jueves, 23 de junio de 2011

El MODELO Y LA PRODUCCIÓN CIENTÍFICA EN IBEROAMERICA

No podría ser de otra forma y la proporción tal vez es menor. En México, “sólo 23 de 265 universidades y centros de investigación poseen competencia científica internacional”, como lo mencionó el subsecretario de educación superior (La Jornada 18/06/2001). El panorama seguirá igual si opera el mismo modelo de referencia y persisten las mismas tendencias.

Lo dicen los profesionales del campo de la evaluación y también lo sugiere el sentido común: hay que medir lo que se quiere medir y no otra cosa. Lo que parece obvio, sin embargo, no siempre ocurre. En ocasiones se mide una cosa y se piensa que se valora otra.

El modelo de universidad de investigación ha sido privilegiado en las actuales mediciones de calidad o prestigio universitario y los indicadores seleccionados están asociados a ese modelo.

Una imagen de prestigio ha sido generalizada con la utilización de las clasificaciones institucionales (los famosos rankings nacionales o internacionales): las mejores instituciones son las orientadas a la investigación y consideradas de clase mundial. Efectivamente, casi siempre lo son, pero depende de la ponderación de indicadores y el modelo de referencia.

El dato señalado por el subsecretario de educación superior, Rodolfo Tuirán, proviene de una de las clasificaciones regionales que busca cobrar relevancia. Es el Rannking Institucional de SCImago (SIR, por sus siglas en inglés; disponible en su página electrónica). Este último es un grupo comandado dede el 2008 por Felix de Moya Anegón del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España e integrado por miembros de las universidades de Granada –ahí estuvieron los antecedentes del grupo--, Alcalá, Carlos III de Madrid y Extramadura, así como de las universidades de Oporto (Portugal), Nacional de la Plata (Argentina) y la Pontificia Universidad Catolica de Valparaiso (Chile).

Scimago se dedica a la evaluación de la actividad científica a través de bases de datos y tiene media docena de proyectos relevantes. Uno de ellos es su ranking institucional, el cual fue posible por el convenio firmado con la gran base de datos de Scopus-Elsevier. Aunque antes, en el 2006, ya había difundido un proyecto similar, el Ranking Iberoamericano de Instituciones de Investigación (RI3). No obstante, en ese entonces utilizó la base de datos Thomson Scientific-ISI y solamente incluyó los países con mayor productividad en la región iberoamericana.

El mes anterior el grupo SCImago difundió los resultados de la segunda edición de su proyecto SIR. Las novedades respecto al de 2010 es que ahora incluye más instituciones y más países. No osbtante, conserva los mismos cuatro indicadores: i) productividad científica de la institución, valorada por el número de publicaciones en el índice de citas de Scopus; ii) cooperación internacional que se refiere a la tasa de publicaciones científicas de una institución que han sido elaboradas con participación de otros países; iii) calidad científica promedio, valorada a través del impacto científico de una insitución, ponderando tamaño y perfil de investigación; y iv) proporción de artículos publicados en las revistas de mayor prestigio, según la propia clasificación de SCImago.

En realidad no sorprenden los resultados del ranking institucional de SCImago. En general, en el ordenamiento por países, muestra que España (204 mil documentos) y Brasil (163 mil) concentran alrededor de las dos terceras partes de la producción científica en la región iberoamericana. Después, siguen México (poco menos de 50 mil) , Portugal, Argentina, Chile y todavía más distantes Colombia y Venezuela. Los resultados están en correspondencia con el monto de recursos destinado y la solidez de sus respectivos sistemas científicos y tencológicos.

Tampoco es de extrañar que la mayor produción científica se genera en el sector unviersitario de la región, más que en otros sectores. Sin embargo, el dato sobresaliente del reporte y fue el que llamó la atención del subsecretario de educación superior de México es que: “Algunos países de esta lista incluyen un elevado número de universidades con una producción científica muy reducida, así por ejemplo en México menos del 10% de las IES (23) producen más del 85% de la comunicación científica, en Colombia el 5% (6) producen casi el 70% de las comunicaciones o en Perú más de la mitad de la producción científica es generada en tan solo dos universidades”.

En efecto, de las 267 (no 265) instituciones mexicanas incluidas en el reporte, solamente 23 produjeron 400 o más documentos en el periodo de referencia. La UNAM, con un segundo lugar en la tabla de posiciones y después de la Universidad de Sao Paulo de Brasil, es la institución mexicana mejor situada en la tabla de posiciones en Iberoamerica y en América Latina. Le sigue el CINVESTAV (en la posición 11 en América Latina y 26 en Iberoamerica), después el IPN, la UAM y muy distantes otras insituciones más.

Sí, se trata de las mejores instituciones, siempre y cuando no perdamos de vista que se trata del modelo de universidad de investigación y lo que se mide es, básicamente, la producción científica.

(Publicado en Campus Milenio No. 420. Junio 23, 2011)

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