¿Laboratorio Nacional de Políticas Públicas?
Alejandro
Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter:
@canalesa99
En abril de este
año, con el anuncio del recorte presupuestal de 900 millones de pesos a
Conacyt, parecía que los proyectos de infraestructura en el sector no tendrían
lugar o se postergarían, por lo menos así lo dijo en su momento Enrique
Cabrero, el titular del organismo. Sin embargo, no todos los proyectos
corrieron la misma suerte.
La semana pasada
se inauguró el Laboratorio Nacional de Políticas Públicas (LNPP) ubicado en el
Centro de investigación y Docencia Económicas (CIDE). El Laboratorio se
presenta como un proyecto novedoso para la atención de problemas considerados
de interés público y se localiza en uno de los centros públicos de investigación
de creciente influencia en el diseño y evaluación de programas gubernamentales.
Según el
director de Conacyt, el LNPP será un sitio en el que se ensayarán
intervenciones gubernamentales: “ es el primero en su tipo en México, tendrá
una visión transdisciplinaria y a través del uso de datos, propondrá soluciones
a problemas de carácter público” (Comunicado 114/15).
No es gratuito
que en la inauguración del Laboratorio estuviera Francisco Guzmán Ortiz, el jefe
de la oficina de la presidencia de la República. Por dos razones: una, el
funcionario público es egresado de la carrera de economía del mismo CIDE y,
dos, tal vez más importante, la oficina que dirige tiene, entre otras
responsabilidades, el seguimiento de las políticas públicas y su evaluación
para la toma de decisiones.
Fue en el
periodo de Vicente Fox cuando se creó la oficina presidencial de coordinación
de políticas públicas, precisamente con Eduardo Sojo como primer titular, el
ahora director del INEGI y cuyo cargo vence precisamente en este mes. La
oficina adquirió notoriedad por el cambio que significó en el diseño de la administración
pública, así como por el reconocimiento a las políticas públicas y a su diseño.
Actualmente, la
oficina de la presidencia tiene media docena de unidades técnicas con sus
respectivos titulares. Algunas de ellas son la coordinaciones generales de Política
y gobierno, la de Marca país y medios internacionales, la de Crónica
presidencial, así como la Secretaría técnica.
En esta
administración, el ahora secretario de Educación, Aurelio Nuño, fue el primer
titular de la oficina de la presidencia. En esa misma oficina quedó adscrita la
coordinación de ciencia, tecnología e innovación. ¿La recuerda? Esa instancia
que se creó al comienzo de esta administración en lugar de una secretaría de
Estado para el sector y cuyo titular fue Francisco Bolivar Zapata, cargo del
que se separó el pasado mes de septiembre para contender por la rectoría de la
UNAM. Pero esa es otra historia.
El actual director
de Conacyt también es egresado del CIDE, de su maestría en administración
pública, institución a la que se incorporó como profesor al poco tiempo y luego
dirigió durante ocho años, del 2004 al 2012. En este último año se separó para
asumir la dirección del organismo rector de la política científica y
tecnológica.
En abril de este
año, ante el recorte gubernamental de 900 millones de pesos al presupuesto de
Conacyt, Enrique Cabrero declaró que se sacrificaría la infraestructura en aras
de sostener el programa de cátedras y el programa de becas. En particular, dijo
que se detendría “el crecimiento de algunas instalaciones científicas
para dentro de uno o dos años, algunos centros públicos de investigación que
teníamos pensando impulsar en 2015" (Reforma
13.04.2015).
El Presupuesto
de Egresos de la Federación (PEF) de este año, en el rubro de programas de
inversión, aprobado en el 2014 y, desde luego, antes del anunció del recorte,
tenía considerado como programa de inversión para el CIDE la “construcción del
edificio para actividades docentes y laboratorio de políticas públicas”. Aunque
ni en el PEF del 2013 ni en el 2014 apareció la idea de crear tal laboratorio,
pero sí la construcción de un edificio.
En el proyecto
de inversión de este año, el monto previsto para el edificio del Laboratorio es
de poco más 72 millones de pesos, pero con 66 millones en el año previo y otros
79 para el próximo, los cuales sí están programados en el PEF 2016. Es decir, el
costo total del Laboratorio estará entre 217 y 224 millones de pesos (según el
más reciente programa de inversión del PEF).
Aunque, ahora
que se presentó el LNPP se indicó que la inversión conjunta de Conacyt y el
CIDE fue de poco más de 100 millones de pesos, cifra que no cuadra demasiado
con el monto arriba indicado, incluso descontando la inversión del año próximo
que todavía no tiene lugar.
En fin, quedan
por resolver algunas interrogantes sobre la operación del Laboratorio, la
relación con otros centros e instituciones, así como sobre su financiamiento.
Por lo pronto, la inversión en infraestructura se sumará a la meta del uno por
ciento del PIB.
(Publicado en
Campus Milenio No. 634 Diciembre 3, 2015, p.5)
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