Alejandro
Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter:
@canalesa99
(Publicado
en Campus Milenio. No. 739. Enero 25, 2018. Pág. 5)
Las
cifras son algo sorprendentes: 400 mil becas para estudios de posgrado en toda
la historia de Conacyt y el 45 por ciento de ese total se entregaron en esta
administración. Sí, esos fueron los números que dijeron hace dos semanas el director
del organismo, Enrique Cabrero, y el presidente de la República, Enrique Peña
Nieto, respectivamente (Comunicado de la presidencia. 12.01.2018).
¿Por
qué debemos sorprendernos? Por varias razones. Si uno piensa que es un periodo
de casi medio siglo (Conacyt se creó en 1970 y al año siguiente comenzó el
respaldo para la formación de recursos humanos), quiere decir que en los
últimos cinco años el organismo entregó un número de becas casi similar a las sumadas
en más de cuatro décadas. El dato simple es muy contundente; tiene los trazos
de todo un logro o algo fuera de proporción.
Veamos
los números. Bueno, antes, una vez más vale la pena decirlo, como otras tantas
veces lo hemos dicho aquí mismo: el programa de becas de Conacyt ha sido de una
nobleza y de una generosidad absoluta para la formación profesional y de alto
nivel en México (incluso para la región). No solamente se ha sostenido a lo
largo del tiempo, los números han sido crecientes, salvo en los periodos
turbulentos y de crisis económica. Si el programa no hubiera existido o fuera
otro, tal vez nuestro rezago sería más grave y muchos de nosotros no estaríamos
en donde estamos, ni personal ni institucionamente.
En
fin, según los números oficiales, cuando Conacyt cumplió su tercera década, en
el año 2000, se hizo una primera estimación del número de becas que hasta ese
momento había otorgado. A pesar de que el funcionamiento del programa era
irregular, la serie histórica de los becarios de Conacyt era un caos y las
proyecciones tenían sus bemoles, comenzaba a ponerse orden en la base de datos.
En esa fecha se dijo que sumaban poquito más de 100 mil becas otorgadas.
El
dato fue tomado con pinzas, porque no parecía corresponder demasiado ni con el
número de profesionales que pertenecían al SNI (en ese entonces eran poco más 7
mil integrantes) ni con el número de profesores con posgrado que se
desempeñaban en las universidades (alrededor de una tercera parte de poco más
de 160 mil). Al comienzo de los 2000, la matrícula total de licenciatura era de
casi dos millones y la de posgrado apenas alcanzaba los 129 mil estudiantes (el
9 por ciento era de doctorado).
Así,
la línea base era de 100 mil becas acumuladas en el año 2000, así que según lo
dicho por los funcionarios, en los siguientes 18 años se añadieron otras 300
mil nuevas becas. Las cifras se aproximan bastante. Si sumamos las nuevas becas
que reporta Conacyt entre 2000 y 2018, el total es de 290 mil 258. Los números
no son exactos pero casi. Y dado que no están disponibles las cifras del 2017, atribuyámosle
a ese año lo faltante.
¿También
debemos tomar con reserva la cifra actual de 400 mil becas otorgadas? Se supone
que son confiables, porque ahora ya no son proyecciones o cálculos, son números
absolutos, registrados puntualmente en los informes generales de Conacyt. Pero
si las becas se cuadruplicaron entre 2000 y 2018, los miembros del SNI casi igualaron
esa misma proporción: pasaron de 7 mil 466 a 27 mil 186 en el mismo periodo. Los
profesores con posgrado en las instituciones de educación superior, al menos
los de tiempo completo, no crecieron en la misma proporción, pero al parecer se
duplicaron (pasaron de tres a siete de cada 10).
La
matrícula del posgrado casi se duplicó: pasó de 129 mil a 239 mil. De esta
última cifra, la participación relativa de los doctores pasó de 9 a 19 por
ciento y el grado también quedó instaurado como requisito de ingreso laboral a
las instituciones de educación superior. Es decir, en las últimas dos décadas
la presión demográfica y del sistema también ha sido importante para el
mantenimiento y ampliación del programa de becas. Solamente recordemos los
conflictos de los dos años recientes.
Entonces,
lo que dijo el presidente Peña Nieto: “nunca se habían entregado tantas becas
para la formación de capital humano como las que se han entregado en esta
administración: del total de estas 400 mil becas, 45 por ciento se han
entregado en esta admimistración”. ¿Es cierto? No, no es así y no debiera ser
soslayado. Si vemos la tabla que aparece abajo, la operación es muy simple, las
entregadas en el útimo sexenio representan el 43.9 por ciento, pero de los
últimos 18 años, no desde la creación del Conacyt. Si consideramos la serie
histórica apenas sobrepasarían una tercera parte del total.
Todavía
más, si uno compara los periodos que aparecen en la tabla, lo que se advierte
es que del primero (2001-2006) al segundo (2007-2012) las becas se duplicaron,
sin embargo, en el más reciente las becas nacionales crecieron más bien de
forma modesta y las del extranjero un poco más pero sin llegar a duplicarse.
(Debo para una próxima entrega una comparación más precisa con la tasa media
anual de crecimiento por periodo y mayores detalles).
Nuevas becas
otorgadas por Conacyt
(2001-2017)
|
|||
Nacionales
|
Al
extranjero
|
TOTAL
(abs.) (%)
|
|
2001-2006
|
44,337
|
6,010
|
50,347 (17.7)
|
2007-2012
|
94,463
|
14,429
|
108,892 (38.3)
|
2013-2017
|
101,888
|
23,142
|
125,030 (43.9)
|
Totales
|
240,688
|
43,581
|
284,269
|
Fuente:
Informes generales del estado de la ciencia, la tecnología y la innovación
(diferentes años).
|
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