jueves, 3 de octubre de 2013

¿Los muy lejanos 45 años?

Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
canalesa@unam.mx Twitter: @canalesa99

Este miércoles se cumplieron 45 años de los trágicos acontecimientos del movimiento estudiantil del 2 de octubre de 1968. Los años transcurridos son muchos años en la biografía de una persona, pero ese lapso es relativo en la escala de la historia. También en el ámbito de la educación y en la ciencia y la tecnología.

A pesar de que las ultimas cuatro décadas han traído consigo múltiples y muy variados cambios, también queda la impresión de que en algunos aspectos la transformación ha sido vertiginosa y notable, mientras que en otros ha sido más bien gradual.

En la década de los sesenta alcanzamos las tasas anuales más altas de crecimiento de la población: un pico histórico de 3.4 por ciento. Al final de esa década, el total de habitantes en México sumaba poco más de 48 millones. En las décadas siguientes, por la aplicación de las políticas de control demográfico, las tasas de crecimiento disminuyeron a menos del 2 por ciento. De todas formas, respecto de esos años, hoy la población es más del doble.

El tema tiene importancia por el reto de la presión demográfica en el sistema educativo. Una presión que se ha trasladado de los niveles elementales a los superiores conforme el incremento de la escolaridad de la población y la edad promedio. En aquellos años solamente eran obligatorios los seis años de educación primaria.

Actualmente, ya son vigentes 15 años de escolaridad obligatoria: tres de preescolar, seis de primaria, tres de secundaria y tres de media superior. Un cambio notable: en las últimas dos décadas se duplicaron los años de escolaridad obligatoria. Aunque queda la incertidumbre sobre la obligatoriedad de los tres años de preescolar, así como los plazos que marca la ley para la media superior.

La educación superior también ha experimentado un crecimiento importante, pero todavía insuficiente. En 1970, la matrícula de la licenciatura universitaria y tecnológica sumaba 209 mil alumnos. La cobertura bruta para el grupo de edad era del 6.7 por ciento.

Las cifras para el ciclo escolar 2012-2013 muestran que en licenciatura universitaria y tecnológica están matriculados 2 millones 936 mil alumnos. La cobertura bruta para la población de jóvenes correspondiente fue de 28 por ciento. Es decir, respecto de 1970, la matrícula se multiplicó por un factor de 14, mientras que la cobertura solamente se cuadruplicó.

Además, vale la pena recordar que todavía en 1970 el Distrito Federal concentraba más de la mitad del total de matrícula nacional. Paulatinamente ha descendido la importancia y la participación relativa del DF hasta representar alrededor del 15 por ciento del total en la actualidad. Aunque la entidad todavía tiene un peso importante en la matrícula del posgrado, particularmente en la reconocida en el Padrón Nacional de Posgrados.

En lo que corresponde al ámbito de la ciencia y la tecnología, también se registra un notable proceso de institucionalización, crecimiento y descentralización --regional e institucional.

De hecho, al final de los años sesenta todavía no existía Conacyt, el órgano rector de las políticas científicas y tecnológicas. La responsabilidad de conducir la política científica durante los años cincuenta y sesenta fue del Instituto Nacional de la Investigación Científica (INIC). Un organismo creado en 1950, pero con una escasa capacidad de maniobra.

En diciembre de 1970 apareció el decreto de creación de Conacyt, con la idea de conjuntar esfuerzos y reunir en un solo organismo la responsabilidad de coordinar, fomentar y prestar apoyo a las actividades científicas y tecnológicas, pero sobre todo de formular y ejecutar una política sectorial.

En ese mismo año, se estimaba que el volumen de recursos humanos dedicados a la investigación ascendía a 3 mil 300 profesionales y de ellos solamente 635 (19 por ciento) contaba con estudios de posgrado. Actualmente el personal con nivel de posgrado son poco más de 48 mil en las instituciones de educación superior, los centros públicos de investigación y las empresas; los miembros del Sistema Nacional de Investigadores suman 19 mil 747.

También en el mismo año de fundación de Conacyt, la inversión en Investigación y Desarrollo Experimental se estimaba en 0.1 por ciento del PIB. Actualmente se sitúa en 0.43 por ciento y según las previsiones de la actual administración, al concluir este sexenio se alcanzará el uno por ciento del PIB.

Después de 45 años no es lo mismo, los cambios han sido evidentes, pero tal parece que no han sido suficientes para resolver y avanzar en los variados pendientes.

(Publicado en Campus Milenio No. 529. Octubre 3,  2013, p4)

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