CyT: ¿Nos olvidamos de
la meta del uno por ciento?
Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
El jueves 10 de diciembre Conacyt realizó su ceremonia principal de
aniversario número 45, con violines y entrega de reconocimientos incluidos. Fue
la culminación de algunos festejos que comenzaron el pasado mes de octubre. Aunque
también la constatación anticipada de que no cumplirá con el compromiso y meta
de nivel de gasto destinado a ciencia y tecnología.
Si nos atenemos al rigor de las fechas, en estricto sentido, los
legisladores aprobaron la creación del organismo rector de las políticas
científicas y tecnológicas el 21 de diciembre de 1970. Aunque el decreto se
publicó el 29 de diciembre del mismo año, ocho días después, en el Diario Oficial de la Federación para su
plena entrada en vigor.
Así que el 29 de diciembre sería la fecha emblemática para
celebrar un aniversario de Conacyt. Pero, en realidad, fue todo el mes de
diciembre y prácticamente todo aquel año de 1970, el que se puede tomar como
referencia para celebrar la existencia y ahora plena madurez del organismo.
Lo hemos dicho aquí en múltiples ocasiones: Conacyt ha tenido
altibajos y diferentes inconsistencias en el impulso a las políticas
sectoriales –cuyo acento lo hemos hecho notar—, pero el trabajo que ha
desarrollado en estos años ha sido invaluable para la formación de recursos
humanos y el desarrollo científico y tecnológico del país.
En la ceremonia de aniversario el titular del organismo, Enrique
Cabrero, dijo que “el fuerte impulso
que ha recibido el sector durante los primeros tres años de la administración
del presidente Enrique Peña Nieto, nos coloca frente a una gran oportunidad
para dar el salto hacia una sociedad del conocimiento. Debemos seguir
invirtiendo en la creación y mejoramiento de la infraestructura, así como en el
desarrollo de capital humano especializado”.
Todavía no aparece la publicación del 2014 –menos la del
2015— con las estadísticas oficiales del sector (Informe general del estado de la ciencia, la tecnología y la innovación),
en donde se podría constatar con mayor precisión el volumen de gasto para el
sector.
No obstante, los anexos estadísticos del informe de
gobierno de esta administración indican que el gasto en investigación y
desarrollo experimental (GIDE) como proporción del PIB, como lo refirió el
titular de Conacyt, pasó de 0.43 por ciento en el 2012 a 0.56 por ciento en
este año.
Un incremento importante en el gasto sectorial, como
proporción del PIB, en esta administración. Pero vale la pena notar dos cosas.
Por una parte, precisamente a partir del 2012, el año de inicio de referencia
para este periodo, son datos estimados, dado que la encuesta con la que se
calcula el nivel de GIDE se realiza más o menos cada dos años y todavía no se realiza
la más actual, así que por ahora se trata de estimaciones que habrá que confirmar.
Por otra parte, uno de los compromisos del Pacto por
México, aquel que ahora se ve tan lejano pero que es de diciembre del 2012,
planteó que “Se dará cumplimiento a la Ley de
Ciencia y Tecnología con el objeto de incrementar el
financiamiento para la investigación científica y
el desarrollo tecnológico, a fin de alcanzar,
de manera gradual, una inversión del uno por
ciento del PIB (Compromiso No 46).
El compromiso, como todos los que formularon entonces,
se recogió en el Plan Nacional de Desarrollo y en el programa sectorial: quedó
como meta que en materia de GIDE se alcanzaría el uno por ciento como
proporción del PIB para el 2018.
Sin embargo, previo a la reciente ceremonia de
aniversario, el titular de Conacyt dijo que: “al concluir este sexenio la
inversión que se destinará a ciencia, tecnología e innovación podría alcanzar
0.8 por ciento del PIB (La Jornada
11.12.2015). Y añadió que la meta de alcanzar el uno por ciento era compartida
entre el gobierno federal y los empresarios. En su opinión, el primero había
hecho su parte, al incrementar los recursos en alrededor de 30 por ciento,
mientras que los segundos no habían hecho lo correspondiente.
Entonces, las declaraciones del director de Conacyt
vienen a constatar lo que ya se advertía desde que se aprobó el presupuesto de
este año, no digamos el de 2016: el incremento del gasto para el sector perdió
impulso a medio camino y no alcanzará la meta comprometida. Quedará para mejor
ocasión cumplir con la ley y la palabra.
El otro factor que vale la pena tener en cuenta es la
siguiente versión de la Encuesta sobre Investigación y Desarrollo Tecnológico
(ESIDET), porque es la base de cálculo del nivel de inversión del sector
privado y la actualización de las estimaciones de los niveles de gasto. Muy
pendientes.
(Publicado en Campus Milenio No. 636 Diciembre 17, 2015, p.5)
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