jueves, 17 de julio de 2014

La formación de recursos de alto nivel

Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
canalesa@unam.mx Twitter: @canalesa99


El programa de becas del Conacyt, desde su misma instauración, ha permitido la formación de la mayoría de investigadores en México. Lo hemos dicho en numerosas ocasiones: la política de becas del organismo ha sido invaluable, amplia y muy benevolente.

También es cierto que el programa ha tenido sus inconsistencias a lo largo de sus más de cuarenta años, un cierto desorden administrativo, el cual apenas se corrigió en la última década, y altibajos en el volumen de apoyos otorgados. Variaciones que en buena medida han respondido a la variable de los recursos financieros y a las obsesiones de los titulares del programa.

En esta administración, con la iniciativa del Foro Bilateral sobre Educación Superior, Innovación e Investigación (Fobesii), ese convenio marco firmado entre el gobierno estadounidense y el mexicano en mayo del 2013al parecer habría un renovado impulso a la movilidad estudiantil y a la formación de recursos humanos.

Sin embargo, el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2014-2018 (Peciti) –cuya anomalía jurídica persiste porque a la fecha no se ha publicado el decreto correspondiente—, no considera el caso del Fobesii ni tampoco alguna iniciativa particularmente destacada al respecto.

EPeciti, en lo concerniente al capital humano, señala que el volumen de becas (nuevas y vigentes) otorgadas por el gobierno mexicano sumaron poco más de 60 mil para estudios de posgrado en el 2012, en su mayoría fueron para estudiar en instituciones nacionales y Conacyt es el principal respaldo de tales becas (otorga ocho de cada diez becas del gobierno mexicano).

Según el Informe general del estado de la ciencia, la tecnología y la innovación 2012, el más reciente disponible, Conacyt otorgó para ese año 46 mil 314 becas, de las cuales el 59 por ciento fueron para maestría, 37 por ciento para doctorado y el 4 por ciento restante paraposdoctorado y estancias.

Del total de becas otorgadas por Conacytpoco más de la mitad son nuevas becas, nueve de cada diez son para estudios en instituciones nacionales y más o menos se conserva la misma proporción de asignación para las nuevas becas.

El mismo Peciti, a manera de diagnóstico sobre el programa de becas, reitera lo que en administraciones anteriores también se ha indicado: “no se ha contado con una estrategia de focalización clara, puesto que la mayoría de los apoyos otorgados sigue una política poco orientada hacia áreas prioritarias o estratégicas” (p. 23).

Un diagnóstico que en administraciones anteriores ha conducido a modificaciones poco afortunadas del programa. En esta ocasión, el Peciti no señala explícitamente que se vaya a tomar alguna medida, aunque el diagnóstico lo anticipa.

De hecho, en lo que corresponde al rubro de “cooperación internacional”, en el Peciti se reitera más o menos el mismo diagnóstico: los esfuerzos han sido más bien dispersos. Por tanto, indica que a través de un “mapeo” se han identificado países y regiones que ofrecen oportunidades de cooperación para México.

Los países que menciona son: son Estados Unidos y Canadá, en América del Norte; Argentina, Brasil, Chile y Colombia, en América del Sur; Alemania, España, Francia y el Reino Unido, en Europa; y China, Corea del Sur, India, Israel y Japón, en Asia” (p. 39).

Igualmente, en las estrategias y en las líneas de acción incluidas en el Peciti se anota y reitera la idea de alinear la formación de recursos humanos a las áreas emergentes y a las prioridades del sector a nivel nacional, estatal y regional.

No obstante, a diferencia de otros componentes, el tema de la formación de recursos no forma parte de la descripción de indicadores incluidos en el Peciti que señalan claramente una meta a lograr. Entonces, resulta difícil anticipar hasta dónde piensa llegar en esta materia.

Por otra parte, según ha informado el mismo Conacyt, está en marcha un ejercicio de evaluación de becarios nacionales. El propósito anunciado es “conocer la percepción de becarios vigentes del Conacyt sobre el Programa de Becas Nacionales a fin de generar posibles acciones de mejora en el mismo” (comunicado 41/14).

El caso, como se podrá notar, es que el Peciti no incluye alguna previsión particular que lo conecte con lo que se había planteado en el Fobesii. ¿Se confirma que este último no tiene futuro o son iniciativas divergentes? Seguramente lo primero. Tampoco está claro que habrá un mayor número de becas. Solamente está el propósito de focalizar y concentrar. Veremos si no se vuelven a repetir errores del pasado.

(Publicado en Campus Milenio No. 568. Julio 17, 2014, p.5)

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