jueves, 25 de junio de 2015

El Tecnológico Nacional de México
Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
 
El decreto de creación del Tecnológico Nacional de México (Tecnam), hace casi un año, claramente estableció su figura peculiar: “un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública, con autonomía técnica, académica y de gestión” (DOF. 17.08.2014).
 
Fuente: www.ciidet.edu.mx
Los órganos desconcentrados son un recurso legal, previsto en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, mediante el cual las Secretarías de Estado crean entidades jerárquicamente subordinadas para brindar una atención más eficaz y eficiente (artículo 17). Es decir, estos órganos están subordinados solamente a los titulares de las Secretarías, no respecto a otras divisiones o líneas en el mismo organigrama.
 
 La mayor parte de Secretarías tienen sus órganos desconcentrados. Por ejemplo, el Archivo General de la Nación, el CISEN o el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, son órganos desconcentrados de Gobernación. La SEP tiene, entre otros, al INAH, el CONACULTA, el Poli, la UPN o la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal –precisamente creada esta última en 2005 como un paso para impulsar la descentralización en el DF--.


Entonces, el Tecnam, no era, como algunos pensaron, una nueva institución educativa. Tampoco un ente superior que agruparía a las múltiples y variadas opciones de educación tecnológica existentes en el sistema educativo, como cabría suponer por el adjetivo de “Nacional”. Simple y sencillamente es: un intento más por regular el intrincado, complejo y refractario subsistema de Institutos Tecnológicos (IT). Por cierto, los primeros IT se crearon en 1948, entonces denominados regionales, bajo el cobijo del Poli.

El año pasado, por enésima ocasión, quedó reestructurada en el organigrama la administración de los IT. El Tecnam sustituyó a la entonces Dirección General de Educación Tecnológica y fundamentalmente asumió responsabilidades sobre los tecnológicos, así como de unidades y centros de investigación, docencia y desarrollo de educación superior tecnológica.
 
Los números del nuevo órgano administrativo de educación tecnológica son: 266 instituciones (seis centros, 126 IT federales y 134 IT descentralizados) y más de medio millón de alumnos (alrededor del 15 por ciento de la matrícula total de educación superior, incluyendo educación normal y posgrado).  
 
Prácticamente la totalidad de la matrícula que está bajo la responsabilidad del Tecnam es de nivel licenciatura. En el ciclo escolar 2014-2015 estaban inscritos un total de 521 mil 105 jóvenes y de ese total: 516 mil 509 eran de licenciatura; 4 mil 315 en posgrado; y solamente 281 como técnicos superiores. Las cifras de alumnos no son menores; hace una década eran menos de la mitad del total y en su mayor parte se concentran en las ingenierías en diferentes especialidades.
 
En el decreto se anotó que el Tecnam debería emitir su propio manual de organización en un lapso de 180 días y efectivamente el pasado 17 de marzo fue publicado en el Diario Oficial de la Federación. El nuevo órgano tiene una función netamente administrativa, pero su estructura orgánica es relativamente similar a la de cualquier institución educativa. Esto es, cuenta con una dirección general (con cuatro direcciones dependientes) y cuatro secretarías: Planeación, evaluación y desarrollo institucional; Académica, de investigación e innovación; Extensión y vinculación; y Administración; cada una con tres direcciones.
 
Hace una década, cuando la estructura y direcciones administrativas eran otras, se anunció el “Modelo Educativo para el Siglo XXI del Sistema Nacional de Educación Superior Tecnológica”. Un documento en el que se proponía una nueva conceptualización del proceso educativo de este sector, bajo la idea del desarrollo sustentable. Nada o poco cambió.
 
Fuente: www.fceer.org
Hoy se anuncia que el sistema de institutos tecnológicos está nuevamente bajo un proceso de reforma profunda (Comunicado 160). Un proceso del que saldrá un nuevo modelo de educación superior tecnológica, nuevas normas y otro modelo de gestión, como dice su director general.
 
Tal vez la idea de crear un nuevo órgano, en este caso uno desconcentrado, como responsable de coordinar entidades complicadas, fue y ha sido la solución más recurrente, a la vista de las dificultades para reformar lo ya establecido y de impulsar medidas estructurales. Ya lo veremos.
 
Desde luego, como lo anotamos en su oportunidad (CampusMilenio. No. 570),  quedará para mejor ocasión u otra administración, un proyecto sistémico de educación tecnológica, con todos los tipos, niveles y modalidades.
 
(Publicado en Campus Milenio No. 613. Junio 25, 2015, p.5)

viernes, 19 de junio de 2015

El Modelo Mexicano de Formación Dual
 
Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
 
Los cambios de la educación media superior han sido variados y prácticamente vertiginosos en la última década. En este año, formalmente, se agrega uno más: la formación dual como una opción educativa del tipo medio superior.
 
Tal vez la transformación de la media superior ha sido más evidente porque, comparativamente con la educación básica y superior, inició más tardíamente; también porque las iniciativas previstas y en marcha han sido amplias y profundas.
 
Desde enero del 2005 se creó la subsecretaría del ramo y un par de años después se proyectó lo que se denominó Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS). Una reforma que intenta modificar las bases mismas de funcionamiento de este tipo educativo, al plantearse la creación de un Sistema Nacional de Bachillerato (SNB) con un marco curricular común, regular su oferta bajo seis modalidades, profesionalizar sus servicios –ahí comenzaron los concursos de oposición-- y establecer una certificación complementaria.


Según la información estadística más reciente, la RIEMS sigue en proceso de implementación: actualmente pertenecen al SNB alrededor de un millar de planteles (existen 17 mil 245 escuelas de media superior) y poco más de un millón de alumnos, lo que equivale al 22 por ciento, puesto que la matrícula total es de 4 millones 682 mil.
 
A la par, desde el ciclo escolar 2013-2014, se anunció que se ponía en marcha el proyecto piloto  “Modelo Mexicano de Formación Dual (MMFD)” en la media superior.  Un programa basado en el modelo alemán que plantea alternar el proceso de formación de los jóvenes entre la escuela y la empresa. A partir del tercer semestre, y con una duración de uno a dos años, el estudiante acude a una empresa a complementar su formación.
 
En su momento se dijo que la fase piloto cubriría 12 entidades federativas, 150 empresas, 50 planteles del Conalep y Cecyte,  alrededor de mil alumnos y cada uno de los alumnos recibiría una beca-salario de 4 mil pesos mensuales (Campus Milenio No. 521). Aunque estaba pendiente la expedición del marco normativo y algunos detalles del proyecto. 
 
El proyecto, todavía sin la legislación correspondiente, continuó en el ciclo 2014-2015 y se supone que se amplió a las 32 entidades federativas y a los diferentes subsistemas de educación media superior (2do Informe de gobierno, p. 221). Al parecer, al mes de enero de este año, era la misma docena de entidades federativas del comienzo, pero los planteles ya sumaban 76 --aunque casi la mitad eran del estado de México—y al final la beca crédito fue de 2 mil pesos mensuales.
 
Sin embargo, todo parece indicar que el proyecto ingresó a otra fase con la reciente firma del Memorándum de entendimiento entre México y Alemania en el área de la educación y la formación profesional técnica. Es un instrumento jurídico que permitirá canalizar alrededor de 10 millones de euros para el desarrollo del MMFD, en particular a su todavía inexistente marco normativo, a la capacitación profesional del personal y a la instauración de un sistema de evaluación del modelo (Comunicado SEP No. 140).
 
Además, el pasado 11 de junio, seguramente ante la inminente firma del memorándum, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el “Acuerdo número 06/06/15 por el que se establece la formación dual como una opción educativa del tipo medio superior”.
 
El Acuerdo establece, por primera vez, en sus seis capítulos y 35 artículos, una definición de las principales características del MMFD, su alcance, formas de coordinación y principales responsables. Por ejemplo, indica que el Acuerdo es de observación obligatoria para la Subsecretaría de Educación Media Superior y sus tres direcciones generales de educación tecnológica: la Industrial; la Agropecuaria; y la de Educación en Ciencia y Tecnología del Mar.
 
Plantea que la opción educativa de formación dual pertenece a la modalidad mixta y se caracteriza por que las Actividades de aprendizaje previstas en un Plan de estudios de educación media superior, se desarrollan tanto en las Instituciones educativas que lo ofrecen, como en contextos reales en Empresas que forman parte de un Programa de Formación Dual, conforme a lo previsto en el presente Acuerdo (artículo 5).
 
Seguramente la formación dual se extenderá todavía más en el próximo ciclo escolar, una opción que parece necesaria y podría resultar atractiva para los jóvenes, lo que llama la atención es que, más de un año después de estar en operación, apenas se conozcan sus primeras definiciones y siga en suspenso su forma de regulación. Pero sí, después de todo, es el modelo mexicano.
 
(Publicado en Campus Milenio No. 612. Junio 18, 2015, p.5)
Los diputados... y sus comisiones especiales
Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
 
Todavía no se conocen los resultados definitivos de las elecciones del pasado 7 de junio, pero las tendencias parecen irreversibles. Todos los cargos de elección popular que estuvieron en disputa son importantes, aunque tal vez los 500 diputados federales nos debieran preocupar más.
Los diputados federales son los que analizan, aprueban y se sirven del gasto público. Además, también conviene tener presente la distribución y responsabilidad de los legisladores en el conjunto de comisiones ordinarias, extraordinarias y especiales que integran, entre ellas las de educación y ciencia.
 
 
Fuente: ahoramismo.mx
Los actuales diputados todavía no presentan su informe final, lo deberán hacer a más tardar el mes próximo, pero están sus informes parciales. Obviamente, los eventuales ganadores de los recientes comicios aún no elaboran un programa de trabajo, aunque algunos sí tienen propuestas de agenda legislativa. Al menos debiéramos tomarlos como referente para una mayor exigencia.
 
En la cámara de diputados que está por marcharse estaban representadas ocho fuerzas políticas, el PRI como primera minoría con 214 integrantes, le seguía el PAN con 113, el PRD con 99 y luego otros 77 diputados de cinco partidos minoritarios (incluyendo dos legisladores sin partido).
 
Entre las 52 comisiones ordinarias estuvo la de “Ciencia y Tecnología”, encabezada por el diputado Rubén Benjamín Felix Hay del partido Nueva Alianza y contó con 22 integrantes, siguiendo más o menos la misma distribución relativa de fuerzas políticas que el total de la cámara. La comisión de “Educación Pública y Servicios Educativos”, presidida por Roberto López González del PRD e integrada por 28 diputados, con el mismo principio de composición que la comisión de ciencia.
 
Otra más fue la “Especial de Fortalecimiento a la Educación Superior y la Capacitación para Impulsar el Desarrollo y la Competitividad”, encabezada por la diputada Laura Ximena Martel del Verde Ecologista, comenzó con 14 integrantes y terminó en marzo pasado con diez diputados. Fue una de las 35 comisiones especiales, creadas más para preservar equilibrios en la titularidad de comisiones y privilegios asociados entre fuerzas políticas, en lugar de verdaderas necesidades legislativas.
 
El objetivo general que se planteó esta comisión especial, nos puede dar una idea de su naturaleza: Perfeccionar el marco jurídico, contribuir a un proyecto de gobernanza multinivel que favorezca una dirección coordinada y corresponsable que impacte una cultura compatible con la ciencia, que a su vez dote de un compromiso y de una práctica ética que supere el analfabetismo social que impera y ha determinado prejuicios en los que el desarrollo del país se ha visto impactado, a través del impulso de un nuevo marco normativo y del establecimiento de estrategias comunes que permitan a las instituciones públicas y privadas de educación superior el cumplimiento cabal de sus funciones...” (programa anual de trabajo 2013-2014, p. 14).
 
A partir del 1 de abril, como parte de las medidas de austeridad en la cámara, se declaró la extinción de 17 de las 35 comisiones especiales, porque “su objeto de creación se había cumplido y agotado”, la de Fortalecimiento a la Educación Superior fue una de ellas.
 
La citada comisión, en su primer informe en la Gaceta Parlamentaria, reportó su instalación y diferentes reuniones para organizar un foro. En su último reporte destacó que su junta directiva otra vez realizó reuniones de acercamiento “para organizar futuras reuniones de trabajo” con diversas organizaciones, como la Asociación Mexicana de Capacitación y Empresarial, la Secretaría de Innovación Educativa de la Coordinación de Universidad Abierta y a Distancia de la UNAM, y la Dirección de Estudios para la empleabilidad de la Secretaría de Trabajo. Además, reportó una reunión de trabajo con representantes de ANUIES.
 
¿Y en materia de presentación de iniciativas? Ninguna. Tampoco nada de asuntos turnados para dictamen, ni de comisiones unidas y ni siquiera asuntos remitidos para una opinión. Una auténtica y verdadera falsedad de comisión. Tan necesaria como extinta. Aguardemos los informes finales de las otras comisiones ordinarias para valorar su labor.
 
Según los resultados de las recientes elecciones, la composición total de la siguiente cámara de diputados será ligeramente diferente, ya lo comprobaremos con los resultados finales. Sin embargo, lo que no debiéramos permitir es el mismo patrón de distribución de privilegios y derroche de recursos.
 
(Publicado en Campus Milenio No. 611. Junio 11, 2015, p.5)

jueves, 4 de junio de 2015

Votaciones: alentar las demandas y la rendición de cuentas
 
Alejandro Canales
UNAM–IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
 
Este domingo se realizarán las elecciones intermedias y aunque el clima político está enrarecido, algunos candidatos ya se ven como seguros triunfadores, a pesar de que la mayoría no se ha ganado la simpatía y menos la confianza de los votantes. Unos porque son personajes francamente desconocidos y otros, al contrario, porque sus antecedentes son inocultables.
 
Fuente: www.elarsenal.net
Los números dicen que las votaciones intermedias concitan menor interés en los ciudadanos, aunque los cálculos sobre la participación que podría registrarse son variables.
 
El asunto es que estaremos ante una jornada electoral, sea con pocos o muchos votos, en la que serán electos casi dos millares de personas a puestos de representación popular: nueve gubernaturas; 871 presidencias municipales; las 16 delegaciones políticas del DF; 600 diputados locales; y 500 diputados federales (300 de mayoría relativa y 200 de representación proporcional). Demasiados cargos, mucha responsabilidad y largo tiempo en sus manos como para ignorar su importancia.
 
Las campañas electorales que han desplegado los aspirantes, tras esos rostros “photoshopeados”, esbozando una hilera de dientes en poses muy estudiadas y con frases de mercadotecnia, han sido poco útiles para conocer realmente a los candidatos y sus propuestas. Solamente han servido para justificar el abundante presupuesto que reciben los partidos, enloquecer a las audiencias con la repetición incesante de sus mensajes, hartar al electorado con cientos de miles de imágenes y provocar una gran contaminación.
 
Debiéramos desatender los ruidosos e incómodos promocionales de los candidatos, si es que alguna vez les pusimos atención, voltear a otro lado e indagar lo que han hecho, las posiciones que sostienen y los planes que tienen. Ciertamente, en cada elección surgen iniciativas que comienzan a desplazar lentamente el centro de gravitación de los insufribles discursos y rostros de los candidatos hacia las exigencias de los ciudadanos.
 
Las iniciativas son incipientes y todavía pueden perfeccionarse, pero ya muestran su importancia y exhiben el tipo de aspirantes que quieren nuestro voto. Una está a cargo de una veintena de organizaciones, alentadas por Transparencia Mexicana y el Instituto Mexicano para la Competitividad, que están por la transparencia e impulsan la exigencia de las tres declaraciones de los aspirantes: patrimonial, fiscal y de intereses (candidatotransparente.mx). Imprescindible.
 


Otra es la del propio Instituto Nacional Electoral (INE) que abrió una página electrónica en la que se puede consultar el currículo de algunos candidatos, los que decidieron dar a conocer parte de su trayectoria. Como señaló Gabriel Zaid (Reforma 31.05.2015: 10), todavía hace falta hacer más convergente y amigable la consulta de las páginas electrónicas, pero podrían ser el inicio de una exigencia mayor.
 
 
También habría que añadir el esfuerzo de estudiantes y académicos la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM que impulsaron la iniciativa “Voto informado”, un muy encomiable esfuerzo por ofrecer información sobre las opiniones y posturas de todos los candidatos a diputados federales de mayoría relativa y de los cinco primeros lugares de los candidatos de representación proporcional de los diez partidos políticos con registro.
 
En la página electrónica de “voto informado” (www.votoinformado.unam.mx) aparecen las respuestas de cada candidato a un amplio cuestionario –al menos de los que respondieron--, dividido en ocho bloques, en temas como sociedad y democracia, presupuesto, agenda legislativa, evaluación de políticas, entre otros.
 
Lo mejor es que la página electrónica de voto informado permite consultar fácilmente las respuestas de los candidatos. Solamente es necesario ingresar la entidad federativa de la que se trata y el distrito o la sección electoral de interés (la que aparece en nuestra credencial de elector). Un muy buen indicador para decidir el voto y la posterior exigencia. Tal vez la única limitante es que incluye nada más a los candidatos a diputados federales.
Fuente: www.votoinformado.unam.mx
Un último e importante componente que debemos tener presente son los antecedentes de los candidatos. Algunos datos están en el currículo disponible del aspirante, pero los más importantes son los que ha mostrado en el desempeño de su trabajo. La mayoría de aspirantes son políticos profesionales, con una trayectoria que los avala o los condena. Suficiente revisar su cargo anterior.
 
Tal vez el dilema no es votar o anular, si no hacer caso omiso de la indiferencia y cinismo de los candidatos o demandarles y exigir que rindan cuentas. ¿Usted ya decidió su voto?
 
(Publicado en Campus Milenio No. 610. Junio 4, 2015, p.5)