Alejandro
Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter:
@canalesa99
(Publicado
en Campus Milenio No. 756. Mayo 31, 2018. Pág. 5)
Las
fichas de presentación personal, en el Instituto Electoral de la Ciudad de
México, son ilustrativas de los principales trazos de quien aspira a gobernar
la entidad. Las fichas, por cierto, no aparecen ahí en orden alfabético, pero
aquí los fragmentos sí lo están: “Soy Mikel Arriola... Como esposo y padre de
familia, como tú, estoy dispuesto a luchar por proteger la vida”. Y sí, esa ha
sido la base de buena parte de la campaña del representante del PRI.
En
cambio, la representante de la coalición “Por la Ciudad de México al Frente” (Acción
Nacional, PRD y Movimiento Ciudadano) dice: “Soy Alejandra Barales, quiero que
siempre te sientas orgulloso de tu ciudad, por eso voy a trabajar con toda mi
energía”. El planteamiento mimético es que la Ciudad de México (CDMX) es la
jefa de todas las ciudades. Nada más. Bueno, también está la platafroma
electoral.
Por
su parte, la abanderada de la coalición “Juntos haremos historia” (Morena, Encuentro
Social y Partido del Trabajo) sostiene: “Soy Claudia Sheinbaum, Científica”.
Así aparece, con mayúscula. Y sigue: “¿Sabes? Cuando uno estudia ciencia lo que
busca es la solucion de los problemas. Si te preguntas ¿qué hace una científica
metida en la política? Te digo que trabajo con pasión para aplicar lo que sé en
resolver los problemas de la Ciudad que amo”. Aunque, el dilema científico, en
sentido estricto, debe estar relegado, porque desde el año 2000 ha ocupado
posiciones en el gobierno local.
Un
doble eclipse mediático casi ha ocultado a otros candidatos y otros temas
relevantes en esta campaña electoral. El primero es el de los candidatos
presidenciales que han acaparado la atención pública y oscurecido al resto de aspirantes
a otros puestos de elección popular. El segundo es la percepción de un buen
número de ciudadanos que piensa que entre los principales problemas que tiene
México está la inseguridad, la violencia y la corrupción; otros retos han
pasado a segundo plano o se han difuminado completamente. No les falta razón, sin
embargo, ahí no se acaban las decisiones en este año
El
cálculo, como lo han dicho algunos analistas, es que el efecto de los
candidatos presidenciales seguramente irradiará, para bien o para mal, a las
otras posiciones en disputa, Así, las campañas se han centrado en apuntalar las
propuestas y virtudes del candidato a la grande. Aunque, es probable que esta
atención excesiva más bien sea un reflejo de los estertores (¿o reavivamiento?)
del centro de gravitación fuertemente presidencialista que todavía domina la
vida pública.
No
obstante, no se puede subestimar la importancia de otras posiciones de elección
popular y de otros temas en el debate público. En este espacio tenemos especial
preocupación por los asuntos de política científica y tecnológica. Tal vez no
sea una prioridad para los diferentes candidatos, pero necesariamente tomarán decisiones
(o no) al respecto, por lo que vale la pena precisar que están proponiendo en
sus plataformas electorales.
La
plataforma del candidato priista Arriola simplemente ignora el tema. A pesar de
que la CDMX tiene una Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación, nada se
propone ni se menciona. Lo único que se incluye es un apartado de “Educación
integral” y como parte de las acciones a desarrollar está la creación de un
“sistema público y una plataforma tecnológica que permita el acceso libre a
Internet y las tecnologías de la información en escuelas, plazas y espacios
públicos”. Es todo.
En
la plataforma de la candidata Barrales, el diagnóstico del sector es un párrafo
en el que se destacan las cifras de hogares y negocios que tienen equipos
tecnológicos o utilizan las tecnologías de la información. Nada más. Después, ahí
mismo enumera cinco propuestas sumamente generales: dos que se refieren al
acceso a Internet y ampliación de la infraestructura de banda ancha; otra para
fomentar incubadoras de alta tecnología; y una más para promover el desarrollo
de patentes y procesos tecnológicos por parte del gobierno y la iniciativa
privada.
Por
último, la aspirante Sheinbaum, en la plataforma electoral correspondiente se
indica que el proyecto es “Innovación y esperanza”, el cual contiene cinco
principios. El primero es el de la innovación, en el que se propone combinar la
creatividad y el conocimiento. La utilización de las ciencias, la educación, la
expresión artística y la tecnología para mejorar la calidad de vida de los
habitantes. “Cambiar la inercia en la solución de problemas a partir de soluciones
innovadoras que coordine el gobierno y en la que participen la academia, la
inicativa privada y la ciudadanía” (pág. 5). Es el documento más breve, pero
más articulado, aunque tampoco es preciso en sus propuestas.
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