viernes, 18 de agosto de 2017

LAS PETICIONES DE LA PERMANENTE A CONACYT


Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
 
(Publicado en Campus Milenio No. 718. Agosto 17, 2017. Pág. 6)

En la Comisión Permanente del Congreso, en una de las sesiones del mes anterior, se presentaron varios dictámenes con puntos de acuerdo dirigidos a Conacyt. Algunos merecieron la intervinieron de los legisladores, otros simplemente quedaron aprobados sin mayor trámite. Sin embargo, todos ellos fueron o serán comunicados a Conacyt y plantean asuntos relevantes.

Uno de los puntos de acuerdo, aprobado en la sesión del 19 de julio, exhorta al Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación –máximo órgano de política del sector-- y al propio Conacyt, “para que en el ámbito de sus competencias, continúen con las acciones que garanticen el desarrollo educativo y la formación de estudiantes de posgrado en nuestro país”.

Este exhorto es, en buena medida, uno de los resultados de la inconformidad mostrada por los jóvenes estudiantes sobre el reciente recorte en el número de becas que otorga anualmente Conacyt y los conversatorios a los que aquí nos referimos en su oportunidad. En la sesión, en su intervención favorable al dictamen, la diputada del PRI, Ruth Noemí Tiscareño, hizo notar la importancia del ramo 38 (el ramo del Presupuesto de Egresos de la Federación para ciencia y tecnología) para materializar las políticas sectoriales.

Al mismo tiempo, la diputada Tiscareño, destacó que el actual presupuesto del ramo es casi la mitad de lo que sugieren los organismos internacionales. Y sí, como lo hemos reiterado en este espacio, el gasto en investigación científica y desarrollo tecnológico, como proporción del PIB, es insuficiente y muy por abajo de la propia meta que se autoimpuso el gobierno federal (ahora está en 0.54 por ciento y se planteó que alcanzaría el uno por ciento para el 2018).

Un exhorto complementario fue dirigido a la “Comisión de presupuesto y cuenta pública” de los diputados para que en el presupuesto del año próximo consideren la posibilidad de ampliar los recursos para Conacyt. Después de todo, esta comisión y el pleno de la cámara son los que autorizan los recursos públicos. El incremento es deseable y en el cálculo, análisis y discusión, debiera considerarse que el presupuesto de este año tuvo un recorte de casi siete mil millones de pesos. Así que, si fuera el caso, tendría que ser una ampliación sustantiva de recursos.  

Otro dictamen con punto de acuerdo solicita a Conacyt un informe “sobre los programas denominados de Innovación Tecnológica para Negocios de Alto Valor Agregado, Tecnologías Precursoras y Competitividad de las Empresas e Innovación Tecnológica para Incrementar la Productividad de las Empresas”. Es, en realidad, un programa de fomento a la investigación científica y desarrollo tecnológico dirigido a empresas privadas que opera bajo tres modalidades.

El volumen de recursos financieros para ese programa (U003) es significativo: 4 mil 640 millones de pesos y, de acuerdo al diputado Adolfo Cárdenas de Movimiento Ciudadano, existió un subejercicio en 2015 por 2.3 por ciento. Además, el mismo diputado indicó que, de acuerdo a una evaluación de el Coneval, no está claro el problema que se busca atender el programa y la Auditoria Superior de la Federación precisó fallas en la implementación. El dictamen fue aprobado, sin discusión.

Un ultimo dictamen, exhorta a Conacyt a analizar la “viabilidad de considerar como invitado permanente a las Comisiones de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados y del Senado de la República en el Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación y en el Foro Consultivo Científico y Tecnológico del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación”. Así dice.

Es decir, ahora, legisladores solicitan estar en el máximo órgano de política y en un organismo intermedio. Es un tanto sorprendente la solicitud. Por una parte, recordemos las dificultades de integración y operación del Consejo General que hemos señalado en este espacio y también la iniciativa que está en curso para la reforma del mismo organismo (la posibilidad de suplencia de los titulares) y ahora resulta que los responsables de los cambios necesitan invitación. Por otra parte, la petición vuelve a plantear el irresuelto problema del diseño institucional del sector, así como la duplicidad y el trabajo convergente de diferentes instancias del sistema.

La solicitud también revela la escasa densidad de las comisiones de ciencia y tecnología en el Congreso y en el trabajo legislativo. Además, la propuesta original fue presentada por la diputada Perea Santos de Encuentro Social, aunque la diputada, en lugar de dirigir el exhorto a Conacyt, lo hizo a la SEP. 

Un punto de acuerdo emitido por el Congreso es una posición institucional respecto de algún asunto que se considera relevante. El reglamento legislativo dice que puede ser de exhorto cuando se solicita información que puede ser de interés para una comisión, pero también puede ser una solicitud de información que tiene un interés general.

Los puntos de acuerdo no son vinculantes, pero expresan diferentes asuntos que son de importancia e interés público. En este caso sin duda lo son y valdría la pena conocer lo que Conacyt tiene que decir.

jueves, 3 de agosto de 2017

TLC: movilidad laboral y calificación de los migrantes


Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99

(Publicado en Campus Milenio No. 716. Agosto 3, 2017. Pág. 5)

En este mes comenzará la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Las especulaciones han sido muchas y muy variadas sobre las estrategias que utilizarán los tres países participantes, su preparación, sus expectativas y lo que finalmente resultará de las negociaciones. En este proceso, la base la constituyen las relaciones comerciales, pero no hay duda de que el tema migratorio y la movilidad laboral serán factores clave.

El presidente estadounidense, Donald Trump, es el factor más disruptivo e inquietante en el eventual acuerdo trilateral de comercio. La importancia de la migración, como telón de fondo en las negociaciones del TLC, ha sido revelada por la más reciente afirmación de Trump y un sorprendente desmentido del gobierno mexicano este lunes 31 de julio.

Donald Trump, en la presentación de su jefe de gabinete, John Kelly, dijo que la frontera era un gran problema, pero que ya se estaba deteniendo a cerca del 80 por ciento y añadió: “incluso el presidente de México me llamó y ellos dijeron que de su frontera sur muy pocos vendrán [a los Estados Unidos] porque saben que no podrán cruzar la frontera” (https://www.whitehouse.gov/the-press-office/2017/07/31/remarks-president-trump-cabinet-meeting). Sencillamente inaudito.

Horas después, la cancillería mexicana envió un boletín para desmentir la llamada: “El presidente Enrique  Peña Nieto no ha sostenido recientemente comunicación telefónica con el presidente Donald Trump”. Sin embargo, añadió que en su encuentro del pasado 7 de julio en Alemania, EPN sí comentó que la repatriación de mexicanos había disminuido 31 por ciento en el primer semestre de 2017, comparado con el mismo periodo del año previo, y que la migración de Centro y Sudamérica había disminuido, para el mismo periodo, en 47 por ciento.

Lo que hoy está claro es que los “hechos alternativos” o las “noticias falsas” pueden ser pronunciadas sin mesura ni rubor. También que Trump, con independencia de las ventajas comerciales que pudiera o no lograr, canceló, sin mayores argumentos, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) al inicio de este año y, más recientemente, en contra de cualquier principio y evidencia científica, retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático.

Ahora, lo que también está firme es la primera ronda para la renegociación del TLC: será del 16 al 20 de este mes. Después, está previsto que existan otras seis rondas más, con un intervalo de tres semanas en cada una (Milenio Diario 19.07.2017). Sin embargo, esto último todavía no es un acuerdo, así que habrá mayor certeza una vez realizado el primer encuentro. Lo que sí es cierto es que el gobierno mexicano solicitó que la renegociación concluya antes de que arranque el proceso de las elecciones federales del año próximo.

Todavía hay otros dos elementos que ya se conocen. Uno de ellos es parte del contenido del encuentro privado que sostuvieron Donald Trump y Peña Nieto, a propósito de su asistencia a la cumbre de líderes del G20, el pasado 7 de julio, el que apenas la cancillería refirió en su reciente boletín, pero que presidencia ya lo había adelantado.

En aquellos días, sobre Trump dijo el presidente mexicano: “Acordamos, también, revisar un programa que permita que trabajadores agrícolas puedan tener, al amparo de un programa, de un programa con los Estados Unidos, puedan desempeñar labores en los Estados Unidos de manera temporal” (Comunicado presidencia 08.07.2017). Es decir, un programa para trabajadores de baja calificación. La pregunta es si será como el que operó en los años sesenta o cómo. Eso no lo reveló.

El otro elemento es que la composición de los flujos recientes de inmigrantes hacia los Estados Unidos ha cambiado notablemente. Los datos del Instituto de Política Migratoria (MPI, por sus siglas en inglés), con los datos del censo estadounidense, encontró que cerca de la mitad (el 48 por ciento) del total de inmigrantes que llegaron a ese país entre 2011 y 2015 eran graduados universitarios, mientras que al final de los años 90 representaban el 27 por ciento (Jeanne Batalova & Michael Fix “New Brain Gain: Rising Human Capital among Recent Immigrants to the United States”).

El otro dato importante del mismo estudio es que el flujo mayoritario de personas altamente calificadas proviene de Asia, sin embargo, los provenientes de América Latina se han convertido en el segundo grupo de inmigrantes más numeroso de personas con mayores calificaciones (alrededor de una cuarta parte). Una posición que habían ocupado los europeos hasta mediados de los años 2000.

El asunto parece más complicado todavía. Un informe del año pasado del Center for Global Development, a la vista de los flujos migratorios y las necesidades de empleo en Estados Unidos, propone un nuevo convenio laboral bilateral. El documento, bajo la autoría principal de Michel Clemens y en el que figuran como copresidentes Carlos Gutiérrez y Ernesto Zedillo Ponce de León, así como un grupo de trabajo de una veintena de personas mexicanas y estadounidenses (“Frontera compartida, futuro compartido”) fue dado a conocer recientemente por el periodico El Universal (30.07.2017) e incluye, centralmente, una propuesta para regular “la movilidad temporaria de trabajadores menos calificados”.
 
Y pues sí, la negociación deberá incluir trabajadores no calificados pero también a los altamente calificados. ¿O no?