viernes, 27 de agosto de 2010

LOS RITMOS DEL PRESUPUESTO

El próximo 8 de septiembre el gobierno federal deberá entregar al Congreso su propuesta de paquete económico (los criterios generales de política económica, la ley de ingresos y el presupuesto de egresos de la federación para el año siguiente). Desde hace algunas semanas comenzaron a perfilarse las posiciones y probablemente se verán reflejadas en el proyecto que remitirá la Secretaría de Hacienda a los legisladores. Sin embargo, la fase más importante vendrá en los próximos dos meses e incluye algunos factores que no estaban presentes en años anteriores.


En primer lugar, la negociación del paquete económico para el 2011 será la primera para el actual equipo de Hacienda. Recuérdese que el ahora titular de Hacienda, Ernesto Cordero, tomó posesión de la cartera en diciembre pasado, al sustituir a Agustín Carstens, quien ahora se desempeña como gobernador del Banco de México.

En segundo lugar, y tal vez más importante: la semana pasada, en la misma secretaría, hubo un reacomodo de los subsecretarios. El ajuste se debió a la renuncia de Alejandro Werner, uno de los titulares en la elaboración y negociación presupuestal. Ahora, José Antonio Meade Kuribreña será Subsecretario de Hacienda y Crédito Público, la posición clave que ocupaba Werner. A su vez, José Antonio González Anaya, anterior coordinador de asesores de la secretaría, tendrá la responsabilidad de la subsecretaría de ingresos, precisamente la posición que dejó Meade. Otro nombramientos fueron los de Carlos Alberto Garza como titular de la Unidad de Coordinación con Entidades Federativas y de Ignacio Quesada Morales como coordinador de asesores.

A excepción del nombramiento del coordinador de asesores, el resto de nuevos nombramientos de Hacienda debe ser ratificado por el poder legislativo. Por disposición constitucional, el ejecutivo federal tiene la facultad de nombrar a los empleados superiores de Hacienda, pero deben ser aprobados por el Senado, como también a los oficiales superiores de las fuerzas armadas (artículo 89). El punto es el intercambio realizado para la ratificación.

Otro de los aspectos notables en el reciente ajuste es el relativamente inusual reconocimiento otorgado al funcionario que renunció. Según el boletín emitido por Hacienda: Werner fue: “una de las piezas fundamentales en el diseño de los últimos cuatro paquetes económicos, las reformas financieras concretadas en los años recientes, los programas contracíclicos instrumentados para atenuar el impacto de la crisis financiera internacional sobre la economía nacional, y en la instrumentación de los esfuerzos por mantener el funcionamiento de nuestros mercados financieros en los recientes periodos de turbulencia mundial”. (SHCP. 057/2010). Al parecer, los elogios se deben a que dejó elaborado el paquete económico.

En realidad, el diseño del paquete económico inició desde el pasado mes de abril. La Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria establece que, a más tardar el 1 de abril, el ejecutivo federal debe enviar al Congreso de la Unión un documento con los principales objetivos de la ley de ingresos y del presupuesto de egresos, así como los escenarios de las principales variables macroeconómicas del año siguiente y del monto total del presupuesto de egresos. Después, como fecha máxima el 30 de junio de cada año, el gobierno federal debe remitir a los diputados, la estrucutra programática del presupuesto. (Articulo 42). Al final, el 8 de septiembre, entrega el paquete económico completo.

Por su parte, los diputados deben aprobar la ley de ingresos a más tardar el 20 de octubre y la misma ser ratificada por los senadores el 31 de octubre. La aprobación del presupuesto de egresos de la federación es responsabilidad exclusiva de los diputados y tienen hasta el 15 de noviembre como fecha límite para aprobarlo. Luego, ambas leyes son publicadas en el Diario Oficial de la Federación para su entrada en vigor y el plazo para publicarlas es de 20 días después de aprobadas.

Entonces, los procesos de diseño, disucusión y aprobación del paquete económico va de abril a noviembre; prácticamente dos tercios del año. Sin embargo, pese a las previsiones que se tomaron para que la aprobación de recursos se diera en tiempo y forma, lo cierto es que la etapa crítica se verifica en los días y horas cercanas al 15 de noviembre.

A la fecha, el secretario de Hacienda solamente ha expresado dos datos sobre el paquete económico para el año próximo: voluntad para generar mayoría en el Congreso –sobre todo por las propuestas en materia de impuestos— y la consideración de un déficit público menor al 0.7 or ciento.

Los sectores educativo y científico, a su vez, han expresado la necesidad de mayores recursos, a la vista del panorama en cobertura y calidad de la educación, así como de los pendientes en ciencia y tecnología. En particular, la ANUIES, desde el primer trimestre del año anunció que presentará su propuesta de presupuestos plurianuales para las universidades. El tema de los recursos está sobre la mesa.

(Publicado en Campus Milenio. No. 382. Agosto 26, 2010)

jueves, 19 de agosto de 2010

UN FUTURO PARA LOS JÓVENES

El pasado 12 de agosto se celebró el día internacional de la juventud. La fecha ha traído al presente los pendientes de ese heterogéneo y cambiante sector de la población localizado generalmente entre los 15 y 24 años de edad. Sin embargo, no solamente se trata de una conmemoración efímera, a partir de este mes se celebra el “Año Internacional de la Juventud” (AIJ). Por tal motivo, diferentes entidades de Naciones Unidas emitieron una declaración conjunta para impulsar el AIJ, la semana siguiente se realizará en México la Conferencia Mundial de la Juventud y el año próximo una siguiente conferencia, con el fin de realizar un balance de cuáles han sido los avances en las políticas hacia los jóvenes desde que se realizó el primer AIJ en 1985.

La celebración del día de los jóvenes fue aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas en diciembre de 1999, cuando estaba por cumplirse un quinquenio del programa de acción mundial para los jóvenes previsto por el mismo organismo, la resolución indicaba que Naciones Unidas hacia suya la recomendación de que 12 de agosto fuera declarado Día Internacional de la Juventud y, en ese entonces, recomendaba organizar actividades de información pública a todos los niveles en apoyo del día señalado (A/RES/54/120). A partir del año 2000 quedó instaurada la fecha celebratoria.

No obstante, el organismo internacional había desplegado algunas iniciativas a favor de la juventud desde fines de los años setenta, particularmente en lo que concierne a la instauración de un foro mundial para dialogar sobre los temas y problemas de interés de los jóvenes y, especialmente para el mejoramiento de las formas de comunicación con las organizaciones juveniles.

En una resolución de noviembre de 1985, Naciones Unidas estableció la primera celebración del Año Internacional de la Juventud. El lema de ese primer año fue: “participación, desarrollo, paz”, quizás en referencia a la escasa presencia y representación de los jóvenes, así como de sus preocupaciones por la paz, la expresión, la democracia y el crecimiento en los foros internacionales.

Después de 25 años, a partir de este mes de agosto se celebra el segundo AIJ. Ahora son otras las condiciones de coexistencia entre las naciones y otras las fuentes de preocupación en torno de los jóvenes, un buen número de ellos carentes de oportunidades laborales y educativas. También son otras las formas de participación de las organizaciones juveniles y distintos los jóvenes de hoy.

El lema del reciente AIJ establecido por Naciones Unidas es: “diálogo y comprensión mutua”. Tal parece que más de dos décadas no han sido suficientes para trazar líneas estratégicas de atención y que los pendientes en este terreno son cambiantes y variados.

La reciente declaración de una veintena de entidades especializadas de Naciones Unidas, destaca el papel clave de la educación para una transición a la vida adulta. Si bien reconoce que las tasas de alfabetización se han incrementado notablemente en los últimos 25 años, también señala que el progreso ha sido desigual, porque algunas naciones se han rezagado y se ha ensanchado la brecha entre la población urbana y rural en algunas naciones. Destaca que se necesita incrementar la inversión y el acceso a la educación, particularmente en educación secundaria, debido a las metas trazadas en el año 2000, cuando se plantearon los Objetivos de Desarrollo del Milenio que debieran cumplirse en cinco años más.

Otro de los temas relevantes de la declaración es el concerniente al empleo. A este respecto señala que, como es obvio, el desempleo y subempleo juvenil tiene costos significativos en la economía nacional, la sociedad, el individuo y sus familias. Más importante: Si se experimenta en las etapas tempranas de la vida la falta de un trabajo productivo y decente, con frecuencia se comprometerán de forma permanente los prospectos de empleo en el futuro de una persona. En consecuencia se producirá la exclusión, la ociosidad, la vulnerabilidad de los jóvenes y posteriormente una cauda de conductas antisociales.

En el caso de México, en ocasión de la celebración del día de los jóvenes, la directora del Instituto Mexicano de la Juventud, Priscila Vera, afirmó que la generación actual de jóvenes, en comparación con las anteriores, es la más educada y más saludable en la historia del país. Sin duda la afirmación es correcta, debido a las cifras acumuladas, el mayor volumen de jóvenes y el incremento nacional del promedio de escolaridad, como también sería el caso del aumento en la esperanza de vida de la población. Sin embargo, el verdadero problema es si los índices educativos alcanzados son los que podríamos y debiéramos tener como nación.

Las tasas de cobertura educativa en el nivel superior (uno de cada cinco jóvenes) y el desempleo o el empleo precario para los jóvenes anuncian un futuro trunco, no sólo para ese sector sino para la sociedad entera. No debiera ocurrir; ojalá el AIJ revierta la tendencia.
(Publicado en Campus Milenio. No. 381. Agosto 19, 2010)

jueves, 12 de agosto de 2010

EL CONSEJO DE COMPETITIVIDAD DEL DF Y LA FUERZA CENTRÍFUGA

En diversas ocasiones, en este espacio, he reiterado que casi toda la estructura administrativa en el país ha tendido a concentrar las capacidades decisorias en el centro y en el nivel jerárquico más alto. Una especie de movimiento centrípeto superior. La organización de la actividad científica y tecnológica, tanto a nivel federal como local, no ha sido la excepción, aunque probablemente podría comenzar a revertirse la tendencia.

Si se intentaba que los problemas más importantes fueran atendidos con prontitud o los asuntos fueran despachados con relativa eficiencia, había que garantizar la participación directa, o al menos la cercanía, del funcionario del más alto nivel involucrado en tales menesteres.

Obviamente, quienes están a la cabeza de las estructuras administrativas verticales tienen mayor capacidad de decisión y son los responsables últimos del funcionamiento de la organización, pero tal parece que se habían convertido en la única instancia posible de solución. La cadena de mando escalaba hasta el máximo responsable.

La fuerte tradición presidencialista que nos caracterizó como país hasta hace poco, concentró el mayor poder de decisión alrededor del ejecutivo federal y las más variadas capacidades en la ciudad capital. Por tal motivo se buscaba la intervención del ejecutivo federal en las más diversas circunstancias a fin de garantizar la solución deseada; la dinámica todavía es persistente pero hoy es menor y podría disminuir aún más.

La instauración de contrapesos a la figura presidencial y la emergencia de otros poderes han acotado y disminuido algunas de las facultades previas del ejecutivo federal. Igualmente, un lento movimiento descentralizador se ha registrado en las últimas décadas y las entidades federativas han ampliado sus capacidades y adquirido un importante peso relativo.

Sin embargo, una buena parte del diseño y funcionamiento de las estructuras administrativas sigue bajo la lógica de concentrar las decisiones en el máximo nivel jerárquico, a fin de garantizar las respuestas adecuadas, aunque en realidad no sea el caso. Es ilustrativo el caso de las estructuras de las actividades científicas y tecnológicas.

A nivel federal, la normatividad de la actividad científica y tecnológica estableció un Consejo General de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico, como máximo órgano de política y coordinación de las actividades del sector. Claro, se trata de un consejo presidido por el ejecutivo federal e integrado por secretarios de Estado y que es el único facultado, entre otras atribuciones, para aprobar el programa sectorial. Por supuesto, desde el comienzo ha tenido dificultades para sesionar y aprobar lo conducente.

La mayor parte de entidades federativas, al aprobar su normatividad y establecer sus respectivos organismos para regular las actividades científicas y tecnológicas, siguieron el mismo esquema federal y tienen sus propios consejos generales estatales presididos por el ejecutivo local. Seguramente con igual o peores dificultades de funcionamiento que a nivel federal.

Además de los organismos rectores sectoriales en las entidades, también se establecieron otras agrupaciones e igualmente bajo el mismo principio jerárquico de organización. Un ejemplo es el Consejo de Competitividad de la Ciudad de México creado en enero de 2007.

El Consejo de Competitividad es un órgano para la definición de las políticas públicas en materia de desarrollo, competitividad y generación de empleo a nivel local, según lo establece su acuerdo de creación (Gaceta Oficial del Distrito Federal 15/01/2007). En el diseño original el organismo debía estar integrado por el jefe de gobierno del Distrito Federal como presidente, un secretario ejecutivo y catorce miembros; las designaciones las realizaba el ejecutivo local.

El organismo para la competitividad, salvo un cambio de domicilio en el 2008 y algunas propuestas en marcha, poco ha funcionado. Tal vez, entre otras razones, a ello se debe que recientemente el gobierno local decidió reformar el acuerdo de creación y ahora, además de que le añadió la función de evaluar la ciencia, la tecnología y la innovación, transfirió la presidencia del Consejo de Competitividad al director del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, quien también será responsable de designar y remover al secretario ejecutivo (Gaceta Oficial del Distrito Federal. 02/08/2010).

Al parecer, si se consideran los resultados de las iniciativas desentralizadoras de los años recientes y el reconocimiento de que la participación directa de funcionarios de alto nivel no es una garantía de eficiencia ni de eficacia, podría expresarse con mayor contundencia un saludable movimiento centrífugo en las actividades del sector. El asunto es si un nuevo esquema de estructuración puede mostrar mejores resultados o si, por el contrario, serán peores, porque no se traslada el centro de gravitación.
(Publicado en Campus Milenio No. 380. Agosto 12, 2010)

viernes, 6 de agosto de 2010

MÉXICO-CHINA: El DESEQUILIBRIO

La IV Reunión de la Comisión Binacional México-China tuvo lugar al final del mes pasado en la Ciudad de México. Un encuentro para evaluar el plan de cooperación de los pasados cuatro años entre ambos países y plantearse uno nuevo para el próximo quinquenio. El país asiático, con su expansivo y sostenido crecimiento desde hace décadas, aparentemente tiene claro a dónde se dirige y cómo hacerlo, pero no parece ser el mismo caso para su socio.

Todas las dimensiones de China son impresionantes, las de su historia, edificaciones, extensión territorial o densidad demográfica. De hecho, es el tercer país más grande del mundo en superficie y con sus 1,400 millones de habitantes es el más poblado. También uno de los mercados más atractivos para cualquier empresa y producto. Pero tal vez lo más impresionante es el crecimiento económico continuo que ha logrado en las últimas tres décadas de alrededor 9 por ciento anual; un logro notable a pesar de las turbulencias económicas y financieras que se han presentado en el ámbito internacional.

Una de las claves para la expansión y crecimiento de China, como también lo han mostrado otros países emergentes, es el establecimiento de planes a largo plazo y la capacidad de sostenerlos. El régimen político puede ser indistinto, la industria base puede variar o ser diferentes las áreas de concentración productiva, pero la estrategia y lo planes de largo plazo se mantienen. Obviamente, el despunte del país asiático también ha implicado grandes costos para su población y prácticas que han sido ampliamente cuestionadas.

México, por su parte, está a la búsqueda de un modelo de desarrollo desde principios de los años ochenta. Desde que se agotó el modelo de sustitución de importaciones en esa década y quedó atrás la llamada época de desarrollo estabilizador, no ha logrado un crecimiento consistente y sostenido de su economía.

En la administración anterior, cuando parecía que el país una vez más se enfilaba en la ruta del crecimiento, también se diversificaron las relaciones y los acuerdos con otros países. El primer ministro chino Wen Jiabao visitó México en el 2003 y a raíz de tal visita comenzó la propuesta de integrar una alianza estratégica entre ambos países, la cual dio lugar a la integración de una Comisión Binacional que celebró su primera sesión en el 2004 en Beijin, China. No obstante, fue hasta la segunda reunión celebrada en territorio nacional, celebrada en 2006, cuando se integró un programa de acción conjunta para el periodo 2006-2010, la cual incluyó múltiples áreas de cooperación, como energía, política, economía y comercio, comunicaciones y transportes, y obviamente, educación, cultura, ciencia y tecnología.

La realización de la reciente IV Reunión de la Comisión Binacional, tenía como propósito principal valorar los avances que se registraron en los planes de los cuatro años anteriores. Todavía no se conoce, públicamente, el acta oficial de la reunión ni los reportes de las diferentes subcomisiones que se integraron, una por cada área de cooperación, pero los respectivos ministros resaltaron algunos de los logros más sobresalientes.

Por ejemplo, el ministro de relaciones exteriores chino, Yang Jiechi, destacó que los dos países habían acordado prorrogar el “convenio de transporte aéreo civil y ambas partes han suscrito acuerdos (para) el reconocimiento mutuo de estandarizar estudios, cargos y títulos académicos” (versión estenográfica de la reunión). Esto es, al parecer, en el ámbito educativo, tal vez por la presencia del subsecretario de educación superior en la reunión, podría establecerse un importante lazo de cooperación con el país asiático.

La titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores también destacó la participación del grupo de trabajo de la subcomisión de asuntos educativos y culturales, la misma a la que se refirió el ministro chino, aunque no señaló los alcances ni los planes que se formularon. El mismo caso fue con la subcomisión de asuntos económicos y comerciales o la de turismo, de las que solamente señaló su importancia.

Vale la pena notar, al menos en lo que corresponde a las presentaciones y recuentos de los representantes de México y China, la ausencia de avances o planes en lo que se refiere a cooperación científica y tecnológica, a pesar de que es una de las áreas que forman parte de las reuniones. ¿Acaso nadie participó en representación de Conacyt? Por cierto, después del último ajuste administrativo del Consejo, parece que se hubiera quedado paralizado.

De acuerdo a la información oficial del año pasado, derivado de las reuniones binacionales, solamente existe un memorando de entendimiento entre ambos países en materia de medicina tradicional y se realizó un taller científico bilateral en materia de biotecnología. Si es que existen, todavía nada se sabe de lo planes para los próximos cinco años en esta área. Lo único cierto es que la inversión de China en el sector científico y tecnológico, respecto al PIB, es tres veces más de la que realiza México.

(Publicado en Campus Milenio No. 379. Agosto 5, 2010).