Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
(Publicado en Campus
Milenio No. 687. Diciembre 22, 2016. p. 5)
El año está llegando a su fin y
lamentablemente no tenemos muy buenos resultados a la vista en el terreno
económico y menos en el político. Lo más desalentador es que para el año
próximo no solamente las expectativas de crecimiento son menores, el panorama
político con una relación de nuevo tipo con los Estados Unidos tampoco pinta
nada bien.
De hecho, Agustín Carstens, el
todavía gobernador del Banco de México que se marchará el último día de junio
del año próximo y cuyas metáforas han sido una anticipación de lo que le
aguarda a la economía nacional, ha dicho, sobre el inicio del periodo presidencial
de Donald Trump, que podría ser una auténtica película de terror: “Fuimos al
cine y vimos los cortos de una película, vimos diferentes escenas, pero no
sabemos si será una película de terror o si va a tener un buen final. Ahorita lo
que hemos visto, hemos visto los cortos que a partir del 20 de enero va a
correr la película completa” (Milenio Diario 19.12.2016).
En realidad, tal parece que no
cabe esperar ningún final feliz de una película de terror y, con sobrada razón,
múltiples voces han insistido en que debemos prepararnos para lo peor y diseñar
una estrategia nacional. En estas circunstancias, vale la pena comenzar el
recuento de algunas iniciativas e instrumentos del gobierno federal que están
en marcha y que se supone tienen como misión la búsqueda del dinamismo
económico.
Por ejemplo, seguramente usted
recordará el Comité Nacional de Productividad (CNP). Ese organismo instaurado
por decreto en mayo de 2013, presidido por el secretario de Hacienda e
integrado por una veintena de personalidades, entre ellos, los secretarios de
Economía, Educación Pública, Trabajo y Previsión Social, el director de Conacyt
y representantes de instituciones de educación superior, de media superior, de
organizaciones empresariales y sindicales.
Un comité que tiene como primera
función la de proponer “estrategias, políticas y acciones en materia de
productividad y empleo, a fin de que sean consideradas por las dependencias y
entidades de la Administración Pública Federal, en el ámbito de sus respectivas
competencias” (DOF 17.05.2013). Así como proponer mecanismos de coordinación
entre las distintas dependencias de la administración pública federal, lo mismo
que entre o sectores público, social y privado.
El CNP básicamente es un
órgano consultivo y auxiliar del ejecutivo federal y de la planta productiva.
El comité puede formular propuestas y emitir opiniones, pero nada más. En
realidad no tiene capacidad de decisión, aunque sí puede diseñar una estrategia
integral y una de sus fortalezas es que reúne a funcionarios de primer nivel y a
representantes de distintos sectores. En principio, se supone que las
sugerencias se dirigen a las dependencias gubernamentales y a las
organizaciones que pueden desempeñar un papel activo.
Pero, en estos más de tres
años ¿qué ha logrado el CNP? No mucho, todavía. En primer lugar, según la
normatividad, debiera reunirse al menos cuatro veces al año de forma ordinaria
y de forma extraordinaria las veces que estime necesario (artículo 5to). Sin
embargo, después de su instalación en el 2013, solamente se reunió dos veces en
el 2014, tres veces en el 2015 y en este año solamente dos. Un funcionamiento
irregular y con tendencia a disminuir, así como también como también ocurre con
el Consejo General de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico.
Quizás las reuniones
periódicas pueden ser soslayadas, dado que reunirse presencialmente no es ninguna
garantía y se trata de representantes con agendas muy complicadas. No obstante,
en términos prácticos, el CNP solamente ha identificado estrategias de
desarrollo para sectores como turismo, gastronomía, el comercio al por menor,
autopartes y proveeduría aeroespacial. Específicamente ha propuesto diferentes
medidas para los últimos tres sectores.
Por cierto, en la sesión del CNP de noviembre del año
pasado, se había propuesto la creación de tres grupos en lo que se llamó “Gran
Alianza por una Política Industrial de Nueva Generación”. Uno de esos grupos
tendría como objetivo la “Generación de Talento” y estaría bajo la responsabilidad
del secretario de Educación Pública (Campus Milenio. No. 655). El grupo fue
instalado en mayo de este año, pero al parecer hasta ahí quedó la novedad.
En la reunión más reciente
del CNP, la semana anterior, también se presentaron recomendaciones para el
sector energético (Recomendaciones que incluyen matrices de compromisos e
indicadores de desempeño para el sector energético. Hidrocarburos). Las
recomendaciones se dirigen a la Secretaría de Energía pero también a diferentes
organizaciones empresariales, como la Asociación Mexicana de Empresas de
Hidrocarburos, la Confederación Patronal de la República Mexicana o la
Confederación de Cámaras Industriales.