Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
El epicentro de la protesta será
el próximo 22 de abril en Estados Unidos, y particularmente en Washington,
D.C., pero réplicas de inconformidad se manifestarán en múltiples ciudades de esa
nación y del mundo, incluyendo México. Ya no se habla de una marcha, son
“Marchas por la ciencia”. Y sí, lo que está en juego es la evidencia
científica.
Lo que estamos viviendo es una
situación perturbadora, inquietante, rara: todo parece cambiar aceleradamente y,
al mismo tiempo, de forma imprevista e inevitable. Si hace muy poco el
presidente Trump formulaba amenazas imposibles de cumplir en el conocido marco
de las relaciones internacionales y de la política interna, ahora son órdenes
ejecutivas en serie y en serio. El conocimiento técnico para fundar esas
decisiones no tienen la menor importancia.
La que sería una inminente
ratificación del acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, el mayor acuerdo
megarregional en materia comercial, ese que llevó una década de negociaciones, quedó
fácilmente eliminado sin mostrar prueba alguna de que sería inútil o catastrófico.
El cambio del TLCAN podría llevar
más tiempo, porque tiene candados e involucra a más de un país, pero ya no
queda duda de que será sacudido fuertemente. Lo que no hace mucho era
una relación relativamente amistosa entre países vecinos, hoy ya es francamente
hostil y envenenada.
Lo dramático es que los cambios y
buena parte de las decisiones se han fundado en verdades a medias o auténticas
falsedades, también conocidos como “hechos alternativos”. Esa frase que utilizó
Kellyanne Conway, consejera de Trump, para justificar porqué el secretario de
prensa estadounidense, Sean Spicer, había dicho terminantemente que la
ceremonia de asunción de Trump había sido la más concurrida, cuando las
imágenes mostraban lo contrario. (Un rasgo de Spicer que el programa SNL ha
capitalizado muy bien en sus parodias).
Sean Spicer había dicho sobre la
ceremonia: “esta fue la mayor audiencia que alguna vez atestiguó una toma de
posesión, punto” (cnn.com). Algo que no mostraban las imágenes comparativas que
circularon una y otra vez. Por eso, cuando la consejera de Trump la dio por
buena, como una versión de “hechos alternativos”, el entrevistador, Chuck Todd,
le dijo: “hechos alternativos no son hechos, son falsedades” (nbcnews.com).
Si el diferendo solamente fuera
por una mera impresión de ilusoria popularidad para inflar el ego, hasta podría
ser desestimable. Lo grave es que se configura un mundo paralelo de “hechos
alternativos” para la toma de decisiones. Uno que hasta hace muy poco era completamente
inadmisible
Seguramente usted todavía
recuerda la época de campaña del actual presidente Trump, particularmente
cuando se pronunció sobre cambio climático diciendo que era un “mito y un
engaño”, así que anunció que de resultar electo retiraría a Estados Unidos del
Acuerdo Climático de París. Tal intención provocó que casi 400 científicos,
entre ellos 30 premios Nobel, le remitieran una carta para señalarle que “sus
declaraciones son inconsistentes y no tienen ninguna relación con la realidad”
y explicarle las consecuencias de abandonar el Acuerdo, todas catastróficas y
de larga duración .
Ahora, como presidente, Donald
Trump no ha firmado la orden ejecutiva para retirar a Estados Unidos del
Acuerdo de París. No es nada claro si lo hará o no. Sin embargo, la posverdad y los hechos alternativos
siguen comandando buena parte de sus decisiones, sea para prohibir el ingreso a
su territorio, para el fenómeno migratorio o para cancelar programas. Así que
en este caso, como en muchos otros, el desenlace podría ser inevitable.
En estas circunstancias, un grupo
de científicos, casi al día siguiente de la marcha de las mujeres del pasado
mes de enero, comenzaron a expresar la intención de realizar una marcha por la
ciencia. Lo hicieron a través de Reddit, ese sitio web utilizado para debates
que generan adhesiones o rechazos. Los adherentes pronto se multiplicaron y
expandieron, no solamente en Estados Unidos.
Ahora, con una misión, metas y
principios claramente establecidos (marchforscience.com), el movimiento se
manifiesta a favor de la formulación de políticas basadas en evidencias
y la inclusión en la comunidad científica. En cada lugar se establece más o
menos lo mismo del documento base, pero en algunos casos se añaden
particularidades.
Por ejemplo, en el caso de
la “Marcha por la ciencia en México”, convocada para el mismo 22 de abril, el día que se realizará en
otras partes del mundo, la cuartilla de presentación añade, entre otras cosas:
“En México, el presupuesto para ciencia se ha reducido más que nunca y la
precariedad de las nuevas generaciones de científicos se hace más profunda ante
la crisis económica y los malos manejos de los administradores del país”
(@ScienceMarchMx). Veremos las evidencias.