Las preguntas de Romero Hicks
Alejandro
Canales
UNAM-IISUE/SES
A partir de la
reforma del artículo 69 constitucional, los informes de gobierno en el Congreso
han perdido interés. No son más el día del presidente de la República; tampoco
el de la exhibición histriónica de algunos legisladores. En cambio, la
comparecencia de funcionarios ha ganado terreno en las expectativas de
diputados y senadores: una jornada difícil o un día de campo.
El pasado 23
de septiembre, el director de Conacyt, Enrique Cabrero, compareció ante la
comisión de ciencia y tecnología del Senado. La comisión la preside Alejandro
Tello Cristerna y en la sesión también estuvo presente Rubén Félix, presidente
de la comisión homologa de los diputados.
Una primera
intervención del titular de Conacyt puntualizó algunos de los avances más
sobresalientes en el periodo. Por ejemplo, destacó la sesión del Consejo General
y la consecuente aprobación del Programa Especial de Ciencia, Tecnología e
Innovación (Peciti). Nada dijo sobre el retraso en la aprobación y publicación en
el Diario Oficial de la Federación.
El director de
Conacyt también mencionó los avances en los cinco objetivos que se plantearon
en el Peciti. Uno de ellos el nivel de inversión y la meta del uno por ciento
del PIB en el sector. Aunque, como lo examinamos aquí hace dos semanas, la
tendencia no es promisoria.
Otro aspecto
fue el incremento de los recursos humanos, tanto en lo que se refiere al número
de becarios (58 mil 88 en este año), los más de veinte mil miembros del Sistema
Nacional de Investigadores (SNI), las 574 cátedras Conacyt o su ubicación
conforme necesidades de desarrollo regional.
Finalmente,
Cabrero anotó las acciones a corto plazo que le fueron encomendadas al
organismo que dirige: la formación de recursos humanos para el sector
energético; la puesta en marcha del repositorio nacional de información
científica; o la participación en el Fondo Bilateral sobre Educación Superior,
Innovación e Investigación (Fobesii).
En el turno de
los legisladores, el senador Juan Carlos Romero Hicks, secretario de la
comisión de ciencia y tecnología y ex director de Conacyt en el periodo de
Felipe Calderón, formuló una decena de interrogantes a Enrique Cabrero.
Primero, dado
que en este año se cumplieron 30 años del SNI y el próximo sumarán 45 de
creación de Conacyt, el senador Romero preguntó sobre las modificaciones que se realizarán al SNI y en qué etapa está el rediseño institucional de Conacyt. O
bien, los planes más concretos y precisos sobre cómo se atenderá el asunto del
acceso abierto de la información científica.
El senador también
inquirió sobre los montos de los fondos sectoriales, especialmente el del
sector energético y los cambios en su volumen de recursos; lo mismo que una
estimación y destino de los recursos que ingresaran por concepto de sanciones a
los partidos políticos. También sobre las medidas complementarias para
incrementar la inversión privada en el sector.
Romero Hicks
cuestionó la adscripción laboral de las recientemente creadas cátedras: “no estoy tan convencido que lo mejor es que el patrón, entre comillas,
sea el Conacyt, sino debe ser la casa donde está trabajando”. Igualmente
expresó cierto escepticismo sobre las metas del Fobesii.
Otras
preguntas de Romero Hicks se dirigieron a interrogar sobre la idea de crear
nuevos centros, especialmente un Centro de Investigación y Educación, en el que
estaría involucrado el CIDE, porque “es uno de los temas estratégicos; tenemos
muy poca investigación educativa en el país”.
Otros
senadores tomaron la palabra, añadieron otras preguntas referentes a los
recursos financieros y al vínculo de algunas acciones con las reformas
estructurales en marcha. Los principales cuestionamientos quedaron formulados.
El
titular de Conacyt respondió algunas interrogantes, no todas. Habló de un
ajuste en el cálculo de las estimaciones del gasto privado y una
diversificación de los instrumentos de promoción. También destacó el Programa
de Formación de Capital Humano para el Sector Energético.
Igualmente,
apuntó los ajustes que se podrían realizar al SNI, como darle mayor cabida al
desarrollo tecnológico, considerar otros productos (no solamente publicaciones),
un sistema más basado en la confianza y el trabajo colectivo, entre otros
aspectos. También especificó la canalización de los recursos derivados de las
sanciones a los partidos políticos, las reticencias que existen sobre las
cátedras Conacyt y los montos de algunos fondos sectoriales.
Quedó
pendiente la meta sobre el uno por ciento del PIB para el sector, lo mismo que
un eventual rediseño del organismo rector de las políticas científicas y
tecnológicas, la forma en que se cumplirán los compromisos del Fobesii y un
eventual Centro de Investigación Educativa.
Después de todo, la comparecencia de los funcionarios públicos puede no ser inútil.
(Publicado en Campus Milenio No. 578. Octubre
2, 2014, p.5)
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