jueves, 3 de julio de 2014

El anómalo PECITI 2014-2018

Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
canalesa@unam.mx Twitter: @canalesa99

Un tanto extraña e irregular ha sido la publicación del Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2014-2018 (Peciti)No apareció en la fecha que debióahora ya se presentó oficialmente pero el documento no tiene base legal.

Normativamente, todos los programas especiales considerados en el Plan Nacional de Desarrollo, como el Peciti y ocho más, debieron sepublicados a más tardar el último día de abril de este año. Todos aparecieron alrededor de esa fecha, pero no el correspondiente a ciencia y tecnología.

Al parecer el programa ya estaba elaborado, pero la demoraen publicarse era porque faltaba la autorización expresa del Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación, el organismo que preside el ejecutivo federal y que muy difícilmente se reúne por la complicada agenda de sus integrantes.

Sin embargo, a propósito de las reformas a la ley en materia de acceso abierto a la información científica y tecnológica, el Consejo General se reunió el pasado 20 de mayo, aprobó las reformas correspondientes y también el Peciti. De hecho, el director de Conacyt, Enrique Cabrero, en el mismo foro sobre acceso abierto a la información científica, afirmó que el Peciti se publicaría al día siguiente en el Diario Oficial de la Federación; se refería a21 de mayo pasado (Comunicado No. 36/14).

No obstante, a pesar de lo que indicó Enrique Cabrero, una vez más, el Peciti no apareció publicado; ni ese día nidespués. Tampoco hubo ninguna explicación al respecto, al menos oficialmente no hubo ningún pronunciamiento.  

Finalmente, Conacyt informa que el Peciti se presentó elpasado viernes 27 de junio y, efectivamente, el documentoya está en su página web. Pero, nuevamente, el Programa no aparece en el Diario Oficial. Ni el día que se presentó oficialmente y tampoco en los días siguientes.

La Ley de Ciencia y Tecnología (LCT) especifica claramente que: “Una vez aprobado (el Peciti), su observancia será obligatoria para las dependencias y entidades participantes, en los términos del decreto presidencial que expida el titular del Ejecutivo Federal” (artículo 21). El asunto es que no existe tal decreto y la existencia del documento programáticosin ese respaldo es más bien una anomalía jurídica.

Tal vez, como lo hemos indicado aquí en otras oportunidades, la relevancia del Peciti se ha relativizado, como la mayoría de los programas sectoriales, regionales y especiales de esta administración.

Frente a la importancia que se le ha concedido a la negociación, los acuerdos con las diferentes fuerzaspolíticaslos compromisos formulados por la actual administración desde el comienzo del periodo, algunas de lasdecisiones anunciadas e incluso a iniciativas que ya están en marcha, los programas se han visto como un asunto secundario, menor y quizás hasta prescindible.

La misma situación, en distinto grado, se advierte endiferentes programas, como el sectorial de Educacion, Energía o de Comunicaciones y Transportes, aunque el caso del Peciti es el más ilustrativo. Lo que importa es acordar, persuadir y presupuestar; ya llegará la hora de preocuparse por el desdoblamiento de las acciones, los resultados y la rendición de cuentas.

En el campo de la ciencia y la tecnología, las propuestas más relevantes, la de invertir el uno por ciento respecto al PIB en investigación y desarrollo experimental o las cátedras Conacyt para jóvenes doctores, entre otras, fueronformuladas desde el comienzo del periodo y desde luego antes de la elaboración del Peciti.

¿El gobierno en turno debe cruzarse de brazos y esperar hasta que esté lista la orden de salida de un meticuloso trabajo de planeacion de su periodo? Definitivamente no. Los problemas públicos son apremiantes y la línea base de cada administración no comienza de cero. No se puede estar improvisando cada tanto y las soluciones tampoco se generan de forma espontánea.

No obstante, lo sorprendente es la escasa importancia que se le confiere a la observación de la
normas en todos los niveles y sectoresTal vez sea mucha ingenuidad y una minucia la causa, pero parece no tener importancia ni consecuencias trangredir un precepto, al cabo que solamente es “tantito” o sus efectos ni se notan en el panorama caótico en el que tiene lugar o frente a los verdaderos y grandes males.

En fin, seguramente, en algún momento, será publicado el Peciti en el órgano correspondiente y ¿obligatorio para las dependencias y entidades correspondientes? Tal vez, sólo tal vez


(Publicado en Campus Milenio No. 566. Julio 3, 2014, p.4)


No hay comentarios:

Publicar un comentario