jueves, 8 de septiembre de 2011

RESPALDO A LA FORMACIÓN DE RECURSOS HUMANOS

Las cuentas del Quinto Informe de Gobierno en materia científica y tecnológica no son buenas, sostuvimos aquí la semana anterior. Sin embargo, también indicamos que la excepción podría estar en dos líneas, una de ellas es el respaldo a la formación de recursos humanos. Veamos con mayor detalle las cifras.

En el Informe, en el apartado sobre “economía competitiva y generadora de empleo”, se destaca el persistente apoyo a los estudiantes mexicanos a través del programa de becas para estudios de posgrado. Efectivamente, lo hemos reconocido en este espacio en numerosas ocasiones, el programa de becas de Conacyt es una de las iniciativas más benevolentes y de mayor continuidad en el conjunto de políticas de las últimas cuatro décadas.

A pesar de que el programa de becas ha tenido sus vaivenes según los ritmos de las recurrentes crisis –el más reciente en el 2009 cuando se intentó diferenciar el monto de beca según la clasificación del programa cursado--, lo mismo que equívocos que no siempre han sido corregidos con la debida celeridad y una base de datos desordenada que apenas en la última década comenzó a tener certeza de sus números. Pero también ha permitido la formación de numerosas generaciones de recursos humanos de alto nivel. Hoy la mayoría de los graduados se desempeñan en las instituciones de educación superior.

De acuerdo a las cifras del reciente Informe, para el cierre del mes de diciembre de este año espera otorgar 54 mil 566 becas para estudios de posgrado; casi una cuarta parte del total de la matrícula nacional de este nivel. La matrícula para este nivel en el ciclo escolar 2010-2011 sumaba 208 mil alumnos, de los cuales 144 mil eran de maestría, 23 mil de doctorado y el resto de especializaciones.

Uno de los aspectos más sobresalientes de la matrícula nacional de posgrado es el notable avance en las últimas dos décadas de los alumnos en instituciones particulares, más que en cualquier otro nivel. Al inicio de los años noventa, la participación relativa de la matrícula particular era de 20 por ciento, en el reciente ciclo escolar que concluyó la participación ya era de 51 por ciento.

Esto es, la matrícula del posgrado de instituciones particulares pasó de 9 mil en 1990 a 105 mil en este año. Tomemos como referencia que para el mismo periodo, a nivel licenciatura, la matrícula particular pasó de 198 mil a 804 mil alumnos. En el primer caso la matrícula se multiplicó por 12, mientras que en el segundo se cuadruplicó.

El requisito de elevar el nivel de calificación escolar del personal que se desempeña en las instituciones de educación superior, también impulsó la demanda de estudios de posgrado y una parte ha sido captada por las instituciones particulares. Por la misma razón se expandió la oferta de programas de posgrado.

Las cifras del Informe señalan que actualmente existen 7 mil 720 programas de posgrado registrados –y seguramente habrá otros más que no lo están--. Del total de programas registrados, 1 mil 305 programas pertenecen al Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC). Es decir, solamente alrededor del 17 por ciento del total programas están dentro del Padrón. Desafortunadamente, las cifras del Informe no precisan el volumen de matrícula, según condición de pertenencia del programa al PNPC.

Otro de los datos que reporta el Quinto Informe de Gobierno es que Conacyt estima sostener 39 mil 342 becas en este año. De ese total, 36 mil 422 son becas nacionales y el resto para estudios en el extranjero. Esto es, solamente una de cada diez becas son para estudiar fuera de México. Hace una década eran dos de cada diez.

La disminución de becas al extranjero tuvo un primer punto de inflexión en el 2001, año en el que comenzaron a disminuir los apoyos paulatinamente hasta el 2006 (la baja fue de poco más de 500 becas). En el 2007 tuvo un ligero repunte, pero al año siguiente otra vez volvieron a disminuir. Actualmente la estimación es de poco menos de 3000 becas, cifra que todavía no alcanza las que había en el 2001.

El volumen de becas para estudiar en el extranjero es importante, pero relativamente modesto si se toma como punto de referencia el total de becas otorgadas. Sin embargo, quizás lo más importante es si la orientación en uno u otro sentido responde a una decisión deliberada por la confianza en los programas nacionales, como en algún momento se ha dicho. O bien, es una medida obligada por el constreñimiento de los recursos financieros. Las evidencias indican que más bien se trata de lo segundo.

Hace un par de semanas, a propósito de la internacionalización educativa, comentamos en este espacio la medida anunciada por el gobierno brasileño de otorgar 75 mil nuevas becas para que sus estudiantes se formen en el extranjero (Campus Milenio No. 428). Sin embargo, la mayoría de esas becas son para estancias de un año, no para cursar el grado completo.

Los datos del Informe no desagregan la información, no se sabe cuántas de las becas reportadas son nuevas becas y si es el caso que están contabilizadas como becas los apoyos para estancias cortas en el extranjero, modalidad que recientemente se ha impulsado.

El apoyo a la formación de recursos humanos es sostenido, pero como se puede apreciar tiene sus bemoles.

(Publicado en Campus Milenio No. 430. Septiembre 8, 2010)

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