Escuela Nacional de Estudios para el Desarrollo
Agrario
Alejandro
Canales
UNAM-IISUE/SES
canalesa@unam.mx Twitter: @canalesa99
En las últimas
tres décadas, conforme se transformaron los sectores económicos en México y el
de servicios adquirió mayor relevancia, la matrícula en educación superior en
el área de ciencias agropecuarias disminuyó paulatina y constantemente hasta
representar una de las áreas de menor volumen en la actualidad (2.3 por ciento).
Sin embargo,
la semana anterior, el procurador agrario, Cruz López Aguilar, publicó el
acuerdo de creación de la Escuela Nacional de Estudios para el Desarrollo
Agrario (ENEDA), para los servicios educativos de la propia procuraduría. El
acuerdo tiene omisiones y errores, aunque la normatividad estará por
determinarse en los próximos meses.
La procuraduría
agraria (PA) es esa figura que se creó a raíz de la reforma del artículo 27
constitucional en el periodo de Salinas de Gortari, cuando se puso fin al reparto
agrario, se modificó el régimen de tenencia de la tierra y se promulgó la Ley Agraria en 1992. Dicha ley estableció a
la PA como un organismo descentralizado de la administración pública federal y
sectorizado a la Secretaría de la Reforma Agraria (artículo 134), la hoy
Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Según la ley,
el procurador agrario tiene funciones de servicio social y se encarga
fundamentalmente de defender los derechos de los ejidatarios, comuneros,
sucesores de ejidatarios y pequeños propietarios, entre otros. La misma ley
prevé que el procurador agrario, como representante legal y en atención a sus
tareas y responsabilidades, puede crear “unidades técnicas y administrativas”.
En
consecuencia, el procurador consideró que es necesario “profesionalizar y
actualizar al personal de la institución e incorporar en dichos procesos a las organizaciones
campesinas que integran el Comité Permanente de Control y Seguimiento de la
Procuraduría Agraria” (Diario Oficial de
la Federación 10.12.2014).
La mejor forma de lograrlo
sería con la creación de la ENEDA, la cual estará encargada de capacitar y
actualizar a los servidores públicos de la procuraduría agraria, así como a los
sujetos del derecho agrario, a los integrantes de organizaciones campesinas del
Comité Permanente y a cualquier interesado.
Es decir, la nueva institución
estará concentrada fundamentalmente en ofrecer servicios educativos para los
integrantes de la PA. ¿Será que ninguna de las instituciones de educación
superior existentes, sean o no del sector agropecuario, pueden satisfacer las
exigencias que demanda la procuraduría agraria? ¿O más bien se confirma que
resulta más fácil crear una nueva institución educativa, en lugar de ajustar o
reorientar una que ya está en funciones?
El acuerdo de creación de la
EDENA precisa que podrá poner en marcha programas de formación tanto a nivel
técnico como de licenciatura y posgrado. No solamente. También realizar
“investigación científica, jurídica, social, política y tecnológica, ligada a
la formulación, implementación y evaluación de políticas y programas”. Es
decir, es una IES en forma.
Lo sorprendente es que entre
la decena de funciones asignadas a la EDENA no se especifica que impartirá
directamente educación agropecuaria. En cambio, menciona que habrá de: elaborar
y vigilar la ejecución de los programas de formación; coordinar y supervisar el
diseño y desarrollo de los planes de estudio; prestar asesoría técnica y de
servicio social, entre otras.
Sí aclara que expedirá
certificados de estudio, diplomas, títulos profesionales y grados académicos,
así como revalidará y hará equivalencia de estudios. También específica que realizará
estudios jurídicos, políticos y sociales sobre el tema agrario, tanto como la
difusión de sus investigaciones.
El acuerdo también indica que
la EDENA contará con un consejo académico, el cual tomará las decisiones más
relevantes, como los relativos a la normatividad, aprobación de planes y
programas, establecimiento de políticas de ingreso y permanencia de los alumnos
y creación de las unidades académicas que sean necesarias.
El consejo académico será
presidido por el procurador agrario, pero no se aclara quiénes o cuántos lo
integrarán. Sin embargo, no deja de llamar la atención que el acuerdo mencione
que las políticas de ingreso de estudiantes será conforme al artículo tercero
de la Constitución y quinto de la Ley Federal de Educación (sic, es Ley General de Educación).
Tal vez omitir que la EDENA
impartirá directamente educación o mencionar una ley inexistente, son errores
menores, pero revelan cierto grado de improvisación que debiera preocupar.
(Publicado en Campus Milenio No. 589.
Diciembre 18, 2014, p.5)