viernes, 26 de mayo de 2017

Centros Públicos de Investigación. ¿Trabajarán como consorcios?



Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99

(Publicado en Campus Milenio No. 706. Mayo 25, 2017. Pág. 5)

La idea, en diciembre de 2013, antes de que la actual administración presentara su Programa especial de ciencia, tecnología e innovación (Peciti) para el periodo y como parte de lo que ya se planteaba como una profunda reorganización de Conacyt, era que se generaría una especie de “red activa entre sus Centros Públicos de Investigación para diferentes propósitos”.  

Después, en abril de 2014, cuando se publicó el postergado Peciti, quedó plasmada como una de sus acciones que  se promoverían “clusters” y “consorcios público-privados” para desarrollar proyectos a nivel sectorial y regional. Pero no, eso no fue lo que exactamente se hizo, aunque se impulsó la creación de laboratorios nacionales y parecía que se ampliaría de forma sostenida la infraestructura de instituciones.

Ahora, Conacyt anuncia que reorganizará los Centros Públicos de Investigación (CPI) a través de consorcios. Y pues sí, al cuarto para las doce, cuando el tiempo de los propósitos ya no tiene lugar y el combustible de la administración está casi agotado, es posible que el horizonte para los consorcios también sea limitado.

Los CPI son esas 27 instituciones que se dedican a la enseñanza –principalmente de posgrado— y a la investigación. Los establecimientos se distribuyen casi en partes proporcionales en tres áreas de conocimiento: ciencias sociales y humanidades; naturales y exactas; y desarrollo tecnológico.

En conjunto, sus indicadores representan una base importante del sistema científico y tecnológico en México. Generalmente, aparecen en la segunda posición en número de artículos científicos, miembros del SNI, programas de posgrado, proyectos de investigación, etcétera. Por ejemplo, la institución que tiene el mayor número de miembros del SNI es la UNAM, con poco más de 4 mil; luego están los CPI, con alrededor de 2 mil integrantes.

Los CPI son entidades paraestatales que se integraron hace 25 años y ostentan diferentes figuras jurídicas. El conjunto está sectorizado a Conacyt  y antes lo estuvo en la SEP.  A pesar de que siempre se le ha referido como sistema, en realidad por sus normas y presupuesto, es una denominación meramente administrativa.

Sin embargo, el ajuste normativo a los CPI ha sido notorio desde finales de los años noventa. En la reforma a la ley de ciencia y tecnología de 1999 fue cuando se plantearon los convenios de desempeño para estos centros –luego se denominarían Convenios de Administración por Resultados--, así como la regulación de los recursos autogenerados.

Después, en la segunda reforma importante de la misma ley, en los tiempos de Vicente Fox, quedaron sectorizados a Conacyt. En el 2009 se produjo otro cambio importante para los CPI y para las IES en general, ahora la reforma facultaba a estas instituciones para crear “Unidades de vinculación y transferencia de conocimiento”.

En esta administración, en abril de 2015, se modificó la “Ley federal de responsabilidades administrativas de los servidores públicos”, con lo que se permite que servidores de los CPI, de las IES o de la administración pública, realicen actividades de vinculación como colaboradores o beneficiarios en actividades con fines de lucro.

Ahora, en el marco de la reunión de órganos de gobierno del Conacyt, el pasado 17 de mayo, los directivos también firmaron el convenio de creación de nueve consorcios de los CPI que será, dijeron, una nueva forma de trabajo, en la que se integrarán y fortalecerán los 27 centros. Al mismo tiempo, anunciaron que los CPI se agruparan en cinco coordinaciones a cargo de Conacyt. Una de ellas, por ejemplo la de política pública y desarrollo regional, coordinará al Colef, Cide, Geo y Ciesas.

Los consorcios son una novedad relativa en el campo de la ciencia y la tecnología y especialmente en la región de América Latina, aunque en otros ámbitos, como el empresarial e incluso en el de la bibliotecología, ya tienen su historia. Si prescindimos del tema del financiamiento público, un consorcio es, básicamente, un acuerdo de cooperación entre firmas u organizaciones para desarrollar proyectos conjuntos que le darán un valor agregado a los procesos y productos, así como mejores rendimientos a los participantes.

Los nombres de los nueve consorcios que integrarán a los 27 centros públicos se refieren a distintas especialidades. Por ejemplo, está el “automotriz” que agrupa a 12 CPI y estará ubicado en Aguascalientes. Otro, el de “estudios metropolitanos”, aglutina a seis centros y se localizará en Querétaro. Lo sorprendente es que hay centros que participan en más de dos consorcios (p.e. Ciateq) y otros que no están en ninguno (p.e. Ciesas). Lo examinaremos posteriormente.

En fin, viendo en perspectiva las modificaciones normativas, los CPI han sido, ellos mismos, auténticos laboratorios de las iniciativas sectoriales del gobierno federal. El asunto es si los consorcios permanecerán o serán la novedad de un final anunciado.

Posdata: sigue siendo interesante el examen de las propuestas educativas en las elecciones mexiquenses, pero lo será más cuando se conozca la propuesta ganadora de las elecciones. Ahí vamos.

jueves, 18 de mayo de 2017

Las elecciones mexiquenses ¿Qué están proponiendo en educación?



Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99

(Publicada en Campus Milenio No. 705. Mayo 18, 2017. pág. 5)

La educación no era un tema relevante en las propuestas de los contendientes. Tampoco era el motor principal que animara a los posibles votantes en las elecciones del próximo 4 de junio en el estado de México. No obstante, las circunstancias parecen haber mudado y ahora, no precisamente por el contenido, pero sí por los movimientos de algunos jugadores en la arena política, lo educativo se tornó un asunto en disputa y tal vez un factor decisivo.

La semana pasada el periódico Reforma dio a conocer que Rafael Ochoa, ex secretario general del Snte, bajo el liderazgo de Elba Esther Gordillo, llamó a maestros mexiquenses a votar por Delfina Gómez Álvarez, la candidata de Morena a la gubernatura (09.05.2017). Un acto restringido que no pasó desapercibido. Después, el sábado 13, como lo reportaron diferentes medios, en un acto político con profesores de la sección 36 del Snte, el mismo profesor Ochoa y Fernando González, el ex subsecretario de educación básica y yerno de Elba Esther, respaldaron, ahora pública y formalmente, a la misma candidata de Morena.

Fernando González fue subsecretario, precisamente, cuando Josefina Vázquez Mota era secretaria de Educación Pública con Felipe Calderón. Vázquez Mota, como se sabe, es la candidata del PAN a la misma gubernatura. Además, el contendiente por parte del PRI, Alfredo del Mazo, va en coalición con tres fuerzas políticas y una de ellas es el Panal. Este último es el partido que fundó Gordillo y ahora, Gabriel Quadri, candidato presidencial en las elecciones de 2012 por ese mismo partido, aparece como chofer en un promocional del aspirante priista.

Lo que resulta obvio es el realineamiento de jugadores, tanto como los lazos y alianzas entre ellos que hasta hace poco parecían imposibles. Independientemente de las motivaciones que cada uno pudiera tener –los analistas han especulado de sobra--, los ajustes tendrán un efecto sobre el número de votantes y cierta capacidad para persuadirlos.

Los electores potenciales en el estado de México suman 13 millones 318 mil. El volumen de profesores en la entidad sobre pasa los 200 mil y alrededor del 65 por ciento de ellos son de educación básica, la parte restante se divide en proporciones casi equivalentes entre media superior y superior.

Desde luego, los profesores no votarán en bloque; no lo han hecho del todo antes y menos lo harán ahora, cuando los mecanismos de control vertical se han aflojado. Al interior del gremio se expresan y se dividen las preferencias políticas. Aunque las fuerzas políticas no solamente cuentan con el papel de los profesores como posibles votantes en sí mismos, también está en juego su capacidad de operación política y la influencia que ejercen en otros.

Así que, quiénes aspiran a gobernar en la entidad, tienen dos semanas más para tratar de deslumbrar –en el sentido figurado, claro-- a los votantes con algo que no termina de convencer ni de fijarse en la imaginación de buena parte de los profesores. Y es aquí donde entra el contenido de las propuestas educativas, el otro factor relevante que no había destacado antes, pero que podría ser central ahora (y después) y también de mayor escrutinio.

Sin duda las preocupaciones de los habitantes del estado de México se concentran en el tema de la seguridad pública. No es para menos. La entidad concentra la mayor tasa de prevalencia delictiva por cada cien mil habitantes en el país: 45 mil 795 (Inegi. Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2016). Además, en la percepción de los habitantes, el municipio de Ecatepec aparece como el más inseguro en todo el país, principalmente por los constantes robos que ocurren en el transporte público.

No obstante, ahora, por los realineamientos y los perfiles de los contendientes, serán más atractivas las propuestas en materia educativa. ¿Qué han dicho al respecto? En los actos de campaña y en los medios, en ocasiones sin mayor precisión, han expresado variadas propuestas. No obstante, ahí están sus plataformas electorales, done tienen un diagnóstico y las acciones a realizar.

La semana próxima examinaremos en detalle el contenido de las plataformas, pero por lo pronto indiquemos parte del diagnóstico de las dos fuerzas principales. Por ejemplo, Del Mazo, en el marco ideológico de su plataforma de coalición, resalta: “la educación también debe actuar como instrumento para combatir las desigualdades sociales por lo que resulta necesario establecer un modelo educativo en el que sea posible la movilidad social, propiciando las mismas oportunidades a todos nuestros niños y jóvenes (págs.32-3). O sea, el reciente modelo no lo está haciendo.

Por su parte, Delfina Gómez, profesora ella, candidata de Morena, en su plataforma electoral señala: “Nuestra postura es firme, rechazamos la ‘Reforma Educativa’ del gobierno federal, ya que es absolutamente una reforma laboral que relega el papel de los profesores y las condiciones educativas para los alumnos” (p. 24).

En el estado de México la reciente reforma educativa no tiene alfombra roja. No hay forma de confiar en las preferencias que indican las encuestas, pero diferentes tendencias coinciden en señalar que será una competencia muy cerrada entre las dos fuerzas políticas. Ya lo veremos.

jueves, 11 de mayo de 2017

Internacionalización de la ciencia. ¿Nos queda Francia?



Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99

(Publicado en Campus Milenio No. 704. Mayo 11, 2017. Pág. 5)

Quiero que todos aquellos que hoy representan la innovación y la excelencia en los Estados Unidos escuchen lo que tenemos que decir: a partir de ahora, a partir de mayo próximo, tendrán una nueva patria, Francia”.

Las palabras anteriores fueron parte de un mensaje dirigido el pasado 4 de febrero a investigadores norteamericanos. Fue en un acto de campaña en Lyon, Francia, y las pronunció Emmanuel Macron, entonces candidato poco conocido y líder del movimiento “En marcha” (https://www.washingtonpost.com/news/worldviews/wp/2017/02/04). Hoy ese joven es presidente electo de Francia y tomará posesión este domingo 14 de mayo.

¿El discurso de Macron fue una improvización para despuntar en la contienda electoral y será, como tantos otros, una olvidable promesa de campaña? O bien, ¿es un claro indicador  sobre el inicio de un importante cambio en el flujo de personas altamente calificadas? Lo segundo. Distintos factores muestran que estamos ante el comienzo de un ajuste importante de los polos de atracción y expulsión de académicos e investigadores.

El 4 de febrero, los asistentes al acto de campaña de Macron, estallaron en aplausos al escuchar que Macron ofrecía una patria a los académicos norteamericanos (la grabación se puede ver y escuchar en la cuenta de Twitter de @EmannuelMacron de esas fechas). Tal vez la reacción positiva a sus palabras fue un acicate para que cuatro días después, el activo candidato grabara en inglés el mensaje formal de invitación.

El mensaje de Macron dice lo mismo que ofreció en el acto de campaña, aunque cuidando sus palabras sobre el presidente estadounidense Donald Trump. Por ejemplo, dijo: “Sé, cómo su nuevo presidente ha decidido poner en riesgo su presupuesto, sus iniciativas, ya que él es muy escéptico sobre el cambio climático”. Para añadir: “yo no tengo duda”. Ofreció un incremento en la inversión y reiteró la invitacion a investigadores de Estados Unidos: “queremos gente trabajando sobre cambio climático, energías renovables y nuevas tecnologías. Francia es su nación” (la grabación también se puede ver en el mismo sitio).

Y sí, al comienzo del pasado mes de febrero, Trump apenas tenía un par de semanas como presidente en funciones, pero ya había expresado que el cambio climático “era una invención”, anunciado una reducción de presupuesto para la actividad científica, endurecido el sistema migratorio y adoptado una posición pública ambigua sobre si Estados Unidos se retirará o no del Acuerdo de París sobre cambio climático. Factores que sin duda han tenido, o tendrán, un efecto en las expectativas y en el flujo de personas.

El Acuerdo de París establece las medidas más relevantes que se habrán de adoptar para la reducción de los gases de efecto invernadero. Es un documento discutido y consensado en la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático celebrada en París en 2015, correspondiente a la reunión número 21 de la Conferencia de las Partes (las Partes son los Estados, de ahí el nombre de COP21, por sus siglas en inglés) y que sustituirá al Protocolo de Kyoto en 2020.

La Convención Marco, en la que se incribe el Acuerdo de París, reconoce la existencia de un cambio climático por efecto de la actividad humana y descansa en los países industrializados la mayor responsabilidad para tomar las medidas correctivas. El compromiso con el Acuerdo es firme por casi dos centenares de Estados (las Partes). Así que no es nada intrascendente el eventual retiro o ratificación de los Estados Unidos; la decisión deberá tomarla a más tardar al final de este mes.

De hecho, la posición de Trump sobre el cambio climático fue uno de los factores que alentaron la “Marcha por la Ciencia” del pasado 22 de abril, precisamente el “Día de la Tierra”; una marcha que tuvo resonancia en más de 600 ciudades en el mundo. Lo grave es que las cosas parecen empeorar para la investigación sobre cambio climático y protección al ambiente.

De acuerdo al periódico estadounidense The New Yor Times, la semana pasada Trump ordenó una reestructuración radical de la Agencia de Protección Ambiental, lo que incluye la sustitución de científicos de sus comités de revisión por representantes de la industria regulada, un recorte a su presupuesto y revertir algunas medidas sobre cambio climático y protección del agua potable (https://www.nytimes.com/2017/05/07 ).

En fin, los datos indican que Estados Unidos es uno de los principales destinos para los jóvenes que están a la búsqueda de una formación de alto nivel y también para aquellos que desean desarrollarse profesionalmente. Al menos lo era al comienzo de la década actual. Después, le seguían Francia, Alemania y el Reino Unido. El asunto es que en todas estas naciones, por diferentes razones, están en marcha importantes procesos de redefinición que no solamente se refieren al cambio climático y que se reflejarán en una nueva composición de polos de rechazo o atracción.

No hay duda de que se producirá un impacto en el flujo de personal altamente calificado, lo que todavía no sabemos es cuál será su magnitud. Por lo pronto, comienza el periodo de Emannuel Macron y ahí queda su oferta de campaña.

Élites políticas. La opción de la vida académica



Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99

(Publicado en Campus Milenio No. 703. Mayo 4, 2017. Pág. 5)

La Unidad Peninsular del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) tiene una nueva directora: Dulce María Sauri Riancho. El director general de la institución, Agustín Escobar Latapí, con manifestaciones previas de inconformidad, le dio posesión el pasado 24 de abril. Las funciones de la nueva directora comenzaron este primero de mayo y se extenderán durante los siguientes tres años.

El CIESAS es uno de los 27 centros públicos de investigación sectorizados al Conacyt y uno de los ocho centros de ciencias sociales y humanidades de ese subsistema. Al igual que muchas otras instituciones del sector científico se fundó en los años setenta, pero el Centro mismo ya es un subsistema que se ha expandido en los últimos años.

Actualmente, el  CIESAS, aparte de la sede en Ciudad de México, tiene otras seis sedes regionales en diferentes puntos del territorio nacional: Golfo, Noreste, Occidente, Pacífico Sur, Sureste y Peninsular. De hecho, de los centros públicos de investigación de ciencias sociales es el que más se ha extendido. En conjunto, en sus diferentes sedes, su personal académico sumaba casi dos centenares el año pasado (158 profesores-investigadores, 13 jóvenes Cátedra Conacyt y 28 técnicos académicos).

Por su parte, la Unidad Peninsular, la que ahora dirigirá Sauri Riancho, es una de las sedes más recientes y relativamente pequeña (la otra es el la del Noreste). Apenas se creó en el año 2000, tiene una docena de investigadores y tres áreas de especialidad: historia, etnohistoria y antropología social. En términos comparativos es una institución modesta.

Pero ¿por qué generó inconformidad el nombramiento de Sauri Riancho? En el mes de marzo de este año, la revista Contralínea reportó que había sido contratada Sauri como investigadora de la institución y que el hecho había generado rechazo, porque se había apartado de la normatividad y porque los que estuvieron en desacuerdo argumentaron que las oportunidades debían ser para los jóvenes, no para las personas mayores de 65 años (http://www.contralinea.com.mx).

El director general del CIESAS, Escobar Latapí, según reportó la misma revista, asumió la responsabilidad directa del nombramiento y en carta pública, explicó que se debía a razones estratégicas: “El contexto presupuestal y político de la ciencia en México ha cambiado. No podremos ser fuertes si dependemos sólo del presupuesto federal aprobado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público... La contratación de una investigadora que facilite las redes, contactos y proyectos es una decisión estratégica que cabe dentro de mis facultades”.

Y sí, para todas las instituciones académicas la presión por la búsqueda de recursos propios se ha incrementado notablemente, pero ha sido mayor para los centros públicos de investigación. No es un tema menor. De hecho, la ley establece una regulación específica para los fondos autogenerados en estos centros y, tal vez por la misma razón, los recortes presupuestales les han afectado en mayor medida. ¿Razón suficiente para la nueva contratación? Podría ser.

El asunto es que Sauri Riancho, al poco tiempo de su incorporación, fue nombrada directora de la Unidad, lo que reanimó las muestras de inconformidad. Así que Escobar Latapí, en otro comunicado público, volvió a argumentar en favor de Sauri, ahora como directora, para destacar sus méritos para conciliar diferentes intereses académicos, su compromiso y su participación personal en distintos proyectos.

En estas circunstancias destacan diferentes aspectos. En primer lugar, es obvio que una parte del rechazo a la nueva directora está animado por su carrera como política de alto nivel en el PRI (legisladora, gobernadora de Yucatán, dirigente del partido) y su reciente grado como doctora en historia (en septiembre de 2016). Una combinación letal. Los políticos, casi que independientemente de su trayectoria y partido, tienen una bajísimo nivel de aprobación y cayendo.

En segundo lugar, si antes un buen número de investigadores, directivos y rectores de universidades aspiraban (o aspiran) a saltar a la administración pública, hoy se registra el camino inverso. No es ninguna novedad. Un buen número de funcionarios públicos de mandos superiores, en el ocaso de sus carreras en la política, han buscado un prudente y discreto retorno o refugio en la academia nacional o internacional.

En tercer lugar, y esto sí es más reciente, la opción académica de alto nivel para los políticos está bajo los reflectores y en la mayoría de los casos ha sido controvertida. No solamente por los cuestionados expresidentes que buscan una posición o estancia en una universidad en el extranjero y no lo logran o son ampliamente cuestionados. También están los casos de ex gobernadores, como Humberto Moreira, que cursan estudios de posgrado en condiciones inmejorables y esperan tiempos mejores. O los funcionarios públicos que se dedican a dar conferencias en espacios de invernadero.

Pero ¿un refugio académico hará verano? Tal vez y solo tal vez. ¿Y los recursos financieros comandarán todas las decisiones? Ojalá que no.