¿Mexicanización o internacionalización del posgrado?
Alejandro
Canales
UNAM-IISUE/SES
Durante décadas se tomó como referencia inequívoca el número de becas
al extranjero otorgadas por Conacyt para saber la cantidad de jóvenes mexicanos
estudiando algún posgrado fuera del país. El dato no era del todo exacto, pero
el volumen del posgrado nacional y de becarios era relativamente reducido, así
que no parecía tener mayor importancia contar con un reporte puntual de las
cifras.
Todavía menos significativo y de menor relevancia era llevar un
registro nacional de las migraciones, forzadas o voluntarias, atraídas por una
benevolente política exterior mexicana del siglo pasado, provenientes de
América del Sur, pero también de Europa y de otras latitudes, cuyos jóvenes se
sumaron a los estudios superiores en México. Si al caso, el registro quedó perdido
en los informes y memorias de las respectivas instituciones donde se
matricularon.
Fuente: www.ugto.mx
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Sin embargo, al cambio de siglo, los vientos de una etérea sociedad
del conocimiento se sintieron con mayor vigor, tanto como la presión por
incrementar la formación de recursos humanos de alto nivel y fomentar su
circulación, lo mismo que la demanda de transparencia en las acciones de
gobierno, la rendición de cuentas y el orden en las estadísticas nacionales. La
precisión de las cifras adquirió otra dimensión.
En el año 2000, lo hemos comentado aquí mismo, con motivo de las tres
décadas del programa de becas de Conacyt, publicó un reporte en el que intentó
precisar el impacto social y económico de su programa. Uno de sus cálculos era
que a lo largo de los primeros 30 años de duración de apoyo se habían otorgado
cien mil becas. De acuerdo a sus mismas cuentas, el 74 por ciento de ese total
fueron para becas nacionales y el 26 por ciento restante para estudios en el
extranjero.
Según los datos oficiales, en 1971, cuando Conacyt comenzó su
sostenida política de apoyos, había 580 becarios, de los cuales 202 estudiaban
en el país y 378 lo hacían en el extranjero. Es decir, casi dos tercios de
becas eran para el extranjero y el resto nacionales. En ese mismo año, la matrícula
total del posgrado sumaban 6 mil 484 estudiantes.
Fuente: e-consulta.com
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Actualmente, de acuerdo a la estimación del más reciente informe de
gobierno –las estadísticas de Conacyt siguen sin actualizarse desde el 2012—,
el total de becas vigentes es de 54 mil 841. De ese total, 50 mil 209 son
nacionales y 4 mil 632 son para el extranjero. En términos porcentuales: 92 por
ciento en el primer caso y 8 por ciento en el segundo. Al mismo tiempo, suman
poco más de 242 mil estudiantes en posgrado.
Es evidente que el volumen de becas y la matrícula de posgrado se ha
incrementado notablemente en estos más de cuarenta años. Pero también es claro
que se ha invertido completamente la proporción de los apoyos para el posgrado:
comenzó mayoritariamente con un respaldo para estudios en el extranjero y ahora
lo es para los estudios nacionales. La participación relativa de becas al
extranjero pasó de 66 a 8 por ciento del total.
Uno de los argumentos que se ha destacado para la reducción de los
apoyos para estudiar fuera del país es que guarda una relación inversa con la
consolidación del posgrado nacional. Esto es, se enviaba a los estudiantes a
estudiar al extranjero cuando los programas nacionales no alcanzaban un
estándar de calidad y se quedan en el país ahora que ya están acreditados.
El asunto es que las presiones por la movilidad dispar de los jóvenes
sigue en aumento. En ocasiones anteriores nos hemos referido a la idea del Foro
Bilateral sobre Educación Superior, Innovación e Investigación (FOBESII) y la de “Proyecta 100 mil” que
intentan incrementar el volumen de estudiantes mexicanos en el exterior y
viceversa.
Fuente: www.google.mx
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En la reciente “Feria de posgrados de
calidad”, la directora de becas y posgrado de Conacyt, Dolores Sánchez, señaló
que el posgrado nacional “se ve cada vez más sólido, por lo
tanto, cada vez estamos atrayendo más becarios extranjeros a México”. Además,
dio algunas cifras reveladoras, por ejemplo, señaló que “Colombia ocupa el
primer lugar en número de becarios que vienen a estudiar México (874), después
está Cuba (267), España (134), Ecuador (120) y Chile (76)” (Boletín 090.
FCCyT). Valdría la pena un examen más detallado de las cifras.
Todavía se ve lejos un gran volumen de estudiantes mexicanos en el
exterior y más lejos un posgrado nacional como gran polo de atracción
internacional. ¿Serán fuerzas centrífugas o centrípetas? Sin embargo, por lo
menos habría que comenzar por lo más elemental: compilar información
relativamente precisa y fidedigna de la movilidad estudiantil internacional de
México. A este respecto, uno de los esfuerzos más notables es la Encuesta
Patlani. Ya veremos qué sigue.
(Publicado en Campus Milenio No. 605. Abril 30, 2015, p.5)
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