de Conacyt en el periodo de Felipe Calderón, formuló una decena de interrogantes a Enrique Cabrero.
 
 
Primero, dado que en este año se cumplieron 30 años del SNI y el próximo sumarán 45 de creación de Conacyt, el senador Romero preguntó sobre las modificaciones que se realizarán al SNI y en qué etapa está el rediseño institucional de Conacyt. O bien, los planes más concretos y precisos sobre cómo se atenderá el asunto del acceso abierto de la información científica.
 
El senador también inquirió sobre los montos de los fondos sectoriales, especialmente el del sector energético y los cambios en su volumen de recursos; lo mismo que una estimación y destino de los recursos que ingresaran por concepto de sanciones a los partidos políticos. También sobre las medidas complementarias para incrementar la inversión privada en el sector.

 
Romero Hicks cuestionó la adscripción laboral de las recientemente creadas cátedras: “no estoy tan convencido que lo mejor es que el patrón, entre comillas, sea el Conacyt, sino debe ser la casa donde está trabajando”. Igualmente expresó cierto escepticismo sobre las metas del Fobesii.
 
Otras preguntas de Romero Hicks se dirigieron a interrogar sobre la idea de crear nuevos centros, especialmente un Centro de Investigación y Educación, en el que estaría involucrado el CIDE, porque “es uno de los temas estratégicos; tenemos muy poca investigación educativa en el país”.
 
Otros senadores tomaron la palabra, añadieron otras preguntas referentes a los recursos financieros y al vínculo de algunas acciones con las reformas estructurales en marcha. Los principales cuestionamientos quedaron formulados.
 
El titular de Conacyt respondió algunas interrogantes, no todas. Habló de un ajuste en el cálculo de las estimaciones del gasto privado y una diversificación de los instrumentos de promoción. También destacó el Programa de Formación de Capital Humano para el Sector Energético.
 
 
Igualmente, apuntó los ajustes que se podrían realizar al SNI, como darle mayor cabida al desarrollo tecnológico, considerar otros productos (no solamente publicaciones), un sistema más basado en la confianza y el trabajo colectivo, entre otros aspectos. También especificó la canalización de los recursos derivados de las sanciones a los partidos políticos, las reticencias que existen sobre las cátedras Conacyt y los montos de algunos fondos sectoriales.
 
Quedó pendiente la meta sobre el uno por ciento del PIB para el sector, lo mismo que un eventual rediseño del organismo rector de las políticas científicas y tecnológicas, la forma en que se cumplirán los compromisos del Fobesii y un eventual Centro de Investigación Educativa.

Después de todo, la comparecencia de los funcionarios públicos puede no ser inútil.
 
(Publicado en Campus Milenio No. 578. Octubre 2, 2014, p.5)
 

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