jueves, 12 de diciembre de 2013

CyT: la línea base del periodo

Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES


Algunos datos de las actividades científicas y tecnológicas están relativamente actualizados y son fácilmente localizables. Tales datos son, principalmente, los que dependen directamente del gobierno federal (Aunque, a estas alturas, la publicación del Informe General del 2012 todavía no está disponible).

Sin embargo, hay otro tipo de datos, complementarios o de efecto indirecto, no tan asequibles ni tan sistemáticos. Por ejemplo, las aportaciones del sector empresarial o las instituciones de educación superior (públicas y privadas), en términos financieros y de recursos humanos para la actividad científica y tecnológica.

En 1994, hace apenas dos décadas, se comenzó a calcular a través de encuestas bianuales el nivel de aportación financiera de las empresas para la investigación y el desarrollo experimental. Un trabajo conjunto de Conacyt e Inegi. Al inicio se le llamó Encuesta sobre Actividades Científicas y Tecnológicas en Empresas Privadas y los resultados mostraban la reducida participación de este sector: entre el 14 y el 18 por ciento del gasto total.

Las ediciones posteriores de la encuesta, no solamente se limitaron a calcular la participación relativa de las empresas, también incluyeron a las instituciones de educación superior, las dependencias gubernamentales y las instituciones privadas no lucrativas. Desde entonces, es una de las fuentes de información para las estadísticas nacionales de gasto en investigación y desarrollo experimental por fuente de financiamiento.

A partir del año 2000, cuando el tema de la innovación y el papel de las empresas comenzó a ser objeto de mayor interés, el instrumento cambió de nombre y se denominó Encuesta sobre Investigación y Desarrollo de Tecnología (ESIDET). A la función que ya desempeñaba, se le añadió la de captar información sobre el desarrollo de tecnología propia en las muestras.

Las siguientes versiones de la encuesta, recuérdese que se aplica cada dos años,  conserva el núcleo básico de captación de información, pero ha ido incorporando otros componentes, conforme las coyunturas o requerimientos particulares de información.

Los resultados de la ESIDET más reciente, la del 2012 y que incluye un módulo sobre biotecnología y nanotecnología, dos ramas altamente competitivas, se presentaron hace un par de semanas. Todavía no está disponible el volumen con los datos completos y desagregados, pero será básico para valorar lo que se hizo y el avance de la década actual, tanto en el nivel de inversión de las empresas como en el desarrollo de los dos campos especializados.

Un primer aspecto que conviene resaltar es que la encuesta se aplicó al inicio del 2012, pero captó información para el periodo 2010-2011. Es decir, información sobre el inicio de la década actual que prácticamente coincidió con el cambio de administración gubernamental, después de los dos periodos del Partido Acción Nacional. También es de notar que la encuesta tiene representación a nivel estatal, por lo que será posible valorar los avances y los resultados a nivel de entidad federativa, tanto para las iniciativas que se han puesto en marcha como las que se prevé para este periodo.

Uno de los datos que llama la atención es la todavía alta concentración de las capacidades innovadoras. Por ejemplo, los datos señalan a poco más de 2 mil empresas innovadoras en producto en el país. Sin embargo, más de la mitad se concentran en cinco entidades federativas: Distrito Federal (23.6 por ciento), Nuevo León (11.6 por ciento), Jalisco (10.7 por ciento), Guanajuato (9.7 por ciento) y el Estado de México (9.6 por ciento).

Otro dato que resulta revelador es que de las casi 36 mil empresas, solamente el cinco por ciento (1,789 empresas) reportaron que realizaron actividades de investigación y desarrollo tecnológico (IDT) en el 2011. En el año previo, la cifra fue de 4.8 por ciento.

La concentración es mayor en el volumen de gasto. Según los datos de la encuesta, en el 2011 el gasto en investigación y desarrollo tecnológico de las empresas (gasto intramuros) fue de poco más de 24 mil millones de pesos, el cual se concentra en tres entidades: Distrito Federal (52 por ciento), Nuevo León (10 por ciento) y Estado de México (8 por ciento).

Si una de las principales intenciones de esta administración es mejorar los indicadores, tanto como alcanzar el uno por ciento del PIB en investigación y desarrollo experimental, así como alentar la participación del sector privado, los datos de la encuesta serán la línea base.


(Publicado en Campus Milenio No. 539. Diciembre 12,  2013, p. 4)

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