Alejandro Canales
UNAM-IISUE/PUEES
Twitter: @canalesa99
(Publicado en Campus Milenio. No. 849. Mayo 14, 2020. Pág. 5)
Las declaraciones del presidente
López Obrador calaron hondo en el gremio de los médicos. A pesar de que el
ejecutivo federal posteriormente precisó su referencia al enriquecimiento
indebido de algunos doctores y ofreció disculpas, otra grieta más se abrió en
su accidentada relación con grupos profesionales.
En la conferencia de prensa del viernes
8 de mayo, en su descripción del mercantilismo del sistema de salud en el
periodo neoliberal y a pregunta sobre lo que hoy señalan exsecretarios de salud,
ahí dijo que los médicos sólo buscaban enriquecerse y no les interesaban los
pacientes.
El mismo fin de semana siguiente,
la mayoría de colegios y asociaciones representativas de médicos, tanto
generales como especialistas, consideraron muy ofensivas y desafortunadas las
expresiones del presidente de la República.
Luego vinieron las aclaraciones y
disculpas de López Obrador, pronunciadas ante las insistentes preguntas de una
reportera en la conferencia de prensa al comienzo de esta semana. Aunque, como
él mismo dijo: “Sí, pero no”. O sea, sí dijo que había médicos solamente
interesados por el dinero, sin embargo, añadió, “no podemos generalizar” (11.05.2020).
Primera vez que hace explícita la precisión.
La reportera le replicó: ellos
dicen que “este tipo de declaraciones no abonan al ambiente que hay de…” El
presidente le impide continuar y le dice: “No, sí abonan, ¿cómo no van a
abonar?” Y la reportera le interroga: “¿a la violencia contra los médicos...?” López
obrador la interrumpe de nueva cuenta y precisa: “no, abona para que les dé
vergüenza a los que hacen eso. Antes no se hablaba de ese tema, claro que no
les gusta, algunos hasta les daban medallas al mérito”.
El episodio con los profesionales
de la salud es ilustrativo de lo que ha ocurrido con otros gremios y sectores.
El gobierno federal plantea una apreciación gruesa y amplia de cierta situación
que puede ser ilustrativa de una porción de la misma, pero que de ninguna
manera puede ser tomada como válida para el todo y menos como un diagnóstico
global para tomar medidas de aplicación generalizada.
Sin embargo, tal parece que en buena
medida la actual administración así ha conducido sus iniciativas, tal y como
ocurrió con las estancias infantiles, los albergues para mujeres violentadas,
los científicos, las universidades, los centros de investigación, los
fideicomisos públicos, las comunidades culturales, los periodistas, los
funcionarios públicos, etcétera. Después, puede rectificar o no.
Pero hay otro aspecto sobre el
que también valdría la pena reparar y es el motor que impulsa algunas de sus
injustas generalizaciones pronunciadas en el megáfono nacional de todas las
mañanas: que se hable públicamente del tema. Al menos eso es lo que expresó el
ejecutivo federal al señalar que sus declaraciones “sí abonan” para que se
hable del tema.
Hablemos. Vale la pena recordar
que hace casi un año, cuando todavía no se asomaba el Covid-19 en las fronteras
nacionales, el presidente López Obrador dijo que una de las acciones que se
estaban realizando para mejorar el sistema de salud era “un inventario, un
censo sobre los médicos generales, especialistas que existen en el país, los
médicos que tenemos en México y dónde están laborando” (13.07.2019).
Un mes después el mismo
mandatario anunció que estaba en planes con Claudia Sheinbaum, la jefa de
gobierno de la Cdmx, para crear una universidad dirigida a la formación de
médicos y enfermeras (08.08.2020). Al parecer porque se necesitaban médicos
generales y atención fuera de las metrópolis. No obstante, parte del gremio
médico replicó que más bien se necesitan plazas laborales.
El censo o diagnóstico todavía no
se conoce públicamente, menos el programa sectorial, aunque tal parece que de
nueva cuenta conduce las acciones al respecto. En febrero de este año
continuaban los planes para la creación de la “Universidad de la Salud”, la
cual presuntamente hará énfasis en el primer nivel de atención y en la
prevención. Según los datos del gobierno de la Cdmx, para la nueva universidad había
20 mil aspirantes, pero solamente se seleccionarían 500 estudiantes para
medicina y otra cantidad igual para enfermería.
A los pocos días llegó el
coronovirus al territorio nacional y ahora resultaba que lo que hacía falta
eran especialistas y particularmente intensivistas. Al comienzo se habló de un
faltante de alrededor de 120 mil médicos, ahora el secretario de Salud dice que
el déficit es de 200 mil médicos (generales y especialistas) y 100 mil
enfermeras. Vino la contratación de personal. El mismo presidente volvió decir
que si fuera necesario se acudiría a médicos provenientes del extranjero y
especialmente de Cuba. La cancillería anunció la llegada de médicos procedentes
de Cuba.
En fin, no está nada mal hablar
de los problemas de interés público. Sin embargo, lo mejor sería que los planes
e información básica que guían las acciones fueran del dominio público. Hoy,
solamente vemos la superficie de los temas, apreciaciones generalizadas y
fragmentarias de la administración. Volveremos con algunas cifras del sector.
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