jueves, 10 de febrero de 2022

¿Quién es quién en las verdades?

 

Alejandro Canales

UNAM-IISUE/PUEES

@canalesa99

 

(Publicado en la página electrónica de Campus Milenio No. 935. Febrero 10, 2022)

 

El presidente López Obrador, el miércoles de la semana pasada, ante un creciente cuestionamiento del ejercicio y atribuciones de la sección dedicada a exhibir las notas periodísticas falsas o “exageradas”, subrayó sobre la responsable de la sección: “le tenemos toda la confianza, a quien apoyamos y tiene como encargo el revisar sobre Quién es quién en las mentiras de la semana. Son muchos, pero se hace una selección”.

 

García Vilchis tomó la palabra y dijo en primer lugar: “El Universal miente en primera plana para golpear a Conacyt. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología ha sido una de las instituciones más atacadas desde el inicio de este gobierno. Esto se debe en gran medida a que, en los gobiernos anteriores, el dinero de la investigación científica era para premiar a amigos y empresas con dinero público”.

 

Las palabras corresponden a la narrativa que la autoridad del sector ha sostenido desde el inicio de su gestión. Lo fue cuando disminuyó el presupuesto, también para la aplicación de la política de austeridad, para el recorte en el gasto de operación y para la desaparición de los fideicomisos públicos; lo mismo fue para suprimir organismos o para los cambios en la normatividad, la sustitución de titulares de entidades y otras muchas iniciativas.

 

Sin embargo, salvo la denuncia en tribunales del año pasado sobre científicos y exfuncionarios del Conacyt que fue desestimada en definitiva por un juez federal, no se han aportado pruebas o evidencias que permitan sostener y castigar el desvío de recursos públicos o la corrupción en el organismo rector de la política científica y tecnológica.

 

En fin, García Vilchis continuó con la lectura de su primera nota y añadió que el periódico de referencia había publicado a ocho columnas: ‘Conacyt suspenderá becas por participar en protestas; también por embarazarse’. Y añadió: “Todo eso es falso”.  

 

¿Qué elementos había para tal afirmación? Según lo que destacó la titular de la sección, el periódico no aclaró que las medidas venían de un reglamento de becas anterior, de febrero de 2008, “cuando gobernaba Calderón Hinojosa”. Aunque, en realidad, la fecha correcta es de septiembre de 2008. Además, añadió García Vilchis, el actual reglamento de becas está a discusión abierta en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria y el Conacyt atenderá todos los comentarios que se han expresado.

 

El problema es que se combinan hechos ciertos con otros que no lo son. Efectivamente, una parte venía del reglamento del 2008, la referente a que los becarios mexicanos en el extranjero o becarios extranjeros estudiando en México, debían abstenerse de participar en manifestaciones o eventos de carácter político (articulo 19 del reglamento. DOF. 10.09.2008). En cambio, la suspensión de beca por embarazo, fue incluida por primera vez en el reglamento de la actual administración, como lo hizo notar en redes sociales la doctora Brenda Valderrama.

 

La polémica sobre el reglamento de becas lo comentamos aquí mismo la semana pasada (Campus No. 934). El punto sobre el que llamamos la atención no fue sobre la falsedad o veracidad de los hechos, sino las fallas en el cambio, aplicación e interpretación de las normas. El reglamento de becas podrá estar a discusión abierta y en el portal de la Conamer, pero eso, en normas anteriores, no ha marcado ninguna diferencia, los proyectos han recibido cientos de comentarios críticos y nada cambiaron, fueron aprobados sin más.

 

Sin embargo, ya no solamente se trata de la incertidumbre e inestabilidad de las normas, la confusión sobre lo que es falso y lo que es verdadero va en aumento. Lo más inquietante es que ya no son los puntos de vista de una persona, titular o no de un medio, oficina u organismo, están implicadas instituciones clave de la sociedad.

 

La carta abierta que envió a la comunidad del sector la directora del Conacyt, María Elena Álvarez Buylla, fechada el 4 de febrero y difundida masivamente tres días después, es perturbadora. El ejemplo que pone como información falsa y manipulada es una carta oficial “que se compartió desde la Coordinación de la Investigación Científica de la UNAM”, sobre los apoyos para posdoctorantes y miembros del Sistema Nacional de Investigadores.

 

Vale la pena examinar en detalle la carta, tanto como la política de comunicación que lleva a cabo el Conacyt y el gobierno federal todo, lo haremos en una entrega posterior, pero por ahora conviene notar lo obvio: la atribución de manipulación y falsedades está tocando a la puerta del organismo rector de la política científica y tecnológica, la presidencia de la República y la Universidad Nacional.

 

Las universidades están a la cabeza de instituciones más confiables para los ciudadanos --aunque en la medición del 2020 fueron desplazadas por el ejército-- y el Conacyt tiene el acervo de recursos humanos más talentosos y coordina a los centros de investigación científica y tecnológica más importantes. La pluralidad, la divergencia y la crítica son la constante en el ámbito académico, pero la falsedad, el fraude o la manipulación de la información es otra cosa.

 

Sería muy lamentable que las instituciones fundadas en el conocimiento y el saber no se apegan a la verdad o francamente falsean la información.

 

Pie de página: el presidente López Obrador dice que en el movimiento de los normalistas de Ayotzinapa “hay gente dedicada a actividades ilícitas infiltrada” y que a la mejor ellos ni lo saben. Pendientes. // El nombramiento de funcionarios en el CIDE sigue levantando ámpula.

No hay comentarios:

Publicar un comentario