Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
@canalesa99
El gobierno de la Ciudad de
México anuncia otro paso más para poner en marcha el otorgamiento de
Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE). Estableció un convenio
con el Instituto de Verificación Administrativa (Invea) para que sea la entidad
encargada de vigilar y sancionar a las instituciones educativas particulares
locales.
El gobierno local habilitó su
facultad de otorgar RVOE en diciembre del año pasado, precisamente cuando modificó
su código fiscal para incluir el cobro por ese servicio y así quedó vigente la
posibilidad de hacerlo efectivo a través de la Secretaría de Educación de la
Ciudad de México. Una facultad que no había ejercido.
Sin embargo, en los primeros
meses de este año, a pesar de que se estableció la norma y se promocionaron los
cursos de inducción, la iniciativa parecía más dirigida a los medios que a las
instituciones educativas. En buena medida porque, casi al mismo tiempo, el
Movimiento Regeneración Nacional (Morena), principal fuerza política opositora
local, anunció la creación de cinco universidades en las delegaciones políticas
que gobierna.
Ahora, en el inicio de este
verano, el tema del RVOE vuelve a cobrar notoriedad. Por una parte, tal vez por
los preparativos que deben realizar los planteles educativos para el siguiente
ciclo escolar. Por otra parte, porque hace dos meses el secretario de Educación
Pública, Aurelio Nuño, y los gobernadores de la zona centro se comprometieron a
poner en marcha la “estrategia de cero rechazados en la educación superior”.
El pasado mes de abril, cuando
todavía no se realizaban las elecciones, en la Segunda Reunión del Grupo de
Coordinación Regional Zona Centro, en la que participaron, además de Aurelio
Nuño, los mandatarios locales de Hidalgo, Ciudad de México, el estado de México
y Morelos, se dijo que se garantizaría un lugar para todos los egresados de
educación media superior.
Incluso el secretario de Educación
Pública, a pregunta expresa, afirmó que ningún joven con la educación media
superior concluida en la zona metropolitana de la Ciudad de México se quedaría
“sin un lugar en una institución de calidad de Educación Superior, cosa que es
perfectamente lograble y es lo que vamos a estar trabajando y estaremos
presentando próximamente” (SEP. 28.04.2016).
El asunto no es tan sencillo como
parece. No son fortuitas las preferencias vocacionales e institucionales de los
jóvenes que los llevan a concentrarse y a demandar un lugar en unas cuantas
instituciones universitarias, debido a que están convencidos de que ahí sus
posibilidades de formación serán mejores y mayores. Y no les falta razón.
El subsistema de educación
superior, y el sistema educativo en su conjunto, ha formado auténticos circuitos
escolares segmentados. En donde el origen social o el lugar de residencia
determina el tipo de escuela o carrera a la que se dirigen los jóvenes. Por
supuesto, la calidad y el servicio no son iguales en los distintos circuitos:
la mayoría de los jóvenes de familias más desfavorecidas son canalizados a los
opciones de menor calidad y el caso inverso ocurre con los de mejores recursos.
La desigualdad se amplia y profundiza.
Uno de los controles para regular la calidad de los
estudios que ofrecen las instituciones particulares es precisamente el RVOE.
Porque se supone que previo cumplimiento de ciertos requisitos, la autoridad
educativa reconoce e incorpora un plan y programas de estudios de los
particulares. Por la misma razón, estas instituciones están obligadas a la
mención expresa de si los estudios que ofrecen son reconocidos oficialmente o
no.
El problema, como en estas mismas páginas se ha comentado
en variadas oportunidades, es que el otorgamiento del RVOE ha respondido a
coyunturas y no siempre se ha guiado por criterios técnicos. Además, una de las
principales fallas, una vez otorgado el reconocimiento, es la labor de
supervisión y los mecanismos de sanción.
En el caso de la Ciudad de México, con el reciente
convenio, se deposita esa labor de supervisión en el Invea. Este último es un
órgano descentralizado, facultado por ley para realizar verificaciones
administrativas en alrededor de media docena de materias, entre las cuales se
encuentra la protección ecológica, los anuncios, el desarrollo urbano, el
transporte público, entre otros (artículo 7). Ahora se añade el de la
verificación en instituciones edcuativas.
En fin, el verano comienza y se abren las
ventanillas del RVOE. Pronto veremos cuál será la tendencia de las solicitudes.
Posdata: Lamentable,
muy lamentable, por donde se le vea, lo ocurrido en Nochixtlán, Oaxaca. ¿Por
qué es tan difícil atender los problemas educativos sin pensar en el 2018?
(Publicado en Campus Milenio No.
662, Junio 23, 2016, p.5)