jueves, 9 de agosto de 2018

Sistema de Innovación Mexiquense. ¿Iniciativas estables?

Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99

(Publicado en Campus Milenio No. 765. Agosto 9, 2018. Pág. 5)

En agosto de 2010, hace casi una década, a través de la aprobación de un fondo multilateral de inversión, con aportación parcial del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt) buscaba incrementar la inversión en innovación por parte de las Pymes de la entidad “y fortalecer los vínculos colaborativos con centros tecnológicos, universidades y entidades públicas locales que conforman el sistema estatal de innovación (SEI)” (M1059). Ahí comenzaba la idea consolidar los sistemas regionales y especialmente aumentar la capacidad de innovación y competitividad empresarial en el Estado de México (Edo. Méx.).

El diagnóstico, similar para la mayor parte del país, era que las pequeñas y medianas empresas tenían, y siguen teniendo, dificultades para ingresar a los beneficios derivados de los programas de apoyo a la innovación. Por el contrario, para las grandes empresas, las estrategias de acercamiento a centros de investigación han sido relativamente exitosas. Así que el proyecto se proponía aproximar las Pymes a los agentes de innovación. El volumen de recursos para impulsar el proyecto fue de casi dos millones de dólares (47 por ciento BID; 46 por ciento Comecyt; y 7 por ciento Conacyt).

Los logros del proyecto fueron básicamente la realización de encuentros, foros, cursos de capacitación, diseño de materiales y, sobre todo, la elaboración de agendas sectoriales. El último reporte del proyecto, de junio de 2014, dice que los resultados alcanzados son satisfactorios. La evaluación parcial sostiene que se identificaron las necesidades y la problemática de sectores económicos específicos de la entidad, lo que ha permitido realizar una agenda estatal de innovación y también por sector. Además, añadió la evaluación, los concursos para identificar proyectos innovadores de Pymes se han financiado con recursos totalmente estatales y han generado un fuerte interés.

Ahora, el actual gobernador de la entidad, Alfredo del Mazo, recientemente anunció la puesta en marcha del Sistema Mexiquense de Innovación. Según indica el boletín correspondiente, el objetivo se vuelve a reiterar: integrantes de los sectores económico, académico y gubernamental, a partir de una Agenda Estatal de Innovación, “fortalecerán la colaboración y la vinculación intersectorial para ofrecer más oportunidades de negocios, mediante la promoción de inversión extranjera directa.” (01112/2018).

Tal parece que se trata de un segundo momento en la instauración del SEI en la entidad. Aunque, en sentido estricto, más allá de mencionar un vínculo, buscar una mayor inversión o enunciar algunos sectores (agroalimentario, automotriz, plástico, químico y salud) no aparece por ningún lado cuáles son los puntos de esa agenda estatal.

El curso que ha seguido la intención de poner en marcha un SEI no es reciente, como se puede advertir. Al menos, están involucradas las últimas tres administraciones en la entidad. Inició con el préstamo del BID, cuando el ejecutivo estatal era Peña Nieto, actual presidente de la República; el proyecto continuó y concluyó en la administración de Eruviel Ávila; y, al parecer, una nueva fase comienza en el periodo del actual gobernador. Los tres gobernantes del mismo partido político

Lo sorprendente es que ni en las ofertas políticas para las competencias electorales y casi que ni en los informes de gobierno quedó mencionada la idea de instauración o continuidad del SEI. En el 2011, Eruviel Ávila, como candidato, propuso incrementar becas y multiplicar por un factor de cinco el presupuesto para ciencia y tecnología, así como crear universidades digitales. Nada sobre el SEI. Talvez no era relevante para fines electorales, se dirá. No obstante, el heredado proyecto del BID sí tuvo continuidad. Sin embargo, en el 2017, los resultados no fueron registrados en el último informe de gobierno de Ávila. Ahí nada más se mencionó los más de 1 mil 400 millones de pesos de recursos federales entregados para 315 proyectos de empresas en la entidad (p. 180). Y no, al término del periodo, la inversión en el sector no se quintuplicó.

Por su parte, la coalición ganadora de las elecciones del año pasado en la entidad, en su plataforma electoral, sí recuperó la idea de innovación en sus propuestas. (Por cierto, se recordará que ahí el PRI fue en coalición con el Verde Ecologista, Nueva Alianza y Encuentro Social). Luego, en este año, ya como gobernante, Del Mazo, en su Plan de Desarrollo 2017-2023, volvió a plantear la necesidad de realizar un diagnóstico para definir la agenda de innovación e implementar el Sistema Mexiquense de Innovación (p. 136).

En fin, todavía es incierto qué resultará de los propósitos anunciados, pero el caso muestra la dificultad de sostener las iniciativas a lo largo del tiempo, incluso cuando se trata de una secuencia de gobernantes del mismo partido –ya no digamos de partidos opositores-- y la importancia de establecer acuerdos intertemporales si se trata de resolver verdaderos problemas de interés público. Si ahora consideramos la escala nacional y el cúmulo de sectores e iniciativas en curso, tendremos una idea de la complejidad a la que estamos ingresando con el cambio de gobierno.

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